Me gusta mucho pinchar la música de Baaldo (La Pantera, Urbanització Galatzó, Calvià, 199ytantos), y lo sabe. Estamos de acuerdo en que faltan más DJs locales que pinchen escena local, «y más con artistas como yo que estoy como en tierra de nadie, porque la industria de aquí es un poco cerrada respecto a una propuesta algo más alternativa. Y digo vale, pero yo quiero ser alternativo como quiero ser pop. Además puede que me cierre puertas con cosas como jugar tanto como hago con el catanyol».
Pues ahí que van doce nuevos argumentos a la contra de esa costumbre no escrita pero evidente. Los doce pepinazos incontestables que forman Emergencia Pop, su nuevo álbum editado por Produccions Blau. Tras varios singles y su primer álbum El chico de la doble A (Produccions Blau, 2020), llega por fin su segunda larga duración.
Lo presenta en su Emergencia Pop Club (Tour), una gira que aglutina un puñado de fechas repartidas por la geografía nacional, a las que se irán sumando algunas más. El tour, que arrancó el pasado 23 de marzo en Palmanova, le llevará a Barcelona este 26 de abril, donde participará en un encuentro con artistas emergentes en el estudio Sonopro. Madrid (4 mayo, Dragasaña La Liada), Palma (29 junio, PALMAPRIDE24 WAVE) y nuevamente Madrid (5 octubre, Sala Maravillas) completan las citas confirmadas.
«Emergencia Pop». ¿De qué tienes tanta prisa?
De curarme las penas que he vivido mientras escribía el disco y de salvar el pop del mal. Lo están maltratando mucho respecto a cómo yo entendía la industria cuando era pequeño. Sobre todo desde 2010 cuando era adolescente y ya empiezas a ser consciente de la música que estás escuchando y a la que admiras. Se está perdiendo una Lady Gaga en los MTV. Vivo por y para la cultura pop.
Pues prepárate porque me da a mí que dentro de veinte años va a haber quien diga que hay que salvar el pop y volver a los tiempos de Baaldo.
Puede ser [ríe]. Con ese argumento tampoco quiero quedar como un pollavieja ni lanzar un contenido boomer. Lo detesto. Porque de hecho este disco también abraza lo actual. La visión rancia de todo esto sería decir «el reguetón es el nuevo pop, por tanto es una mierda». Al revés: en este disco también estoy abrazando lo urbano porque es el nuevo mainstream, y me encanta la música mainstream. Me parece muy interesante cómo los elementos pop se pueden reproducir en artistas como Rosalía, Rauw Alejandro o The Tyets.
Un álbum con doce temas. A día de hoy del consumo hiperrápido e hiperfragmentado. Baaldo, eres un punk, un antisistema.
Soy 100% antisistema. Y ojo que iban trece.
¿No te gustó el número?
Sí me gustaba, pero no entró por tiempo. Ese tema saldrá más adelante, seguro. Hoy se lleva mucho lo de bloquear un tema en Spotify y sacarlo más adelante, pero me parece una ordinariez. Me parece fatal, un sufrimiento para el artista. Pero sí, sacar hoy un disco parece que va a ser un suicidio comercial porque va a la contra de cómo funciona la industria musical actual, una industria que es la que yo escucho y a la que quiero jugar. Parece que si no eres un artista muy grande es complicado hacerlo. Pero no entiendo la música si no lleva un concepto, y un disco completo me ayuda a crearlo y englobarlo. No me ha quedado otra. Y por otra parte no niego que probablemente este sea el último que publique así, porque tengo que empezar a plantearme el comprarme un coche o un piso. Porque ya van dos discos, y te puedes hacer a la idea de lo que cuesta sacar dos discos.
¿Y el soniquete agitanado de «Calambre y escalofrío»? Si fueras de Son Gotleu como yo lo entendería, pero eres un burgués de Calvià.
