Palma, sábado 11 de noviembre de 2023
IV edición del festival Extreme Division Mallorca en Es Gremi con Master, Vidres a la Sang, Totengott, Dioivo, Trallery, Marasme y Unicornium
Muchas cosas pueden pasar en un período de cinco años. Si no, que se lo digan a Deathlight Music y Extreme Division Mallorca. Y es que problemas logísticos, una pandemia mundial y demás acontecimientos nos han llevado a estar todo un lustro esperando la cuarta edición del festival por excelencia del metal extremo en nuestra bendita isla. Pero, por fin, el 11 de noviembre llegó la ansiada cuarta edición. En ella se juntaban unas leyendas como son Master, pioneros absolutos en lo que se refiere al death metal, junto a tres bandas de la península como Vidres A La Sang, Totengott y Dioivo, así como la representación local con Unicornium, Marasme y Trallery, quienes entraron a última hora debido a unos inoportunos problemas de salud que nos dejaron sin los eslovacos Doomas.
Con este cartel era evidente que íbamos a pasar una buena noche y que nuestras cervicales se iban a resentir al día siguiente. ¡Y qué narices, así fue! Los encargados de abrir la velada fueron Unicornium, con su propuesta de death/grind poderoso y cachondo. A las 19 h. saltaron al escenario con un unicornio hinchable, globos rosas y, sobre todo, una puesta en escena aplastante. No estaba especialmente llena la sala, al final tocar los primeros tiene la ventaja de que luego te puedes emborrachar, pero también el problema de que la gente aún está despertando de la siesta. De todas formas, la banda de Inca repartió estopa sin parar, con temas cargados de poesía como «Trampó», «Si no soy de Burgos por qué tengo esta morcilla», «Maria Enganxa» (con lanzamiento de caramelos sugus incluido) o «Mente KK», demostrando lo que puede dar de sí media horita de bolo y dejando el escenario patas arriba desde el inicio.
A continuación venía la apuesta más inesperada del cartel, el dúo gallego Dioivo. Unos chavales que nos ganaron a base de humildad, buen rollete y una propuesta muy personal, que arrancó con un tema muy punk rock para luego soltar latigazos con poso de death o incluso black metal. No lo tenían fácil, tras el explosivo show de Unicornium su propuesta podía quedar un poco pequeña, pero lo fueron superando a medida que avanzaba el bolo, soltándose canción a canción mientras Jacobo Mouriño (voz y guitarra) se adaptaba al escenario más extenso en el que habían tocado hasta la fecha, según sus palabras. Un descubrimiento interesante el de Dioivo que nos dejaron un buen sabor de boca.
Para ir siguiendo, tocaba el grupo que más ganas y curiosidad tenía de ver. Siempre he sido muy de Marasme, me parece una de las bandas más interesantes que tenemos en la isla, con una propuesta brutal de post-sludge y sus directos suelen ser apabullantes. Encima, venían con la novedad de Timothy Llompart al bajo y Joan Rigo a las voces, sustituyendo a Jeroni Sancho. Ahí estaba la clave, siempre he seguido el trabajo de Joan en bandas como Devouring o ahora en Impur, donde practica un death metal de toda la vida. Ahora le tocaba salir de su zona de confort y enfrentarse a un registro totalmente nuevo… y ganó, el cabrón. No pude sino dejarme el cuello entre los densos y farragosos ritmos del grupo, con un juego de luces muy cuidado y un sonido atronador. El directo de esta gente es para dejarte llevar a través de sus duras atmósferas y así quedó claro en grandes temas como «Aquí Les Ombres Mai No Arribaràn» o «Avenc», así como alguna que otra novedad que formará parte de su próximo disco, que espero con ganas.
A las 21:55 los que salían a escena eran Trallery, quienes entraron en el cartel esta semana debido a la caída de Doomas. Y bueno, hicieron lo que saben hacer. Trallery en concierto es jugar a ganar. Cerrando la etapa del décimo aniversario de Catalepsy, tocaron su repertorio habitual, mezclando temas de sus tres álbumes como «Collateral Damage», «Spiritless» o «From Nowhere». A partir de ahí, lo habitual, una puesta en escena cuidada al milímetro, ejecución impecable y Humberto animando constantemente al público, que ya presentaba una buena entrada, a levantar los brazos o darse de leñazos en el mosh pit. Cerraron, como vienen haciendo habitualmente desde hace diez años, con «White Shadow» y «Catalepsy». Otro buen show de Humberto, Biel y Sebas, cómo no.
