Se hizo de rogar, pero al fin hemos podido escuchar el primer álbum de Foraster, de título homónimo. Un trabajo que llama poderosamente la atención por salirse de lo habitual, de lo previsible, abriendo nuevos caminos en el rock y ensanchando el panorama musical. Lo esperábamos con ganas tras su impactante irrupción en el Pop Rock de este año, donde fueron finalistas.
Foraster son una formación ecléctica cuyos músicos provienen de diferentes estilos. Su embrión se forma en Felanitx gracias a Miquel Torres (guitarra) y Toni Fiol (bajo), a los que más adelante se une Joan Roig, conocido y reconocido por su trabajo en grupos como Saïm o Shenobi, aunque esta vez a los mandos de la batería. En la búsqueda de un frontman que pusiera rostro y alma a sus composiciones, se topan con José Cerro, exvocalista de bandas como Lechita pal Gato o Manteca Colorá, que viene de una onda más cercana al flamenco-rock. El último en subir a la nave es Jaume Amengual (Sterlin, TM Inc.) a los teclados, con el que terminan de redondear los temas y añaden nuevos detalles y matices a las composiciones.
Describir su música no es fácil. Es mejor oírlos o, aún mejor, verlos en acción, pues es en vivo donde despliegan todo su potencial. Foraster es noise del bueno, pero también puede sonar a hard rock mezclado con psicodelia y flamenco rock. Todo ello en mallorquín con acento levantino. Según su propia definición, lo que hacen es música forastera, extranjera en cualquier lugar. Una música que no pertenece a ningún sitio y, por tanto, es universal. En directo son una auténtica apisonadora, un bloque de sonido agresivo y monolítico puesto al servicio de la inagotable expresividad de su frontman, que se desenvuelve como un verso libre por el escenario. Una extraña combinación que, contra todo pronóstico, funciona a las mil maravillas.
El álbum se compone de ocho temazos a cada cual más imponente, aunque si tuviera que destacar alguno en particular me decantaría por «Viu», «Perdedors» y «Dat i beneït». Un trabajo cuya producción lleva el sello de calidad de Paco Loco, pues fue grabado y mezclado en su estudio del Puerto de Santa María (Cádiz) el pasado mes de enero. Masterizado en Kadifornia Mastering por Mario G. Alberni, la fotografía de la portada es obra de Miquel Torres y el diseño gráfico y la maquetación de Joan Roig.
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Aprendiz de todo, maestro de nada. Programador, diseñador web, editor, redactor y codirector de esta nave.
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