Contacta

Mallorca Music Magazine te acerca toda la actualidad musical balear con especial atención a la escena local.

DATOS DE CONTACTO

Tarifas agenda y banners

Publicado el 15 agosto, 2023

Iberia Festival: los últimos clásicos

Fotografías de José Luis Luna
Crónica de José Pozas
Loquillo en Son Fusteret (Iberia Festival) - Mallorca Music Magazine
VER GALERÍA

Palma, viernes 11 de agosto de 2023

Tour X Aniversario Iberia Festival

Concierto de Loquillo, Ilegales y La Granja en Son Fusteret

Viernes de concierto en Son Fusteret. El Iberia Festival celebraba su décimo aniversario acercándose a Palma con una reunión de tres formaciones con muchísima historia a sus espaldas, encabezado por Loquillo, junto a los incansables Ilegales y La Granja. Jugar a ganar.

La Granja

Los primeros clásicos en sudar la gota gorda sobre el escenario fueron Guiem Porcel y los suyos, quienes dieron un concierto realmente digno partiendo de la sencillez y la humildad absolutas, tanto en su puesta en escena como en los comentarios entre canciones. Power pop, pop rock… como le llames, al servicio de unas letras sobrias y claras, sin necesidad de más. ¿Para qué? Si el concierto sonó que dio gusto y la gente, que evidentemente aún no llenaba el recinto, se divirtió de lo lindo. Se notaba que los que estaban ahí, querían estar ahí. Bailando, cantando, refrescándose el gaznate… y siguiendo la longeva trayectoria de la banda en un repertorio afortunadamente largo para ser los primeros de la velada.

«Persiguiendo una luz», «Por quién doblan las campanas» o «Fuimos chicos rebeldes», con Pablo Ochando fumándose el cigarrillo durante las estrofas y derrochando carisma, fueron sucediéndose para deleite de los fans, que recuperaban las míticas canciones de La Granja. Como la rockera «Isabel», con Guiem abasteciendo de cerveza a sus compañeros, o «Magia en tus ojos», donde destacaron los magníficos coros que caracterizan a la banda.

Para el final quedaron «Los chicos quieren diversión» y «Sol de mediodía», cuando la camisa de ‘Malditos Granjeros’ de Guiem ya parecía un traje de neopreno fruto del sudor. Muy buen concierto de los mallorquines para ir abriendo la jornada.

Ilegales

A eso de las 20:30, cuando el sol (que no el calor) ya empezaba a apiadarse de nosotros, era el turno de ver a Ilegales. Unos latidos sirvieron de intro y la banda se plantó sobre el escenario con «Me he jugado tanto el corazón que lo he perdido». Al principio, con ciertos problemas técnicos, con Jorge haciendo claros gestos a la mesa de sonido indicando que no escuchaba su guitarra y demás. Y la verdad, desde abajo daba la sensación de que habían salido con prisas y sin probar. Fue algo incómodo el principio.

Por suerte, a partir de ahí la cosa fue para arriba. Ilegales hicieron la clásica jugada de la banda veterana. Empezar el repertorio con algunos temas potentes, seguido de una parte central que es más bien café para muy cafeteros, para terminar con una ráfaga de temazos para cerrar en alto. Todo entre los magníficos comentarios entre tema y tema de Jorge, que al final es la clave de todo. Sus dos puños y su infinito carisma cuidan de él y lo sabe de sobras el tío.

«Señoras, señores, monstruos, engendros y demás, aquí están los estragos del rock and roll y muchísimas sustancias. Pero así llevamos 40 años y, con toda la arrogancia del mundo, pretendemos darles el mejor concierto que han presenciado en su puta vida». Partiendo de ahí, nada puede salir mal. Siguieron con «Chicos pálidos», «El norte está lleno de frío», o «Ángel exterminador», donde se sustituyó el saxofón por el organillo con Tony Tamargo luciéndose entre teclados y guitarras.

