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Publicado el 28 junio, 2022

Reportaje de la primera jornada del MLF 2022

Fotografías de José Luis Luna y Luis Sergio Carrera
Texto por Julio Molina y Noelia Escalas Guzmán

El pasado viernes 24 de junio arrancaba la primera gran edición post pandémica del Mallorca Live Festival, la gran fiesta de la música y de la normalidad. A las 18 horas se abrían las puertas del recinto que acogería esta nueva edición y apenas un cuarto de hora después sonaban los primeros acordes en el escenario 3 a cargo de Cora Yako, la jovencísima banda madrileña que cuenta entre sus integrantes con dos mallorquines. Con su indie rock esencial, pero eficiente y bien definido, nos recordaron en algunos momentos a The Strokes o a los primeros Arctic Monkeys. Más de un centenar de personas bailaron con sus temas más conocidos.

Poco después se subía al escenario 2 Amulet”, al que pudimos disfrutar con banda, pero eso sí, con el bombo a sus pies, que hizo las delicias de sus incondicionales fans, que aguantaron estoicamente bajo el sol y disfrutaron con temas como «Ses coses que hem deixat partir», entre otros.

A ese mismo escenario subirían Shinova más tarde para hacer su primera actuación en nuestra isla y dejar patente que son una formación con un repertorio sólido y diseñado para grandes aforos, demostrando que su crecimiento como banda es toda una realidad. La banda vizcaína demostró con su indie pop épico que son mucho más que «Solo ruido», tema que sonó vibrante e intenso, así como también lograron con «Gigantes», gran canción de corte épico bailable.

Pero antes, Go Cactus estrenaban el escenario principal con su característica imagen de chicos buenos, pero derrochando soltura y carisma. Demostraron no tenerle ningún miedo a la alturas del mastodóntico escenario principal a base de cañonazos sencillos y eficaces que atrajeron al público desde el principio. Además, incorporaron al trío un cuarto miembro a los teclados para reforzar su propuesta, conscientes de la importancia de tocar por vez primera, y según ellos última, en un escenario tan descomunal como el Estrella Damm del MLF.

Mientras este mismo escenario concentraba a las seguidoras de Rigoberta Bandini, en el escenario 3 sonaba la primera gran voz femenina, la de Queralt Lahoz, que con su hip hop aflamencado, su rhythm and blues y sus ritmos latinos cantó a la memoria histórica, a la imigración y a las injusticias sociales, porque cómo ella misma reivindicó en su directo: «es importante saber de dónde vengo para saber adónde voy, porque la gente no emigra por placer», una canción comprometida que sonó entre un público entregado.

Rigoberta nos trae la fiesta

Aunque la verdadera fiesta a la naturalidad, la diversidad y al orgullo se vivió en el escenario principal pasadas las 20:30 h. gracias al espectáculo musical y escénico de Rigoberta Bandini. Paula Ribó González dejó volar a su alter ego musical y artístico, que nos cautivó desde el primer minuto con su potente voz y su espectáculo musical y escénico, un claro y necesario homenaje al humor, a la alegría, a la diversidad y al orgullo.

El concierto empezó con «In Spain We Call it Soledad», ante un público variado en cuanto a edad y género, pero con un gran punto en común: las ganas de fiesta y música. Con una Rigoberta eufórica, que paseaba con naturalidad su cuerpo por la pasarela que dividía el espacio del público, y bajo la letra de «Fiesta», continuó su actuación acompañada en todo momento por su cuerpo de baile, por sus primos Belén y Juan Bareny, y por su propia pareja Esteban Navarro.

Nos permitió abrazarnos a las ganas de fiesta, a esta nueva normalidad, gracias a «The fuck fuck fuck poem», que dio paso a sus grandes éxitos «A ver qué pasa» y «Julio Iglesias», como a originales versiones de folclóricas en las que participó toda su familia musical, haciendo gala de la complicidad que se respira entre ellas y ganándose a todo el público presente, que saltaba, bailaba y cantaba bajo sus letras. Pero aún quedaba la guinda del pastel, el pistoletazo al aullido de todas las perras congregadas en la pista con «Perra», y la versión oficial y eurofestiva del «¡Ay, mamá!». Un concierto que acabó con «Too many drugs» y con un público ansioso de más música, que encontraría alivio en C. Tangana.

