Hoy vamos a hablar de Ladybaby, una banda que tuvo una vida algo efímera, aunque por un fugaz instante saboreó las mieles del éxito en su país (Japón) y en su peculiar género musical, el Kawaii Metal.
Kawaii Metal
También conocido como Kawaiicore (acrónimo de Kawaii -lindo- y Hardcore), es un estilo musical que nació en Japón en 2010 con la famosa banda Babymetal, inventores del género y sus máximos exponentes. Se caracteriza por mezclar elementos del heavy metal con el J-Pop (pop típico japonés) y la cultura japonesa de «Idols» (ídolos). Las composiciones típicas de este género contraponen la contundencia musical del metal, en cualquiera de sus vertientes, con las almibaradas melodías típicas del J-Pop, acompañadas de sus animadas coreografías y extravagantes outfits o cosplays.
Ladybaby fue creado en 2015, y estaba formado por las adorables lolitas niponas Rei Kuromiya (14 años) y Rie Kaneko (17 años), que aportaban el lado J-Pop, y el australiano Richard Magarey (32 años), luchador profesional de Wrestling, que aportaba el screaming propio del trash-metal. La temática de la banda era hablar de la cultura pop y cosas típicas de Japón, haciendo referencia a temas inocentes y triviales como la comida, ir de compras o diversiones adolescentes. Vestían ropa muy llamativa, típica de las «ídolos» japonesas, y su sonido contenía la esencia misma del Kawaii Metal: dulces melodías pop sobre ritmos de trash-metal.
Con «Nippon Manju», su primer single, tocaron el cielo, ya que el vídeo que lo acompañaba pronto se hizo viral. Hay que reconocer que Ladybaby era un grupo con un gran potencial para el público al que iba destinado: sus miembros poseían buenas voces y tenían buena presencia; el contraste entre la dulce voz de las chicas y los guturales de Richard funcionaba a la perfección; sus temas incluían tiernas y pegajosas melodías que se adherían a tu cerebro como un chicle a tu pelo, e iban acompañadas de vistosas coreografías estilo J-Pop muy bien ejecutadas. Sin embargo, todas estas cualidades no pueden explicar por sí solas su repentino éxito. Había algo más, algo que las demás bandas de Kawaii Metal no poseían.
Cuando el mundo conoció a Ladybeard
Ese algo que los hacía completamente diferentes era Ladybeard. Pero… ¿quién demonios era este personaje? Antes de entrar en detalles, debemos realizar un apunte necesario: en este tipo de bandas del pop japonés, es habitual que cada miembro adopte una personalidad o encarne un rol determinado. Así, Rei Kuromiya, que era la menor del grupo, adoptó desde el principio una actitud irreverente, mientras que Rie Kaneko hacía como de hermana mayor. Richard Magarey, en cambio, aportó a Ladybeard, su álter ego. La peculiaridad de este «personaje» consistía en que, además de dar el contrapunto vocal a las chicas, se comportaba como una ídolo más del grupo. De ese modo, Richard aparecía ataviado, según la ocasión, con vestidos, faldas, enaguas, coletas, lazos, medias… ¡sin depilar!, ejecutando las mismas coreografías para adolescentes que sus compañeras.
La vida de Richard Magarey es de lo más fascinante. Nacido en Adelaida (Australia) en 1983, estudió interpretación y en 2006 se mudó a Hong Kong para comenzar su carrera como doble de artes marciales en el cine. Durante su estancia en la ciudad, obtuvo gran popularidad participando como luchador profesional en la Federación de Wrestling de Hong Kong. Hablamos de ese tipo de espectáculos que son más teatro y acrobacias que otra cosa. Fue allí donde surgió el personaje de Ladybeard, un fornido hombre de raza caucásica que salía a luchar vestido de chica oriental. Más adelante realizó sus primeros pinitos musicales realizando versiones death metal de éxitos del pop cantonés, siempre bajo el rol de este personaje, consiguiendo generar cierto revuelo en la escena underground de la ciudad. En 2013 se muda a Tokio para intentar iniciar una carrera similar allí. En 2015, una reconocida empresa de cosplay llamada Clearstone tuvo la idea de juntarle con dos «ídolos» junior de J-Pop, creando Ladybaby.