Lógicamente el recinto estaba bastante más lleno, y ahí se vio lo disfuncional del denominado front stage, reservado a entradas más caras. El espacio delante del escenario estuvo prácticamente vacío en los dos primeros conciertos, con bastante gente más pendiente de guardar sitio para Loquillo que otra cosa, dejando la mayor parte del ambiente y los seguidores de Ilegales en la zona de atrás del recinto.

Pero bueno, el concierto fue avanzando con solvencia a través de canciones como «La casa del misterio», «Tiempos nuevos, tiempos salvajes», una celebradísima «Hola mamoncete» o unas coreadísimas «Soy un macarra» y «Bestia, bestia». Todo a lomos del bajo del mítico Willy Vijande, que sonó que dio gusto, y con una puesta en escena más serena de lo que uno podría esperar de los asturianos. Finalmente, «Problema sexual» remató la jugada con Jorge presentando a su notable banda y cerrando el concierto en alto.

Loquillo

Y lo que vino después… ¡maldita sea!. Todos los detalles al milímetro: ventiladores en la ubicación justa; si sobresalen unos cables en la parte frontal del escenario, se tapan con unas telas negras; cada luz apuntando a donde tiene que apuntar… Nada podía romper la elegancia ni quitar seriedad al concierto y todo tenía que estar más que preparado para que a las 23 h. sonara «Where Eagles Dare», los músicos empezaran a tocar y José María Sanz saliera al escenario a cantar «Los buscadores». Y así fue.

La puesta en escena, como decía, marcada al detalle: las luces, los músicos, la vestimenta de cada uno… Todo en aras de dar un gran concierto al respetable. Si hay que ir de negro, con camisa y americana a 35 grados, se va y punto.

Ya tuve la ocasión de ver y comentar en esta bendita web su anterior visita a Son Fusteret, cuando aún teníamos que estar sentados en los conciertos. ¿Os acordáis? Pero esta vez pude disfrutar del show de Loquillo en buenas condiciones. Que el tipo será lo que quieras, te caerá mejor o peor, pero a día de hoy dirige el escenario con una maestría y una profesionalidad que da gusto verlo.

Fue un concierto amplio, de cerca de dos horas de duración, donde lo que mejor funcionó fueron los clasicazos. Porque El Último Clásico es un disco digno, y Diario de una Tregua (el más reciente), bueno… Pero claro, no estábamos ahí por ellos. «Salud y rock n’ roll», «El hombre de negro», «El ritmo del garaje» o «El rompeolas», a eso íbamos. Las dos últimas no necesitó ni cantarlas, las cantó todo el recinto.

Al igual que hace dos años, toca una mención aparte para la banda. Vaya pedazo de músicos, amigo. No fue el típico caso de siete tíos que suben, hacen su trabajo y ya. Fueron imprescindibles en la puesta en escena, manejando de lujo los tiempos del concierto y luciéndose cuando se tenían que lucir. Loquillo, con sus pasos de baile, sus aires de rockstar y esa arrogancia que le caracteriza, manejó el cotarro cual director de orquesta.

«La Mataré», «El rey del glam», o temas recientes como «La vampiresa del Raval» o «Sonríe» fueron avanzando ante un público bastante entregado. Y al final, lo de siempre: «Feo, Fuerte y Formal», amago de irse, «Rock n’ roll star» y un «Cadillac Solitario» que siempre le va a funcionar para terminar los conciertos en lo más alto.

Total, que unos 3.000 asistentes, según fuentes oficiales, disfrutaron de una gran noche de rock al estilo de la vieja escuela, cargada de canciones míticas, bailoteos y mucha nostalgia. Y bien a gusto que estuvimos, claro que sí.

Enrédate en nuestras redes:

Publicado por:

Fotógrafo de la escena musical española y local desde 2010.
Colaborador de festivales y revistas de ámbito nacional, ha expuesto en diversas ciudades españolas y en el extranjero.
Fotógrafo en Mallorca Music Magazine.

Aquí Jose, un apasionado del Rock y el Metal en prácticamente todas sus vertientes. Escribo en varias webs (La Poza del Meh, Dioses del Metal, Necromance Magazine) y colaboro en El Fantasma de la Opera Radio y la plataforma Heavy Balears.

No hay comentarios

Deja un comentario

Con la colaboración de: