Palma, jueves 10 de junio de 2021
Concierto de La M.O.D.A. en el Trui Teatre
Aterrizaron los 7 de Burgos en el Trui Teatre como parte del cartel Los Conciertos de Verano, prorrogados de Sant Sebastiá, con prácticamente todas las entradas agotadas al poco tiempo de ponerse a la venta, lo que ya presagiaba el interés que despierta esta atípica banda entre el público de nuestra isla.
Público muy variado e intergeneracional esperaba en las butacas, cuando por los altavoces empezó a sonar I want back down de Tom Petty, cantada por Johnny Cash mientras la banda subía al escenario. Algo sorprendente como preludio, sobre todo con una banda tan joven y en el Siglo XXI, pero que sirvió de entrada para poner un poco a todos en su sitio.
«93 compases» sonó como punto de partida sosegado de un repertorio brillante que han forjado tras diez años de carrera. Actitud sobria y alejada de lo que solemos ver en cualquier otra banda indie de su generación en cualquier festival, están a otra cosa mucho más interesante. Palma fue la primera de las ciudades de la lista de conciertos que tienen previstos para presentar en estos meses su nuevo álbum Alguna Ola, producido por el omnipresente Raül Refree, que dejó su impronta en el álbum, pero quizás no se aprecien tanto sus aportaciones llevadas al directo.
Desde que suben, da la sensación de que son una banda «comunal» unida por una especie de código interno de nobleza castellana que solo ellos conocen.
«Una canción para no decir te quiero», ya con la banda más metida de lleno, confirmó que tenían el público totalmente a sus pies, cantando la canción de cabo a rabo, como muchas otras de las que vendrían más tarde. Sorprende y mucho la capacidad que ha tenido la banda, desde sus inicios, para integrar elementos e instrumentación tradicional y folk sin caer en el tópico ni parecer verbeneros. Quizás sea por esa actitud rocker, que no rockista que manejan con tanta frescura en el escenario. Desde que suben, da la sensación de que son una banda «comunal» unida por una especie de código interno de nobleza castellana que solo ellos conocen. Un nexo que les une y del cual sacan canciones tan intensas como «Un bombo, una caja», que sonó casi tribal, al filo de lo populista, salvándose de dicho calificativo con inteligencia, actitud y un sentido del equilibrio muy difícil de conseguir.
David Ruiz en el centro del escenario como cantante y, sobre todo, «eje» de la banda, ejerce un papel casi de centrocampista, liderando pero sin que se note, conectando con el público a base de honestidad, humildad y encarnando a la perfección la frescura y ese puntito naif tan auténtico que tiene la banda y que tanto agradecemos.
La M.O.D.A. es un grupo creíble, atemporal, que podría funcionar igual de bien en cualquier otro momento en la historia musical de este país, y eso no pasa todos los días.
«Todo va a salir bien» fue uno de los momentos más especiales del concierto, la que mejor sonó, a pesar de lo difícil que era escuchar a la banda ante un público que se desgañitaba emocionado cantando el estribillo de una canción que ahora tiene más sentido que nunca. Con «Colectivo Nostalgia», David con su personalísima voz consiguió romper ese sonido algo plano a nivel tímbrico que tienen en algunos momentos del concierto, y que solucionan a la perfección tirando de dinámica como en esta. A partir de ahí fin de fiesta con temas enormes como «1932», «Nómadas» y la fronteriza «Gasoline».
Dieron la sensación de que tienen muy claro lo que quieren, seguir creciendo y ampliar sus horizontes como buscadores que son, más allá de lo previsible, pero con una identidad muy marcada que los diferencia mucho de otras bandas de su generación que persiguen la creación del hit como el dorado. La M.O.D.A. es un grupo creíble, atemporal, que podría funcionar igual de bien en cualquier otro momento en la historia musical de este país, y eso no pasa todos los días. Ellos están a otra cosa, lo saben y su público también. Esperemos que vuelvan pronto.
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