Palma, viernes 15 de marzo de 2024
The Prussians consiguen tocar el cielo en Mallorca
Por Patricia Gelabert y Annalisa Marí Pegrum
Xavi Vidal
Carlos Fernández (ver galería)
La banda se despide de los escenarios en dos únicas citas: Palma y Madrid. Y, en Palma, se despidieron por todo lo alto
A finales del pasado año, exactamente el 30 de diciembre de 2023, The Prussians anunciaban en sus redes sociales algo que nunca habríamos querido que sucediera (al menos por el momento): el punto y final después de 13 años en activo, con infinidad de conciertos y varias giras que les han llevado a recorrer medio mundo: Alemania, Suecia, Estados Unidos…
La banda, ganadora del premio Art Jove 2013 y Rock Villa de Madrid, se despidió por todo lo alto, congregando a sus fieles, en una noche inolvidable. Y, cuando digo inolvidable, no es para menos: estuvieron rodeados de buenos amigos, mucha música y un público conectadísimo. Combinación perfecta para decir adiós.
Fue en 2013 que una servidora los vio por primera vez subidos a un escenario, siempre que se le pueda llamar escenario al palco de unas fiestas de verano en Campanet. Ni siquiera recuerdo qué cantaron, pero sí recuerdo pensar dos cosas: qué alto era el cantante, y qué lejos llegarían. Tenían algo especial. Dominic tiene una voz única, melódica, suave y con garra a la vez. Ya la tenía por aquel entonces. Y eso hizo que no me equivocara: vaya si llegaron lejos (y vaya si es alto el cantante).
Han llenado salas por todo nuestro país, han sacado tres discos de estudio, singles fuera de disco y, sobre todo, muchos te-ma-zos que nos dejan en la memoria y en el recuerdo de todos los que hemos seguido a la banda durante estos años.
Y, entre esos recuerdos, se nos va a quedar para siempre la noche del viernes 15 de marzo del 2024 en Es Gremi.
L.A. y Guille Wheel & The Waves
Por Annalisa Marí Pegrum
La noche del viernes 15 de marzo nos reunimos en Es Gremi los fans del grupo The Prussians para disfrutar de su concierto de despedida, acompañados de Luis Alberto Segura, Guille Wheel & The Waves y el Dj set de Paco Colombás. Quienes habíamos seguido sus trece años de trayectoria llegábamos con una cierta nostalgia. En nuestro hipotálamo se habían almacenado algunas de sus actuaciones: el antiguo Jarana (después Maraca), Sa Fonda Deià, Mallorca Live Festival, por citar algunos de los incontables conciertos con los que cautivaron a nuestra isla.
Pero antes de que nos pudiéramos poner demasiado nostálgicos, tocaba disfrutar de Luis Alberto Segura, el inacabable L.A., en un concierto acústico e intimista iluminado por sus tradicionales luces rojas. ¿Serán los conciertos de L.A. siempre igual de impecables? Eso esperamos, porque así será imposible cansarnos de él. La nostalgia de quien empezó a escucharle en el difunto Bluesville amenazaba con empañar su emotivo concierto, con temazos como «Under the Radar», «Perfect Combination» o «Stop the Clocks».
‘Veinticinco minutos no dan para nada’ y ahí Luis Alberto tenía razón. Calentar los motores y la sala, aún un pelín fría, no debía ser tarea fácil. Y sin embargo, chapó.
En un loop infinito se acabó L.A. y dio pasó al segundo concierto de la noche, inaugurado con un ‘Vamos a hacer un poco de rock and roll (que luego vienen Los Prussians)’ de Guillermo Borrás, líder del Guille Wheel & The Waves, el grupo de pop-rock moderno inspirando por la psicodelia americana de las décadas de los sesenta y setenta. Sobre el escenario había un elenco de músicos masculinos apabullante. Berto Meana, Juan Andreu, Toni Sánchez y Paco Colombás vibraron e hicieron vibrar sobre un escenario que aún había de aceptar más músicos masculinos. Una canción nueva les sirvió para recordar a Luis (el Turi), compañero conocido por numerosos asistentes a la sala y que había fallecido hacía poco.
El público coreó varias de sus canciones, incluido su primer single «Summer Breeze», un temazo que fue escogido como mejor canción balear de 2023 por la audiencia de Mallorca Music Magazine. Poco importa que la formación lleve solo un año de vida, su directo cautivó y nos hizo soñar con todo lo que está por llegar (Mallorca Live Festival, disco para final de 2024), y nos hizo olvidar que estábamos ahí para despedirnos de un grupo al que no queríamos aún olvidar.
Goodbye Prussians
Como decía, llegaba el momento más esperado de la noche, y lo hacía con muchas sorpresas. El sueño de Dominic Massó y Tino Lucena se hacía realidad una vez más y salían al escenario junto con Juanda a la guitarra y Ferchu a la electrónica, abriendo una de sus noches más importantes con «If You Don’t». Ya desde primer momento se notaba la emoción de la banda y las ganas de dar un buen show. Ofrecieron dieciocho canciones llenas de sentimiento, sensaciones y amor por la música y por todo lo que hacen.
Sonaron hits como «Deia», «Make It Better», «Mantra» o «Ride» y, seguidamente, presentaban por primera vez en directo (vaya paradoja) «Sipping When Your High», y lo hacían acompañados por el otro 50% de la canción: Aqueelion.
Seguían con las sorpresas de la noche y, para interpretar las grandiosas «Soul» y «Karma», se subía al escenario Biel des Punt, anterior bajista de la banda, y lo hacía para quedarse ya hasta el final. Lo mismo pasaba con Jorge, primer guitarrista de los Prussians, que se subía para interpretar «Cold Tree» y se hacía suya la guitarra hasta que terminara el concierto, pasando Juanda a la percusión y los coros.
Presentaban entonces la única versión que han realizado: «Drop the Game», de Flume & Chet Faker, y con ella entrábamos en la recta final del concierto: un repaso por Mul-Mul, el que fue su primer disco, con la banda al completo y los ánimos rozando el cielo.
«Last Call», «The Place», «Arabian», «Big World» y, para finalizar, con Charlie Taylor y Paco Colombàs en el escenario, ejecutaron un cierre perfecto con «The Hills y A Stone», con todo el público bailando como si veneraran a un dios antiguo y, sobre todo, sin querer decir adiós.
Y, como no querían despedirse todavía, seguían la fiesta con Paco Colombàs a los platos, en Es Gremi Café.
Un concierto de los Prussians es siempre una fiesta y, ¿quién quiere dejar de bailar? Nadie. Por eso las despedidas no son bonitas del todo, aunque sean emotivas. Cuesta irse pero, sobre todo, cuesta dejar ir. Tienen canciones que formarán parte siempre de las bandas sonoras de muchas personas, muchos amigos. En mi propia banda sonora de vida.
Sé que juntos, o por separado, van a tener muchos éxitos merecidos. Sin embargo, dejo una pregunta en el aire: ¿seguro que es un adiós? Porque prefiero decir: Tupananchiskama *.
⬆ La banda estuvo rodeada de los amigos que han pasado por el grupo y seguido su trayectoria.
⬇ La gente que paga la entrada para asistir a un evento y se pone a hablar en lugar de disfrutar del directo.
* En el idioma quechua no existe la palabra adiós, pero sí Tupananchiskama, que significa «hasta que la vida nos vuelva a encontrar».
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