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Publicado el 19 abril, 2024

Maria Jaume: «No se puede hacer estas canciones, no bailar mucho y no bailar conmigo»

Por Conejomanso
Fotografías de Arnau Vadell
Maria Jaume por Arnau Vadell - Mallorca Music Magazine
Maria Jaume por Arnau Vadell

Es el tercer disco de quien te ha hecho pausarte y también llorar como casi nadie. Y ahora te quiere hacer reflexionar y también bailar como casi nunca. Es el tercer álbum de quien ha querido trasmutar desde la lírica desarmante hacia el discurso airado, todo ello sobre un lenguaje inédito de beats y loops. El Moloch es el turismo, a quien los que deciden permiten que lleve años esquilmando nuestras islas. Y la guerra ya la ha perdido porque las estrategias combatientes son canciones de Maria Jaume (Lloret, 1999).

Nostàlgia Airlines (Bankrobber, marzo de 2024) está coescrito, grabado y producido por Lluís Cabot (en solitario tras disolver Da Souza), con la colaboración del también mallorquín Pau Riutort (Beach Beach, Capitán, Elsa de Alfonso y Los Prestigio, Extraperlo), mezclas de Joan Borràs (Oques Grasses) y masterización del fundamental Víctor García en Ultramarinos Costa Brava. La gira recaló y llenó el pasado miércoles 10 de abril la sala 1 de Apolo en Barcelona, y hará pie en festivales como Primavera Sound, Vida, Maig, Ítaca o Mobofest. Este sábado dará el primer concierto de presentación en la isla, en el Teatre Principal d’Inca (21 h, 15 €).

Sábado 20 de abril a las 21 h.

Maria Jaume en el Teatre Principal d’Inca

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Eres Maria Elisabet.

Sí, pero nadie me llama así.

Claro, pero es para preguntarse si en tu familia tuvieron que hacer aquello de «cristianizar» tu nombre para poder registrarte o bautizarte. [Del hebreo «Elisheba»: «Dios es perfecto» o «Dios es mi juramento». Costumbre pretérita y arcaica, para realizar el trámite administrativo en registros municipales y parroquias católicas, si el nombre era de origen hebreo obligaban a añadir «María» para «cristianizarlo». Costumbre rancia y también machista, porque solo se exigía a mujeres].

No fue por eso. Simplemente porque son los nombres de mis dos abuelas. Para que las dos estuvieran contentas.

Mucho más legítimo.

Exactamente.

Vaya giro en lo temático. Siempre ha enganchado a ti tu discurso hiperemotivo en primera-primerísima persona. Muy concreto, muy sencillo, muy real. Pero ahora el hilo conductor, incluso con ironía y despreocupación, es social y político: el turismo, la masificación, la sostenibilidad. La Mallorca que ya no existe. Y la preocupación por hacia donde se dirige.

Tampoco fue un cambio muy meditado. Porque primero, ¿cuándo dejamos de hacer política?

Cierto, compro ese discurso: todo es político. A todo le aplicamos criterios políticos, en lo personal o profesional.

Hablar de cualquier tema es político. Realmente lo que ha pasado es que esas temáticas forman parte de mi día a día. Me molestan cada día. Tal vez han surgido más en este disco a partir de la posibilidad de colaborar con Pau Debon [en «Hoteles sol y playa»]. Al juntar nuestros dos universos pensé mucho en las islas, también por su canción con Antònia Font «Islas Baleares». Es algo que nos une y que los dos sufrimos diariamente. Me apetecía hablar sobre ello.

Le he pasado tu nota de prensa a Casa Planas [sede del fondo sobre fotografía turística impulsado por Josep Planas i Montanyà en los años 70, con más de tres millones de imágenes, es también un centro interdisciplinar de creación e interpretación contemporánea del turismo en Balears]. A ver si acabáis haciendo algo juntos, como ir a cantar solo vuestra canción en alguna de sus iniciativas.

Què bo!

Los anglosajones podrán pontificar con mayor propiedad que nadie sobre el bosón de Higgs o el rosbif, pero a la gente de Mallorca nadie nos gana en reflexión y discusión sobre el turismo. Incluso en clave musical.

Pues no lo parece, porque después da la impresión de que no se hace nada al respecto.

Es muy cierto. Da la impresión de inacción.

Se habla mucho, es verdad, pero parece que en otros sitios son mucho más efectivos a la hora de proteger su territorio y sus espacios.

Aunque ya te vale: vas tú y te paseas por Miami [por la canción «Trista a Miami» junto a la catalana Julieta].

¡Hice trabajo de campo!

¿La canción está pensada para este disco o su génesis fue más casual?