C. Tangana… Tranquilísimo

Había ganas y curiosidad, entre algunos escépticos, por ver si C. Tangana era para tanto, y las expectativas se cumplieron y con creces. Montaje espectacular a la altura de un musical hollywoodense, algo pocas veces visto por el público de este país, con casi treinta músicos sobre el escenario. El madrileño demostró que vale su peso en oro y que es capaz de combinar sus raíces urbanas con guiños constantes al flamenco, la rumba y lo que le echen. En su propuesta escénica todo tenía sentido y brillaba por igual, ya fuera cuando se dejaba arrastrar por su espectacular sección de vientos que cuando lo hacía en un contexto más orgánico y tabernero, sentado en una mesa con sus amigos como si estuviese en su casa en una fiesta doméstica y rumbera, con la botella de anís y coñac sobre la mesa, en pleno éxtasis y acompañado de Antonio Carmona y El Niño de Elche. Un show que al margen de absurdos prejuicios, se metió a todo el público en el bolsillo a base de talento, buenas ideas y energía, recurriendo a la memoria musical de varias generaciones con un repertorio exquisito. Todo eso «Tranquilísimo», sin pensar demasiado como canta, baila o afina. Su propuesta va mucho más allá, es teatral, irónica e hiper-profesional, delirio absoluto en la aparentemente improvisada mesa camilla, en la que dejó espacio para sus amigos y supo echarse a un lado para dejar brillar a sus excepcionales colaboradores. Está claro que C. Tangana ha dejado atrás hace mucho tiempo el regaetton facilón de su inicios y que sabe más que los ratones coloraos. Así lo disfrutaron casi 30.000 almas que seguro que jamás olvidarán un concierto tan espectacular.

Mientras, en el escenario 2, los británicos Editors fueron, para muchos, la propuesta más seria de la noche con diferencia. Con su indie rock para paladares exquisitos, repasaron clásicos de su incuestionable y respetable trayectoria con una puesta en escena sobria y afilada, poniendo patas arriba el escenario y a su público con una facilidad pasmosa.

Izal, una sentida despedida

Izal salieron con todo muy claro y a asegurar el disparo, nada de sorpresas, su fórmula funciona sola. Se ganaron el favor del gran público hace tiempo y se respiraba en el ambiente cierta pesadumbre ante la anunciada noticia de su separación que publicaron hace unos meses, lo cual convirtió su actuación en algo muy emotivo para su parroquia, pero también para la formación, que juntos expresaban en el escenario complicidad, amor y orgullo por haber trabajado duro durante años para convertirse en una de las bandas más importantes de este país. Entre el público mucho «brilli brilli» y ojos temblorosos al saber que probablemente era la última vez que los verían juntos. Eso jugó a su favor y otorgó un carácter diferencial a este concierto, inolvidable para muchos.

Kase.O coincidió en horario con ellos en el escenario 2, pero no lo sufrió para nada. Su público demostró compromiso y fidelidad con el rapero, que es un auténtico referente nacional en el género y que se permitió el lujo de parafrasear el «Mallorca es Fonki» de La Puta Opepé y hacer enloquecer al público local, que agradeció el gesto. Uno de los conciertos de la noche.

Acompañamos este reportaje con algunas imágenes del público que asistió al festival a lo largo de la jornada.

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Publicado por:

Fotógrafo de la escena musical española y local desde 2010.
Colaborador de festivales y revistas de ámbito nacional, ha expuesto en diversas ciudades españolas y en el extranjero.
Fotógrafo en Mallorca Music Magazine.

Director de Mallorca Music Magazine, ejerciendo de fotógrafo, editor y redactor.
Apasionado de la buena música y las artes escénicas.
Fotógrafo especializado en fotografía musical y de conciertos.

Músico, cantante y compositor en Urtain. Colaborador musical en Cadena Ser / Radio Mallorca. Redactor en Mallorca Music Magazine.

Docente, profesora, melómana y festivalera.
Licenciada en Filología Hispánica.
Profesora de Lengua Castellana y literatura.
Amante de la palabra, la literatura, la poesía y la música.

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