Pero si soy de un zulo de barrio, como dice «Colosal». Me parece mucho más interesante que lo pijo, aunque ahí hablo de las dos cosas. Pero si me preguntan si soy más pijo o más quinqui, soy más quinqui. Lo tengo clarísimo. Mucho más cani. En «Calambre y escalofrío» quería hablar del origen, porque soy de donde soy que es Mallorca, pero mi familia viene de fuera. Llevaba mucho, mucho tiempo queriendo hacer una canción inspirada en el pop de los 2000. En Civera, Bisbal, las trompetas, el sonido electrónico, y con un toque muy español. Tengo familia andaluza, y también por eso nos fuimos a grabar el videoclip al pueblo de un amigo, Vejer de la Frontera. Quería grabarlo en Fonelas, el pueblo de mi padre, de menos de mil habitantes, con el 50% de la población de raza gitana y viviendo en las cuevas de Granada de toda la vida. Quería enseñar de dónde vengo. Cuando estoy en la Feria de Sevilla tengo más arte que un andaluz, y viene de ahí, de mi origen. Todo es un homenaje a la sangre que corre por mis venas. Siempre he tenido ese debate interno, que creo que tenemos mucha gente de Calvià. Como nuestros padres son de fuera tenemos ese debate: de dónde soy realmente, qué es lo que me define, qué cultura. Tardé mucho en averiguar quién era yo. Y al final tampoco es tan complicado: soy mallorquín y la cultura que me representa es la mallorquina, pero vengo de Andalucía y de Extremadura. Para mí «Calambre y escalofrío» es la evolución de «Vull ballar amb tu». Te he cantado Mallorca y ahora te voy a cantar de dónde vengo.
Yo, llonguet de nacimiento y con padres de Zamora, siempre lo digo: por mis venas corre una exótica mezcla de sangre mallorquina y zamorana.
¡Exacto! Precisamente en «Calambre y escalofrío» el puente dice: «Sácame de la cueva que estoy aburrido en Fonelas / La sangre que tú tienes va corriéndome por las venas».
Hay reguetón y dembow, hay electrónica y hasta folclore, pero pareces querer dejar claro por encima de todo que hay un leitmotiv artístico claro: eres pop.
Ahí estamos. Creo que cuando saqué el primer álbum se me categorizó mucho en la música urbana, cuando a lo mejor el disco solo tenía tres canciones de ello. Y este disco, que es todavía más urbano, he decidido llamarlo «Emergencia Pop». Está muy bien categorizar la música, pero la música que bebo y mi referentes son pop. Quería hacer un álbum que pasase por todos los géneros pero pasados por un filtro pop. Quería experimentar el folclore mallorquín, pero también meter de repente un rap y algo más raro. Como siento la música. Es una celebración de lo que he escuchado hasta ahora, un homenaje a muchos de mis referentes. A Bisbal, en «Calambre y escalofrío», pero también a Tokischa en el dembow de «Rómpelo», un género que me fascina y quiero seguir haciéndolo porque lo veo dentro de la cultura pop actual, dentro de nuestro imaginario del día a día.
Vivimos en Mallorca, y las cosas son como son: existe y es real la cuestión concreta de encontrar productores potentes en dichos géneros tan actuales. ¿Te costó encontrar y decidirte por la gente con la que has trabajado?
Sí, cien por cien. Al final he trabajado con poca gente de aquí. Es muy complicado encontrar productores que hagan música urbana a ese nivel en Mallorca. Hay productores muy buenos, pero están muy en un nicho muy concreto. Además heterosexual, y no se atreven a meterse con un artista LGTB a hacer un trap de reguetón duro. Es una putada muy gorda. Y por otra parte, he trabajado con buenos productores pero que tampoco estaban acostumbrados a hacer urbano. Para este disco mi mano derecha ha sido Gryves Martell, que es de Córdoba y con quien he trabajado a distancia. El disco se ha hecho en un home studio llamado, muy importante, «El cuarto de mi hermana», donde he grabado la mayoría de las voces. Luego hay dos canciones, quizás las más mallorquinas y orgánicas, que están hechas en La Caja del Ruido de Carlos y Damián Tejedor. Y luego hemos trabajado en Catalunya, en La Kate Studio con Nisu [Genís Varela, también bajista en F.E.M.], el estudio y equipo de trabajo de The Tyets en Mataró, porque sabía que si quería tocar urbano ese era el contacto que tenía más cerca. Con él trabajamos «Rómpelo» y «Este no es su club», las dos canciones más urbanas y agresivas. Sí he ido conociendo productores de aquí, y ya veremos si de cara a un futuro les interesa mi proyecto. Me gustaría.
