Anegats: «Nuestra amistad es de las cosas más valiosas que conservamos en la vida»

¿Cómo se sobrevive veinte años en la música?

Diría que lo más importante es que todos los que formamos Anegats compartimos un sueño y una ilusión, porque a todos nos gusta la música. Añadiendo el respeto que nos tenemos tanto personal como profesional es como hemos consolidado lo que somos hoy día. Todos sabemos anteponer los derechos de la persona por delante de los deberes que tenemos como artistas, y en ese respeto mutuo priorizamos el bienestar de cada uno por delante de nuestras obligaciones como grupo. Hemos forjado una bonita amistad y esto es lo que nos hace seguir unidos.

Entraste en el grupo años más tarde que Pep Álvarez y José Juan. ¿Cómo recuerdas tu incorporación a la banda ya formada?

Pep y José eran amigos de la adolescencia y habían compuesto un par de canciones, pero nunca habían grabado nada a nivel profesional. Les conocí gracias al primer batería del grupo, Jaume Mayol, en la universidad, en Barcelona. En una cena me comentó que quería grabar unos temas con unos amigos, que eran ellos dos, y me ofreció tocar el bajo. Me enseñaron un par de canciones y me encantaron. Me metí de pleno, me enamoraron. Tuvimos muy buena conexión desde el inicio, y la seguimos manteniendo. Mi amistad con Pep y José Juan es de las cosas más valiosas que conservo en la vida.

Es recurrente señalar vuestra especial conexión con el público. ¿Cómo y dónde la encontráis?

Cuando la gente nos ve disfrutar, disfruta con nosotros. Nos gusta mucho interactuar con el público, intentamos buscar lo que más le gusta para dárselo.

¿Anegats es multigeneracional?

Es cierto que abarcamos una franja de edad muy amplia y creo que se debe, primero, al cariño que le transmitimos al público. Segundo, que nuestra música se basa en la lírica. Intentamos que la letra no hable de chorradas, que diga cosas de verdad y que el mensaje sea profundo. Y por último, que nuestra música sea popular como para pasar de padres a hijos. Los padres suelen ponerla en casa y así llega a los más pequeños.

Habéis vivido dos grandes parones y relanzado vuestra carrera dos veces. ¿Qué lo hizo posible?

Creo que se debe a que nunca hemos pretendido ser más de lo que somos. Hemos tirado siempre hacia delante con humildad y corazón. También ayuda a ser un grupo más duradero que las canciones no sean temporales. Sin pretenderlo y haciendo siempre la música que nos gusta, hemos intentado crear mensajes universales que se puedan adaptar a todas las etapas de la vida. La gente se siente identificada, y al volver permaneces en esa posición más o menos significativa.

Tres etapas profesionales y también personales.

La primera etapa, con los primeros discos, fue muy guay. Disfrutamos mucho, todo lo hacíamos corriendo, sin dejar nada sin hacer. Había muchas ganas, pero no por ser los mejores. Simplemente, cuando se nos ocurría alguna letra, íbamos corriendo a escribir la canción y a grabarla lo más rápido posible. Si surgía la posibilidad de un bolo, siempre queríamos hacerlo. Todo al máximo.

La segunda etapa fue más calmada, más profesional. Nos planteamos dejar de ser un grupo de amigos y pasar a hacer las cosas «bien». Por nosotros y por respeto al público. Buscamos nuevos y buenos músicos para componer canciones perfectas y mimadas.

La tercera etapa arranca después del parón de varios años. Tanto en lo personal como en lo profesional está siendo de las mejores. Compartimos muchas horas juntos para componer y para ensayar, como también para hacer planes con la familia. Es una nueva juventud para esta gran familia.

¿Os veis más calmados en lo reivindicativo y/o político?

No precisamente. La política solo la hemos rozado, nunca nos hemos posicionado en favor de ninguna ideología concreta. Defendemos la tolerancia, libertad y respeto a las personas. Nuestras letras son universales, y lo que defendemos en ellas debería corresponder a cualquier ideología. Deberían ser ideas comunes. Sí hay una evolución a letras más maduras, más afines a nuestro momento vital.

En 2012 grabasteis un concierto en Es Gremi que derivó en vuestro sexto disco, Brou. ¿Qué hace tan especial a un disco en directo?

Era un momento muy bonito en nuestra carrera. En esa ocasión nos dimos cuenta de que las buenas bandas grababan discos en directo, y nos vimos con coraje de intentarlo. Lo más difícil es que no hay segundas tomas ni grabaciones extra. Todo lo que suena en directo queda grabado. Fue un paso muy importante y que disfrutamos muchísimo. Y repetiríamos, por supuesto.

Retorn Vol. 1 es un disco más tranquilo que sus precedentes. ¿Significa esto el abandono de vuestra esencia rock?

Por supuesto que no. Este volumen está pensado para tocarse en acústico y adaptado a la situación que nos está tocando vivir. Pero ya tenemos las canciones para el segundo volumen y vuelven a ser más rockeras.

Entonces, ¿el nuevo disco se concibió expresamente para el contexto actual de público sentado?

La verdad es que no, lo escribimos antes. Teníamos canciones movidas y también más tranquilas, y fue entonces cuando decidimos dividir el disco en dos volúmenes y meter las más tranquilas en el primero, porque se adaptaban mejor a esa actualidad. Son perfectas para los actuales conciertos más calmados al ser íntimas y acústicas.

¿Y por qué tomasteis la decisión de separarlo en dos volúmenes?

Teníamos muchas canciones, unas veinte. Son demasiadas y decidimos repartirlas. Al final elegimos publicar primero las que más se adaptan al momento actual.

La segunda parte, ¿ya está terminada o aún os queda trabajo por hacer?

Falta grabarla. Lo haremos cuando terminemos con los conciertos de promoción del primero, que por suerte aún nos quedan bastantes. Y como has señalado, es más rock, más eléctrico. Participa toda la banda y los temas son más festivos.

¿Os habéis fijado alguna fecha de lanzamiento?

Todavía no. Seguramente grabaremos en septiembre u octubre y saldrá a finales de año.

Para aquellos que están deseando veros en directo, ¿qué conciertos tenéis próximamente?

Tenemos un montón en agosto. El 6 en Artà, 7 en Llucmajor, 9 en Sant Llorenç, 13 en Caimari, 14 en Porreres, 20 en Felanitx, 21 en s’Arracó y el 26 en el Castell de Bellver.

Ya para terminar: ¿cuáles son vuestros planes de futuro?

Seguir disfrutando y, dentro de lo posible, darle más importancia a nuestra vertiente solidaria. Participar en proyectos que contribuyan a mejorar nuestra sociedad.