Sin duda, uno de los platos fuertes de esta edición del Extreme Division Mallorca eran los catalanes Vidres A La Sang, quienes ya estuvieron anunciados cuando el festival se tuvo que aplazar en 2020 por lo que todos sabemos. Así que por fin pudimos tener a los de Terrassa en nuestros lares. Venían presentando su más reciente disco, Fragments de L’Esdevenir, tal vez el más denso y atmosférico que tienen, y fue el que copó el setlist desde el inicio, con «Mort de Paraula», «Salveu-Me Els Ulls» y «Fins Aquí». Mediante una puesta en escena sobria y una ejecución milimétrica de los temas, la gente reaccionó mejor a los temas clásicos como «El Crit» o «Un Dia Qualsevol», así como a «Els Vents Bufen a Favor», la cual invita mucho a corear el estribillo. Finalmente, con «Tots Els Paisatges Son Iguals» se llevaron de la mano a los fans mallorquines, que tenían unas ganas enormes de volver a ver a Vidres y salieron encantados.
Y ahora era el momento del cabezón de cartel. Los legendarios Master, lo que viene a llamarse una banda de culto en el mundillo del metal extremo, liderados por un Paul Speckmann que estuvo Es Gremi desde el momento en que bajó del avión hasta que se tuvo que ir de vuelta al aeropuerto, atendiendo a pringaos como un servidor y echando una tarde muy agradable. Más allá de eso, los tipos dieron una jodida lección. Esto es el puñetero Metal, amigos. No se trata de ejecuciones impecables o solos imposibles, se trata de actitud. Y estos tíos la llevan en las venas.
Con un sonido demoledor y una presencia brutal en el escenario, los americanos afincados en la República Checa dieron un recital dando un buen repaso a su discografía, centrándose sobre todo en los dos primeros discos y en los dos últimos hasta la fecha. Temas como la homónima «Master», «Subdue The Politician» o «Pledge of Allegiance» atronaron desde el inicio del bolo, con la interacción justa y necesaria con el público y derrochando tablas, veteranía y carisma. Tuvieron momento de lucimiento con la instrumental «Terrorizer», donde los tres miembros sacan a relucir sus dotes, para luego seguir con la cruda «Vindictive Miscreant», «Betrayal» o el clasicazo «Re-Entry and Destruction». Con todo, Master simplemente se dedicaron a sentar cátedra de cómo hacer metal extremo, ni más ni menos.
Finalmente, sobre las 2 de la madrugada, los asturianos Totengott se enfrentaban a la difícil papeleta de cerrar un festival de siete bandas, cuando quienes quedábamos en la sala ya teníamos las cervicales para hacer croquetas. Pero los tíos lo sacaron adelante, como debe ser. A base de actitud, riffs gruesos y un sonido duro y áspero, Nacho, Jose y Chou hicieron atronar el escenario de Es Gremi mientras una docena de motivados movíamos la melena en las primeras filas. Parecía un anuncio de Pantene, tú. Porque yo lo valgo. La cuestión, que Totengott se marcaron cerca de una hora de bolo a base de cuatro canciones, «Ceremony II», «The Way of Sin», ideal para abrir el bolo y mantener el pulso del público debido a su deje casi thrasher, «Delusion Of Negation» y las extensas «Satan Beside You» y «Doppelgänger II The Abyss», con la que se quedaron más a gusto que en brazos. Nos daba miedo pedir un bis, que como tocasen otra igual aún estaríamos en Es Gremi. Qué tíos.
Y esto fue todo, que ya está bien. Muchas cosas han pasado entre las últimas ediciones y muchas penurias e infortunios se han cruzado en la previa de esta edición, os lo puedo asegurar, pero finalmente el Extreme Division Mallorca volvió por todo lo alto. Las siete bandas que se presentaron dieron un concierto de alto nivel, dejando los favoritos de cada uno en función del gusto personal, y el ambiente que se respiró en la Sala 1 de Es Gremi desde las 18 h. hasta eso de las 3 de la madrugada fue genial. Ahora toca esperar a la quinta edición, para la cual, por cierto, ya están anunciados los irreverentes checos Gutalax y los gallegos Barbarian Prophecies. Casi nada.
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