Porque tú desde luego, y se te nota, no quieres restringirte a un nicho LGTB.
Queda claro. No soy un artista LGTB que solo quiera colaborar con personas LGTB. Mi objetivo no es solo estar cantando en un Orgullo, por mucho que sea algo que me encanta. No quiero limitarme. Tengo los mismos derechos que cualquiera para cantar en una verbena y quiero hacerlo. En ese sentido, no quiero hacerme de menos. Como Xanguito, mi música es para todos los públicos, desde niños a adultos. Pero como artista LGTB cuesta que la industria te tome en serio. Me da mucho coraje que los artistas LGTB tengamos que demostrar el triple. Me pone de muy mala hostia.
Y eso vincula directamente con el asunto de tus letras: cuidado con tocarle las narices a Baaldo que te canta «Eres un mierdas». Primero, es curioso porque no es una canción con destinatario con nombre y apellidos sino dedicada a la industria. Y es que me gusta mucho la vehemencia de tus textos, general en el disco. Como en «La Lluna i la nit»: «No soy tu Luna / Tú eres mi noche / Y solo hay hostias en mi cabeza en el coche».
Muchas gracias. «La Lluna i la nit» la escribí imaginando la violación de un chico gay por parte de un heterosexual. No lo he vivido pero a través de amigos he sabido que es bastante común. Tener 17 años, entrar en el coche de un chaval de 23 o 24 que sea o vaya de heterosexual, y se aproveche de la situación para abusar de él. Es una historia bastante recurrente y quería ayudar visibilizarlo. De ahí el que solo había hostias en el coche. Un poco explícito, pero a veces me gusta hacer cosas explícitas.
Son reales.
Lo son. Es intentar darle la vuelta y exponerlo, porque hay cosas que si no las expones y no las cantas tú, pocas veces se van a mostrar. Si invisibilizas una situación que es tan común, que has hablado tantas veces en privado, no vas a conseguir que el resto de la gente lo viva. Es una forma de empatizar. Y me gusta mucho que los estribillos los cante, uno, CÍL.LIA, unas chicas que están empezando y son una bestialidad en directo, y el otro Xanguito. ¿Por qué? Porque para mí era muy importante tener mujeres en esta canción, porque el estribillo lo que hace es abrazar a ese chaval joven que está sufriendo esa situación, y es en las mujeres en quienes sentimos un apoyo muy fuerte. Quería reivindicar el papel de la mariliendre. Y por otro lado está Joan Muntaner, un chaval heterosexual, con su familia y toda su vida, pero que también te abraza y entiende todo ese tipo de realidades. También quería representar a mis amigos heteros que también me han abrazado cuando he tenido problemas con mi autoestima. De adolescente tuve muchos problemas con el sexo, y hacía cosas que realmente no me gustaban con personas que no me gustaban por esa baja autoestima. Y también he tenido muchos amigos heteros que me han abrazado y me han dicho «tira palante». Por eso es la canción más dura y de mensaje más duro.
¡Es que cantas muchas canciones como enfadado!
[ríe] Soy muy agresivo. También porque me gusta exagerar un sentimiento. Al final somos intérpretes y queremos hacer las cosas mucho más bestias y dramáticas. Soy un dramas y de eso va el disco. Quizás en las letras más profundas y de mensaje más agresivo se podrían etiquetar como esa emergencia, esa parte de querer gritar «¡auxilio!». Pero luego tienes la parte pop de puro disfrutar.
