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Publicado el 3 marzo, 2021

A lo mejor no estamos tan lejos, C. Tangana

Por Julio Molina
C. TANGANA - Mallorca Music Magazine

Una tarde cualquiera llega tu hijo del cole con los auriculares puestos, con cara de autómata y te dice: «Papá, tienes que escuchar a C. Tangana»

Sin apenas dedicar un segundo a pensar en lo que te ha dicho, lo único que te viene a la cabeza en ese momento es una imagen del susodicho con un ostentoso collar dorado, el pecho descubierto y pinta de «chuloputas» de extrarradio, y contestas de forma despectiva diciendo que eso no es música. Evidentemente tu hijo no escucha tu respuesta porque no le interesa y tiene mejores cosas que hacer, como por ejemplo seguir escuchando a su ídolo, ese trovador de barrio que vocaliza de forma insufrible y cuenta cosas que no entiendes ni quieres entender.

Esa ligera punzada que sientes, amigo, son tus prejuicios, que intentan joderte.

Tú, que te sabías portador de infinita sabiduría y buen gusto musical, que atravesaste océanos de personas entre sudor, con el puño en alto, bajo el atronador sonido de los Pixies en aquel «Festi», que eras el más moderno de tu barrio el día que llegaste con el Nevermind de Nirvana debajo del brazo, tú… estás fuera «amigo».

El inevitable rodillo del  eslabón generacional te ha pasado por encima y ni te has dado cuenta porque ya habías escuchado rock, punk, soul, garage, indie y pop, y lo sabías todo.

Estupefacto te quedaste cuando en tus emisoras de radio empezaban a sonar Rosalías, Malumas y demás reguetoneros que utilizaban el Auto-Tune como si fuese lo normal. Ese software inventado para corregir errores de afinación en muchos discos que tienes en casa, ahora lo utilizan estos muchachos como una herramienta de trabajo más. ¡Qué locura!

Esas canciones sin dinámica, planas,  sin guitarras, con letras verborreicas, estériles y tóxicas que canturrea tu hijo entre dientes con la vista perdida en alguna parte, suenan en la radio como si fuese lo más normal, o lo que es peor para tu autoestima, ni siquiera hace falta que suenen en la radio porque la generación de tu hijo no escucha la radio, «amigo», han encontrado otras vías para acceder a lo que quieren escuchar mucho más efectivas.

Cuando todo te hacía pensar que no se podía ser más punk y transgresor de lo que lo eras tú, aparecen nuevas músicas que no entiendes y un sudor frío recorre tu frente.

Una mañana despiertas y te enteras de que uno de «esos» ha grabado un disco nuevo. A priori tu desinterés por el asunto (que está por encima de todo) se impone y no prestas atención pero, opss, resulta que en ese disco aparecen artistas a los que sí respetas y admiras. ¿Qué está pasando? ¿Se ha vuelto loco Jorge Drexler? ¿Los extraterrestres abdujeron a José Feliciano y lo escupieron de nuevo a la tierra con el cerebro lavado? ¿O tan mal está la cosa para que tus amados ídolos hayan tenido que acercarse a «esos»?

A lo mejor no es nada de eso, a lo mejor hay algo más y no te habías enterado porque estabas limpiando el polvo de tus viejos vinilos mientras el mundo giraba. Resulta que si prestas atención hay más de lo que pensabas. Hay un lenguaje nuevo y a lo mejor no estamos tan alejados de él como pensábamos. ¿No eran las canciones lo más importante?

A lo mejor Phill Collins puso esa misma cara de estupefacción que manejas cuando oyó por primera vez como gritaba Kurt Cobain con la Fender Munstang colgando a la altura de las rodillas.

Resulta que C. Tangana ha hecho un disco que podría servir como puente entre generaciones, que es un poco lo que necesitábamos todos, porque sí, las canciones son lo único que importa, y cada generación tiene derecho a tener sus propios referentes, y lo normal es que lo anterior les suene «viejo», lo contrario sería antinatural y aburridísimo.

Si tu hijo por un casual te pregunta: «¿Quién es Andrés Calamaro, papá?», no te extiendas en detalles que ya a nadie importan, créeme. Solo pregúntale, en todo caso, si le mola o no, pero tampoco esperes demasiado. Con que responda «no está mal», date con un canto en los dientes y sigue limpiando tus viejos vinilos.

Lo suyo sería poder decirle:

A la mierda los prejuicios, los prejuicios solo hacen daño, no te ayudarán jamás… lucha contra esa mierda.

Pero no lo harás, porque ya es tarde y te has aburguesado, «amigo».

C.Tangana-EL-MADRILEÑO

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Publicado por:

Julio Molina - Mallorca Music Magazine

Músico, cantante y compositor en Urtain. Colaborador musical en Cadena Ser / Radio Mallorca. Redactor en Mallorca Music Magazine.

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