Palma, viernes 17 de noviembre de 2023
Crónica de Alizzz y VGomez en la primera jornada de Es Gremi Sounds 2023
Es Gremi Sounds son los conciertos repartidos en varios días con los que la sala de referencia celebra cada año su aniversario. Esta última edición coincidía además con la redondez simbólica de ser su veinte cumpleaños, y desde luego uno de los capítulos estrella era el protagonizado por el músico, productor y representante barcelonés Alizzz (Cristian Quirante, Castelldefels, 1984), de ya larga trayectoria musical con trabajos para C. Tangana, Rosalía, Becky G, Doja Cat, Lola Índigo, Aitana o Amaia.
Abrió la velada el local Vgomez (Víctor Gómez Soares, Palma) uno de esos curiosos fenómenos del mundo actual de la música, tan curioso como real y muy representativo: activo desde 2018 y con más 528.000 oyentes mensuales en Spotify, representa a la perfección al outsider contemporáneo, figuras de poca o nula presencia en los medios «oficiales» pero con un eco popular a nivel nacional prácticamente desorbitado, desde luego muy envidiable para cualquier artista oficialista. Cumple también con otra constante de dicho perfil, que es la hiperactividad: ya van cinco singles en 2023.
«¿Os está gustando?» preguntó desde el escenario. Y sí, se podía detectar que estaba gustando. La aún escasa audiencia que presenciaba su puntualísima actuación iniciada a las 23:30 h. aplaudía y palmeaba las interacciones del artista, voluntarioso aunque algo esquemático en sus maneras en escena, pero con viveza y eficacia en lo lenguaraz. Compañero de trabajo y de gira latinoamericana del ya gigante Rels B (para él abrió también su concierto en la pasada revetla de Sant Sebastià de Palma), estuvo certero al dedicar una de sus primeras largadas con el micro a Es Gremi, a quien quiso agradecer su empeño longevo en ofrecer espacios para ensayar, grabar o actuar.
Sus armas musicales son las habituales en los medios tiempos que van desde el hip hop hasta el trap y algo de reguetonismo, enriquecidas por su aún breve pero ya intenso recorrido profesional. Supo ser cercano tanto como ocurrente y simpáticamente descarado. Repasó sus colaboraciones (Saiko, Kaydy Cain) y tuvo la generosidad de convertir el escenario en un festivo desfile de colegas por el que pasaron mallorquines de adopción como el argentino El Pibe Dogo o el colombiano Stiven Cruz ‘El Pretty’. «Bueno, ya estaría, ¿no? ¿Alguien conoce a Rels B?». Era el final del concierto, y cómo no cerró con «Intocable», el pepino con más de 23 millones de reproducciones que tienen ambos junto al antioquiano Amalfitan. Buena previa para lo que era esperable pero que aún así deslumbró: Alizzz iba a salir a todo trapo.
Aspavientos sonoros introductorios, luces azules sincopadas y grafismo callejero en las pantallas de vídeo de una sala que ya lucía a tres cuartos de aforo espaciado. Y desde el primer acorde y hasta el final, tres cuartos x2 de brazos en el aire y gargantas cantantes. El de Barcelona jugó la mayor con una formación de guitarra, bajo, teclista y batería, dando un bolazo de mayormente ochenterismo de sinte, más guarnición de pop y rock. La clavó uno que acompañaba a este que escribe: no estaba sosito sino vacilón.
De pie sobre una caja de luz blanca que le aportaba aires cinematográficos, la actitud del artista en las primeras canciones podía parecer distante, pero la pose se reveló como preconcebida, como parte del espectáculo. La audiencia lo esperaba y Alizzz cumplió: había venido para portarse mal. Si al principio quiso hacerse el disimulao, al poco ya arrancó todo: la banda, el tren, el enganchar tema con tema. Hasta arrancó el cantante a brincar.
Curiosamente, el flow lamentapenas definitorio del pop urbano actual emparenta con los modismos del compañero de Sala 1 de aquel mismo momento, y es que sonaron temas que por feeling podrían emparentar con el repertorio de Iván Ferreiro (otros dijeron El Canto del Loco; otros dijeron Andy y Lucas). Pero el de Alizzz se lucra, potencia y desarrolla por más vías, desde el pop-rock incluso garagero hasta la electrónica incluso underground. Como lo primero sonó «Ya no vales», como lo segundo su versión de «Toro» de El Columpio Asesino, concretamente apabullante. Pero eso no fue todo, aún hubo más. También añadió la versatilidad escénica de interpretar guitarra acústica en mano, recordó que su enésimo jitazo «Que pasa nen» la vamos a pinchar cuatrocientas veces la temporada que viene, para ir cerrando con el enorme acierto de la versión emopop de la maravillosa «Antes de morirme» o el cañonazo de «El encuentro».
El veinte cumpleaños del complejo Es Gremi no pudo ser más felizzz, pues regaló el excelente espectáculo protagonizado por el catalán, a quien cabe ajustarle de manera hiperjusta la sentencia «Es Alizzz, es generacional».
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