Siempre has tenido ese equilibrio genial entre conciencia y puro hedonismo.
Hay letras sobre cosas casi sin importancia, como en «Colosal», en la parte que dice «Soy un huevo revuelto con sal / Un pepito con queso colosal». En este disco hay frases absurdas porque quiero que lo sean. Es algo que he comido mucho del «Motomami» de Rosalía. Tiene ese contraste entre lo muy profundo, de «te voy a seguir demostrando mi talento», pero ojo que también quiere hacer petardadas como algo llamado «Chicken Teriyaki», donde simplemente se está divirtiendo. Es importante: el artista más grande no tiene por qué ser quien tenga la letra más profunda o más intensa, sino que también puede ser simplemente divertido. Ahora mismo vivimos en un punto donde cantar «Dime» de Beth es igual de válido que cantar Serrat. De hecho a la juventud a lo mejor se la suda Serrat.
Y quien equilibra muy bien lo lúdico y hedonista, junto a lo más personal y la mayor de las profundidades, es una de tus referentes, Lady Gaga.
Exactamente. Es mi principal referente. Tiene esa cosa tan petarda que ha tenido que luchar por demostrar que hacer muchas más cosas. Es lo que siempre he admirado de ella. Evidentemente, «Emergencia Pop» bebe mucho de «Born this way» o del disco «ARTPOP». De su obsesión con la sociología de la fama y la cultura pop. Lo he mamado desde pequeño y desde adolescente, cuando empezaba a admirar la música de manera más consciente. Admiro mucho su carrera, y de ahí también surge querer hacer música que se base en una imagen. Que parte de ahí, y desde ahí ver hacia dónde vas con tu música. Por eso los colores primarios que definen este disco y que me van a acompañar en los conciertos.
Esos colores primarios son muy simbólicos. Son fundamentales en la personalidad del disco.
Esos tres colores son una forma de volver a empezar. Es la primera vez que siento al cien por cien que lo que estoy haciendo es válido. Los colores primarios son los primeros que nos enseñan de pequeños. Son la base de la pintura, y quería basarme en ellos como para decir que este es el verdadero inicio de mi música.
Precisamente me parece fundamental preguntarte sobre ello porque no se suele hacer y siempre me parece importantísimo, más en casos como el tuyo donde tiene una relevancia esencial evidente: dame nombres de con quién trabajas en tu potentísima imagen y estilismos.
Me apetece muchísimo dar crédito de ello. Es verdad que se habla de la música pero casi nada por ejemplo de las fotos. En este caso son de Adriana Fariñas, de Vitoria. Para mí la mejor fotógrafa del País Vasco. Por suerte tengo un muy buen amigo del lugar y por eso conseguí grabar un videoclip por allí. Fui conociendo a gente, hicimos amistad, e hizo la portada de «Comic Sans» [single de 2021 con Ale Vaez]. Me encantó y le dije «quiero la fotos de mi próximo disco las hagas tú». Las hicimos en agosto en Vitoria, y me llevé a mi amigo Pelayo Muñiz, de Asturias pero viviendo en Madrid, ahora mismo el diseñador de pelucas de muchísimas celebridades, como Lola Índigo. Para mí ahora mismo hay dos personas fundamentales haciendo Hair Stylist, que no es lo mismo que hacer pelo normal. Una es Fer Martínez, que le hace las pelucas a Bad Gyal, y la otra es Pelayo, con quien he trabajado en esa peluca que además tiene mucha continuidad con mi primer álbum. ¡Y es un pelo muy caro! Lo tengo que amortizar como sea. Ya me ayudó entonces, y para esta ocasión también se ha encargado del maquillaje, aunque mi maquilladora habitual es Alba Escandell.
¿Y la parte gráfica?
Los diseños y el logo están un poco inspirados en el Club Super3, Antena3 y me dicen que en el Club Megatrix. No lo recuerdo como habitual, pero seguramente de verlo de pequeño me ha salido aplicarlo ahora. Es como «Vull ballar amb tu», que dos años después de publicarlo me di cuenta de que es un homenaje al estribillo de «Yo quiero bailar» de Sonia y Selena. Muy fuerte, me estalló la cabeza [ríe]. Todo el diseño es de Guille Sotelo, y la gente que compre el disco en físico va a alucinar porque es una pasada.