No tiene que ver con el resto del disco, nació aparte, pero es cierto que posteriormente vi muchos paralelismos. Es una ciudad creada hace poco más de cien años, y la gente que vive allí me contaba cómo en cuestión de semanas surgen cien edificios nuevos. Todo es nuevo, y por supuesto la gente que vivía allí ha quedado totalmente desplazada.

Es cierto, existen dos expresiones ya de uso común: Mallorca es «Sicilia sin muertos» (título también de la fundamental novela de Guillem Frontera; Club Editor, 2015, 320 páginas), y que es «la Miami mediterránea».

Así es.

¿A quién pertenecen los recuerdos de «Cala Rajada 1964»?

Me inspiré mucho en el documental «Estrangers» de Elisa Banal-Juaneda [coproducción de la Universidad de Manchester y Granada Centre for Visual Anthropology; 2015, 28 minutos. Este último es un reputado centro de investigación y producción audiovisual de carácter etnográfico, no confundir con la ciudad andaluza]. También en lo mucho que me contaban mis abuelos. Pero este documental en concreto explica la historia de Bel, una de las primeras personas en abrir una pensión en cala Rajada a principios de los años 60. Me quedé fascinada con cómo explicaba sus relaciones con sus clientes. Cómo llegaban a hacerse amigos, incluso la ayudaban con los trabajos de la pensión y hasta a limpiar, o la invitaban a ir a Alemania y la acogían en su casa. Me quedé prendada de la postal preciosista que pudo ser, del contraste con lo que hemos acabado siendo hoy. Son dos extremos.

Lo que dices en la letra: «Tot bessos i abrassos / eren com una família però d’estrangers».

Es que era otra época. Tenían una relación que ahora es inimaginable.

Nota para puristas: el tema de Bonet de San Pedro que en el disco engarzas con tu canción se titula «Cala d’Or», no «Cala Rajada».

-¡No! Es «Bajo el cielo de Palma». Mi abuelo siempre la canta, y cuando ya tenía medio compuesta «Hoteles sol y playa», pensando en esa doble cara, la de los inicios y la de ahora, me vino a la mente esa canción. Pensé que cuenta exactamente lo que quiero explicar: esos años a comienzos de los 60, cuando incluso aún se hacía aquella publicidad sobre la isla. Me pareció el motivo perfecto para vincular las dos canciones y también para que mi abuelo cantara.

Entonces a quien se oye cantar antes de que arranque el tema es tu abuelo.

Es él.

Y sobre la nueva música: ¿de dónde has ido cogiendo ideas para «Nostàlgia Airlines»?

Hablando sobre ese cambio de sonoridad, hace años que escucho mucha música, mucha más que por ejemplo respecto a cuando era adolescente, cuando hice mi primer disco. Y he bebido muchísimo de SZA, Rels B, Caroline Polachek o también Bad Bunny. He escuchado mucha música comercial y he visto que es un género que me interesa mucho. Porque si funciona se debe a que puedes aprender muchísimas cosas.

Como dice mi abuela: no hay que tener prejuicios ni con la música ni con las personas.

Totalmente.

Importantísimo lo que has señalado en entrevistas: no solo la coautoría de Cabot en todos los temas, sino el cambio radical en la metodología de composición. Ahora manda la repetición, el ciclo, el loop, aspectos intrínsecos a la electrónica. Y bastan dos acordes. Eso a la melodía le tiene que condicionar, y por supuesto no para mal. La cuestión, es que habrás tenido que hacer un reset como compositora.

Sí, y la verdad es que he descubierto una manera de hacer con la que estoy más cómoda. Me gusta más. Bueno, es diferente a escribir las canciones con la guitarra. Lo que me iba surgiendo era la primera idea, para luego ir trabajando con un simple beat o una rueda de acordes que nos gustara. Después puedes improvisar todo lo que quieras sobre todo eso, y nos íbamos quedando con los trocitos que más nos gustaban y más nos encajaban para crear la estructura. Puede parecer más frío, pero al final es mucho más selectiva porque solo escoges lo mejor de cada casa.

Maria Jaume - Xin xin i bye bye

Otra vertiente fascinante de la electrónica cuando picoteas desde el pop, también intrínseca a su lenguaje: la duración de los temas. Beats y loops te llevan enseguida, de manera muy natural, a los desarrollos de seis, siete, ocho minutos. Tú te has seguido manteniendo en los dos-tres minutos del pop. ¿No te lo llegaste a plantear? ¿No surgió ese dejarse llevar por el mood electrónico?

No, qué va.

¿Ni siquiera para el directo?

En directo sí. Hay canciones que alargamos un poco. Pero lo que me interesa es la canción pop. Hacerlas de esa manera, frescas, aunque ahora puedan salirse algo de la estructura más habitual. De momento las canciones de siete minutos ni me las planteo.

