Palma, miércoles 1 de marzo de 2023
2ª edición del Festival Paco de Lucía
Concierto de Estrella Morente en el Teatre Principal de Palma
La segunda edición del Festival de Paco de Lucía, que se celebra del 1 al 5 de marzo en Palma, ha vuelto a despertar gran revuelo y expectación entre el público mallorquín —más aún si cabe que en su primera edición—. Una muestra que apuesta por ofrecer una visión del mundo flamenco desde lo más puro y ortodoxo a las nuevas tendencias más revolucionarias de una tradición musical y cultural que está hoy considerada como Patrimonio de la Humanidad. Y en esta edición, como cabeza de cartel, un nombre y un apellido que hablan por sí solos: Estrella Morente. Una artista que logró llenar el Teatro Principal de Palma de un público entusiasta que la colmaría de ovaciones y del que acabaría saliendo por la ‘puerta grande’.
La primogénita del maestro Enrique Morente destaca sin lugar a dudas por dominar un amplísimo abanico de tonalidades, aunque sobre todo por el largo quejío y eco en su voz. Todo ello gracias a una dilatada trayectoria que iniciaba con apenas 21 años con su primer disco Mi cante y un poema. Por aquel entonces, Estrella destacaba por tener un quejío con un tono agudo, llegando a ser comparada con la popularísima cantaora sevillana Pastora María Pavón, más conocida como La Niña de los Peines.
En el Principal, su dominio sobre las tablas quedó patente nada más salir a escena. Con un sensual contoneo al caminar, ataviada con traje de noche negro e irradiando una amplia sonrisa, lucía un bello mantón de Manila, al estilo del capote de un torero, que destacaba su cautivadora belleza.
Con un espectáculo perfectamente elaborado y medido, la granaína quiso presentar un repertorio de temas conocidos, tanto suyos como de su padre. Arrancó con los palos más festeros del abanico flamenco: unas populares Alegrías de Cádiz y unos bellos tangos al puro estilo Morente. Para esta ocasión, Estrella no podía estar mejor arropada que con varios miembros de su familia. A las palmas, su primo Antonio Carbonell y Ángel Gabarra. El acompañamiento corría a cargo de su fiel tío José Carbonell ‘Montoyita’. Un guitarrista avalado por una dinastía de ‘tocaores’ que ocupa hoy en día un lugar preponderante en el escalafón de los grandes virtuosos de las cuerdas. Finalmente a la percusión, su hijo Curro Conde Morente con el cajón flamenco. Como dato curioso, cabe señalar que este instrumento fue introducido en el flamenco gracias al maestro de Algeciras, quién lo trajo directamente de Perú.
Fueron varias las ocasiones en las que Estrella se marcó unos pasos de baile, demostrando así su elegancia a la hora de mover los brazos y marcar las figuras. Dotes heredadas de su madre, la bailaora Aurora Carbonell.
Fueron varias las ocasiones en las que Estrella se marcó unos pasos de baile, demostrando así su elegancia a la hora de mover los brazos y marcar las figuras. Dotes heredadas de su madre, la bailaora Aurora Carbonell. Pero como admiradora de las grandes, también hubo momentos para observar algún que otro guiño en gestos y estampas que hacían recordar a la chipionera Rocío Jurado.
Emotivas fueron sus palabras de agradecimiento ante la iniciativa surgida en Mallorca con la creación de la Fundación Paco de Lucía. También quiso hacer especial mención a algunos familiares directos del guitarrista universal, que estaban presentes entre el público del teatro.
Tras un cambio de vestuario, apareció luciendo un chal negro para anunciar que llegaba el momento de más jondura. Y así lo hizo, con rigor, aportando en ocasiones momentos brillantes de largos ecos de quejíos. Así se lució al interpretar por Tientos una Soleá, en pie, para rendirle un cariñoso homenaje a su Granada natal.
Para demostrar al público su potencia de voz, hubo momentos en los que Estrella no dudó en adelantarse en escena e interpretar a capela. Especialmente ocurrente al marcarse un Martinete en el que improvisó para alterar la letra y cantar que «las cuerdas hoy en día ya están llorando por Paco de Lucía».
Y de la jondura a la melancolía y sensualidad de su versión del clásico tango «Nostalgias», de Enrique Cadícamo y Juan Carlos Cobián. Con el público ya en pie, aplaudiendo con gran entusiasmo, la Morente no quiso abandonar las tablas sin regalar varios bises. Entre ellos su conocida versión del tango de Carlos Gardel «Volver», popularizada en la película de Almodóvar del mismo nombre. Tras hora y media de actuación, sin perder la sonrisa y al estilo de las grandes divas —llegó a arrodillarse para besar y agradecer al escenario—, dejó al público satisfecho y con la esperanza de que, tal vez, algún día, ella volverá.
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