¿Y tu extraordinaria ropa?
Aina Moroms, producto mallorquín. La amo, trabajo siempre con ella, desde hace años. Tanto en cosas compradas a las que luego le hacemos un estilismo, como en customs propios como todo el outfit rojo o la parte azul del pantalón, donde pegamos cada piedra una a una. De hecho ahora mismo llevo puesto el look azul [ríe]. El traje de superhéroe de la portada también es suyo.
¿Las coreografías vuelven a ser de Jorge Roldán?
Las hay que sí porque evidentemente hay canciones que se mantienen, aunque desgraciadamente Jorge no va a poder estar en el concierto. Pero hay muchas nuevas que quisimos hacer las bailarinas y yo. También ha habido un trabajo de adaptarlas para que yo pueda cantar bien. Lo hemos dado tanto en el escenario, cantando y bailando al mismo tiempo y por encima de mis posibilidades, que incluso me llevó al agotamiento físico y a tener que operarme las cuerdas vocales. Va a ser un espectáculo intenso como siempre, pero he decidido bajarle un poco porque a veces parecía una clase de cardio, y hay que demostrar muchas más cosas.
«Magaluf», «Para Mallorca», «Vull ballar amb tu». En esta ocasión lo más localista es «La Lluna i la nit». ¿Es correcto afirmar que, respecto al anterior «El chico de la doble A», «Emergencia Pop» es un disco más cosmopolita? Simplemente un reflejo directo de lo que ha sido y ha enriquecido tu vida en los últimos cuatro años. Porque cuatro son muchos años.
Sí, está más enfocado a un punto nacional o incluso internacional. Pero también quería que tuviese ese pellizquito mallorquín que me define muy bien. A mí me gusta demostrar. Porque lo fuerte es que el estribillo de «La Lluna i la nit» lo he escrito y lo he compuesto yo. Esa melodía la he escrito yo de escuchar otras cosas, aunque no venga de un background supermegafolclórico. Pero basarme en ello me parecía muy interesante. Me gusta experimentar y ha sido un disco para hacerlo. Para proyectar todo lo que he aprendido. Es como un TFG [Trabajo de Fin de Grado]. Han sido cuatro de estudios de Cultura del Pop en Baaldología.
Hay quien me dijo (Xavibo) que tal vez cuenta demasiado de sí mismo en su música, como hay quien (su colega Marc Seguí) me dijo igualmente que es cierto, que tal vez su amigo cuenta demasiado o que desde luego a él le gusta contar menos. ¿En qué punto te sitúas?
Intento no pensarlo mucho. Pero a veces escucho según que canciones de este disco y digo «chicos, ¿podemos poner otra?» [ríe]. A veces te da mucha vergüenza escuchar delante de amigos o familiares algunas canciones que escribiste desde un punto de vista muy sentimental y profundo. Porque te estás exponiendo muchísimo. Las escribes para que una persona la escuche dando una vuelta por Palma con los cascos puestos. Tengo una amiga muy cercana, Nuria Ferrer, presentadora en Radio Calvià, una de las primeras personas en escuchar este disco, que me dijo «dentro de unos años te vas a sentir muy orgulloso de esto porque has hablado de muchas cosas. Tanto tu salud mental como exponiéndote muy abiertamente de manera pública. De una manera tan valiente que dentro de unos años vas a estar muy, muy orgulloso». Y digo «¡guau!»: escucho el disco y es verdad que he expuesto mucho de mí. Pero al mismo tiempo creo que eso personaliza al artista. Y como soy un artista que juega mucho a autoendiosarme, porque la industria del pop funciona así, creo que letras tan profundas, abiertas y personales te hacen empatizar con la persona que soy y no solo el artista.
Publicado por:
Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.
No hay comentarios