Despiporre de colabos. Y vaya criterio el tuyo: Renaldo & Clara, Julieta, Mar Grimalt y Pau Debon. ¿Por qué estas figuras y no otras?

Tuve mucha suerte porque son las cuatro en las que pensé cuando hacía el disco, y las cuatro salieron adelante. Pensar en Pau era inevitable. Siempre he querido hacer algo: he nacido con Antònia Font y he crecido con Antònia Font. Que Pau pudiese cantar una canción mía era como cerrar un ciclo. Cuando empecé ni me lo planteaba, y con este disco ha sido posible. Con Clara, y con Renaldo [«Super mala pinta»], hace mucho que les sigo. Y me han ayudado mucho en Catalunya, a llevar todo lo que me venía encima. Con Mar, somos amigas, hace mucho que nos conocemos. Sacó un disco precioso, y sobre todo me parecía que esta canción [«Balada des Trast»] le quedaba perfecta. Y Julieta básicamente porque es una reina. La sigo desde que empezó, y cuando empecé a escribir «Trista a Miami» no podía no pensar en ella. Encontraba que le quedaba demasiado bien como para no proponérselo.

¿Cómo vas a girar, cómo vendrás a Inca? ¿Llevarás la misma banda que el día del triunfazo en la Apolo? [Joan Vallbona a la guitarra eléctrica, Lídia Facerías a los teclados, Joan Torné a la batería y Cabot al bajo].

Sí, siempre tocaremos con el mismo formato. Es de lo que estoy más contenta y de lo que está funcionando mejor. Es muy satisfactorio hacer un concierto con músicos y amigos con quienes disfrutamos mucho haciéndolo. Y vemos que el público responde a ello.

Spoiler sobre vuestro directo dado el tema del turismo, que da mucho juego: ¿audiovisuales?

No llevamos como tal, pero sí algunos detalles de escenografía.

¿Te preocupa que conjugue repertorio antiguo con las cajas de ritmo y beats del nuevo? ¿En directo hay transformación o revisión de canciones anteriores?

Sí, primero porque tenía muy claro que quería que el disco sonase tal y como es. Además con la magia que le puede añadir llevar músicos en directo. Le da mucho margen. Y también por todo ello hemos hecho una selección de canciones de los otros discos, donde algunas las hemos reversionados para acercarlas al nuevo disco. Pero hay otras que hemos llevado incluso a un terreno más acústico para que el concierto tenga momentos muy distintos. Estoy realmente muy contenta con cómo ha quedado.

Es una discusión que ya suena peregrina: en directo ya se verá si se hace con más gracia o picardía, pero si las canciones son del mismo artista, conjugan y punto. Cómo no van a hacerlo si han surgido de la misma persona.

Sí, total.

Últimamente dan mucho la tabarra con ello respecto a Maria Hein. Y yo he visto su directo: puedo decir que todo es redondo y rotundo. Sobre el tuyo, que has declarado que a menudo dejas la guitarra y te armas solamente del micro, intriga mucho saber algo muy concreto: ¿bailarás mucho?

¡Por supuesto! No se puede hacer estas canciones, no bailar mucho y no bailar conmigo. Hay de todo, momentos de bailar y de coger la guitarra.

Cerrar el disco con una colabo con Mar Grimalt, en un disco con el turismo como eje central, ¿es un órdago? [La de Felanitx contaba en entrevista para esta web la pesada dualidad de tener que compatibilizar su conciencia ecologista con las labores de la empresa de su familia, dedicada a la construcción, en la que incluso hubo de trabajar de gerente].

Más o menos. Cuando escribí la canción sí tenía muy claro que sería la última del disco. Y al acabarla enseguida vi que tenía que cantarla ella. Por un lado tenía claro que sería la que cerraría el disco, pero por el otro no fue una decisión totalmente consciente. Esa canción le queda muy bien, parece incluso que tiene que ver con su disco, con esos samplers de la fábrica que utiliza, como el del aeropuerto que yo he metido.

¿Tal vez pesó más a la hora de ubicarla como cierre esa atmósfera especialísima que alcanza la canción? Es una manera muy estilosa de clausurar un disco.

Tal vez. Qué guay que lo parezca.

Muy cierto que en espíritu vincula mucho con el espectacular disco debut de Grimalt, guiado por las prodigiosas Joana Gomila y Laia Vallès.

Reinas.

Adiós, Elisabet contra el dios del turismo y el juramento del turismo.

Toma ya.

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Publicado por:

Víctor Manuel Conejo Manso - Mallorca Music Magazine

Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.

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