Calvià, viernes 19 de mayo de 2023
Mallorca Live Festival 2023 – Segunda jornada
Quevedo y Black Eyed Peas monopolizaron las conversaciones sobre la segunda jornada del Mallorca Live Festival, de la misma manera que Ayax y Prok o los mallorquines L.A. hicieron lo que se daba por hecho: dar conciertos extraordinarios
Lo de Quevedo en el Mallorca Live Festival
Todo el mundo hablaba de Quevedo y Black Eyed Peas, pero a poco que rascases descubrías que también se hablaba de «los tapados». Aquellos de quien parecía que casi nadie hablaba pero todo el mundo daba por hecho que iban a estar entre bien, muy bien, y del recopón.
En la cúspide de esa conversación sorda paralela estaban los hermanos granaínos Ayax y Prok. Los raperos estuvieron no bien, muy bien o del recopón sino más arriba: destruyeron el abarrotadísimo escenario Innside, el segundo escenario principal del festival. Las bases de sus temas sonaron como porras de policía golpeando hígado y su flow llegó a Nivel Emperador: su actuación fue tan poderosa que provocó agujetas en cuellos, en manos en el aire y hasta en el mismo aire.
Pero sucedía que no había una sola cúspide sino dos: otros «tapados» eran L.A., otro destructor de escenarios fue Luis Alberto Segura. Una manera de resumir su actuación: ¿por qué sus canciones, que llevan años infinitos y discos infinitos ganándoselo, no sonaron en un escenario principal, JODER? Como corolario dentro del guitarrismo ofrecido por el festival, notable alto para los siempre guapamente suciotes Black Rebel Motorcycle Club y la psicodelia aun remoderna de Dandy Warhols.
Más «tapados»: la escena local. A poco que uno quiera aprovechar la vida que se acerque a ella, y no solo en un festival sino en cualquier bolo en cualquier sala de la isla. Más de lo mismo respecto a la jornada del jueves: apabullantes por sonido y sobre todo por repertorio y directo. Así sonaron y tocaron Foraster, Jane Yo, Ombra y Queen Marsa. Dos capítulos más en la misma categoría: la electrónica lúcidamente oscura, cerda e intelectualoide de Moderat, y todo lo que sonó en el escenario Balearia, comisariado en la jornada del viernes por la carismática Sa Fonda de Deià. Besos en sus muslos a los programadores de un menú infinito y fascinante de músicas mundialistas y sonidos ultracosmopolitas. Se pudo escuchar tanta raíz y tanto futuro que por nuestros oídos parecieron pasar mil civilizaciones.
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