Según indica la Wikipedia: «Los fanzines son publicaciones no profesionales producidas por seguidores de un fenómeno cultural particular (como puede ser un género literario, musical o historietístico) para el placer de otros que tienen los mismos intereses».
La palabra viene de abreviar las palabras inglesas fan y magazine, y su origen puede ubicarse muchos años atrás, pero en los años 80 y 90, con la revolución musical y cultural que nos rodeaba, las fotocopiadoras relativamente accesibles y las ganas de compartir gustos y aficiones tuvo su particular época dorada. Al menos para los que la vivimos.
Locos por la música y por compartir gustos y estilos, seguían el mismo ritual: textos con Olivetti o Lexicon, recortes de revistas, dibujos de colegas y algunas entrevistas o artículos de discos o conciertos, conformaban el contenido. Para maquetarlo llegaba el necesario corta y pega sobre los folios en blanco para conseguir el resultado final, siempre con algún tachón y corrección a mano. Y según los medios, las personas implicadas y el arte de cada equipo se añadían más o menos páginas y detalles. Pero ahí no terminaba el trabajo, luego se debían realizar las necesarias fotocopias, normalmente en blanco y negro, para finalmente acabar grapando cada uno de los ejemplares de la tirada del fanzine. Y aún quedaba por realizar el reparto por toda la ciudad, en muchos casos de forma gratuita y en otros por un módico precio para cubrir gastos. Un proceso totalmente artesanal de inicio a fin.
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En Mallorca, a inicios de los 80 y en plena explosión de la New Wave, teníamos bastantes fanzines en la calle. Algunos literarios, otros de contenido y estética punk y unos pocos, más cuidados, con contenido Nueva Olero, Post Punk y reseñas de los grupos que más sonaban de la movida madrileña.
Uno de los primeros, con contenido musical de nueva ola, se presentaba en julio de 1982 con el sugerente título de El Esquizoide de Meiganga. El fanzine, que tan sólo tuvo 3 números (el tercero con cambio de nombre), lo editaban sin periodicidad fija cuatro amigos. Uno de ellos, Ciriaco, nos contaba en la web de MallorcaNochentas:
La idea del fanzine fue de Eduardo, y en realidad era él quien hacía la revista, ya que escribía la mayor parte de los artículos, pasaba a máquina los de los demás, componía las páginas con las fotos que hacía o recortaba, contactaba con los grupos de la península que entrevistábamos por teléfono y hacía algunos dibujos sencillos. Xesc hacía dibujos y algunos relatos. Su aportación gráfica fue tal, que sin ella se hubiera tratado de unos fanzines distintos. Para el segundo número, Pepe Panadés, saxo de Zincpirithione y bajista de Madame Colette, nos hizo un cómic. A mi padre le hizo gracia el tema y nos dejó usar la fotocopiadora de su despacho.
Para el segundo número organizaron una fiesta-concierto de presentación en la sala Tagomago y todo.
Poco después, con contenido y estética más Punk, nos encontramos con Mocos en abundancia, nacido en junio de 1983. Creado por Juan Pedro y Manolo tan sólo llegaron a editar 3 números, el tercero de ellos inédito y no distribuido. Con la ayuda de Larry consiguieron un fanzine casero con todos los ingredientes que debía tener: folios, cartulina, recortes, máquina de escribir, tachones, dibujos, entrevistas, críticas, actualidad, etc. Los autores eran unos verdaderos periodistas musicales y con su grabadora de cassette se presentaban en el local de ensayo de un grupo o pedían entrevista a los Gabinete Caligari tras su concierto en la sala Barbarela.
Muchos más vendrían después como Entrance, Insurrecto, Lavativa, Scooby Dub, La parturienta, Rip, Moixet demagog, Mauricomic, Phobia, Rock House, Plomi Corcat, Conspiració Gnomo, Artres y tantos otros que nos olvidamos. Algunos de distintas temáticas, casi todos con una vida muy corta, pero algunos llegaron a la categoría de revista oficial como Vol 502 y a tener cierta relevancia como Morgue 47.
¿Por qué tenían una vida tan efímera los fanzines? En gran medida era debido a depender del tiempo y el esfuerzo desinteresado de sus creadores. No suelen durar mucho ya que no reciben compensación monetaria.
Vamos, un poco lo que sucede hoy en día también con algunos blogs y revistas musicales. No han cambiado tanto las cosas de lo analógico a lo digital en este aspecto, pero lo importante es que continúa habiendo gente que desinteresadamente comparte su pasión por la música. Esperemos que por mucho tiempo.
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Creador y responsable de la web MallorcaNochentas desde el año 2010 y presidente de la Asociación Cultural creada alrededor de este proyecto que trata de «Recopilar y divulgar la historia de la música Pop-Rock que se hacía en Mallorca en los años 80 y 90 y todo el movimiento cultural que se creó a su alrededor».
También responsable del sello discográfico Espora Records creado el año 2015.
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