Tras el pepinazo mundial que supuso su primer sencillo, ya no volverían a disfrutar de un éxito tan masivo. A principios de 2016, sacaron otro single titulado «Age-Age Money», y meses después un tercero llamado «Renge Chance». Ambos tuvieron una buena acogida, pero sin generar el hype del primero. En verano de ese mismo año (2016), tal vez viendo que la banda no iba a comerse el mundo, Ladybeard dejó el grupo para centrarse en su carrera, y este pasó a llamarse The Idol Formerly Known as Ladybaby, continuando sólo con las chicas. Bajo esta denominación siguieron dando conciertos y consiguieron lanzar su primer álbum, aunque su popularidad bajó muchos enteros. A finales de 2017, Rei Kuromiya también abandona el grupo, dejando a Rie Kaneko como única chica al frente.
En febrero de 2018 se renovó el grupo, retomando el nombre original y presentando 3 nuevas incorporaciones: Nana Ikeda, Emily Arima y Fuka Karasawa, que se sumaron a Rie Kaneko, iniciando una gira en primavera de ese mismo año. El grupo siguió gozando de cierta popularidad durante esta etapa, aunque sin acercarse a sus cotas iniciales. Finalmente, en enero de este mismo año (2020), se anunció su disolución definitiva.
Pero… ¿qué fue de Ladybeard?
Desde su temprana salida de Ladybaby, Richard Magarey ha seguido interpretando y desarrollando su personaje, Ladybeard, en múltiples facetas. En lo musical, repitió la jugada junto a la luchadora profesional e ídolo japonesa Reika Saiki, formando el dúo Deadlift Lolita, gozando de un buen número de seguidores, aunque sin la pegada que consiguió con Ladybaby. Actualmente sigue viviendo en Tokyo, llevando una discreta vida de «ídolo», uno más entre cientos, en la que combina el Wrestling y la música. Si vamos a Japón podemos encontrar diverso merchandising con su figura: posters, calendarios, figuritas, fundas para móviles, etc.
Pero, más allá de explotar su personaje, da la impresión de que Richard ha sido engullido por él hasta el punto en que ya no se sabe dónde acaba este y empieza la persona. En las entrevistas más recientes se le ve muy metido en la piel de Ladybeard, totalmente implicado en su papel de «ídolo» y dedicado en exclusiva a su álter ego. Y es que la vida de un ídolo en Japón no es tan atractiva como podamos imaginar, y menos para los estándares occidentales.
Ídolos, una vida llena de sacrificios
Un ídolo, aunque su nombre nos pueda llevar a engaño, no es una estrella consagrada o ampliamente reconocida, no tiene el mismo estatus. Más bien vendría a ser una estrella en ciernes, una promesa que con su tenacidad, esfuerzo y dedicación trata de llegar a lo más alto de su profesión o carrera, ya sea en la música, el baile, el cine, etc. Aunque nos pueda chocar, un ídolo no necesita ser muy talentoso, pero debe esforzarse y darlo todo en la consecución de su sueño porque de esa manera recibirá el apoyo de los fans. En la cultura japonesa, donde lo colectivo tiene más peso que lo individual, el éxito de un ídolo supone el éxito de los fans que creyeron en él, le apoyaron desde sus inicios, asistieron esperanzados a sus progresos…, por lo que el ídolo se debe en exclusiva a ellos y debe estar dispuesto a los mayores sacrificios.
Por tanto, los ídolos en Japón asumen una dedicación total y exclusiva a su carrera, que en realidad pertenece a la agencia que los auspicia, con la agenda siempre repleta de eventos y managers controlando férreamente sus vidas. Tener éxito no suele mejorar la situación para el ídolo, más bien consigue que aumente la presión y el control sobre él. No sólo deben seguir una agotadora agenda, también tienen que ser un ejemplo para la sociedad y llevar una vida virtuosa, o podrían perder su condición. Esto se traduce en que han acatar una serie de estrictas reglas y prohibiciones que suelen incluir no tomar drogas ni alcohol, no fumar, no tener sexo ni noviazgos, llevar una dieta sana, etc. Más que una vida llena de privilegios, los ídolos sufren una suerte de esclavismo moderno.
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Aprendiz de todo, maestro de nada. Programador, diseñador web, editor, redactor y codirector de esta nave.
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