Palma, sábado 6 de mayo de 2023
Concierto de Urtain + Side Chick en la sala Es Gremi de Palma dentro de la gira Llévame Lejos Tour 2023
No crea el lector que cualquier banda puede lanzarse literalmente a su público para literalmente nadar entre cuerpos. Es una cuestión no cuantitativa (que el número de asistentes dé para ello), sino cualitativa: la condición ineludible es tener canciones. Si no se tienen, puede parecer que hay personas y hay público, pero realmente no están ahí. Razón sencilla: porque puede parecer que tienes canciones, pero no las tienes. Tienes intentos, subterfugios, calcos, intereses, garrapatas, parásitos o tres millones de seguidores en Instagram, pero no canciones. El resumen o la crónica que podría escribirse de los próximos 1.003 conciertos de Urtain sería de una sencillez máxima: «Estuvo lleno de canciones».
Abrieron las barcelonesas Side Chick, que por decirlo de alguna manera, tienen dos discos llenos no de canciones sino de temardos. Además, a la antigua: excelentes canciones de la primera a la última, no solo las dos primeras como es tendencia hoy día. Arrancaron más saltarinas, joviales y menos malencaradas de lo que sus grabaciones podrían sugerir, con más neón y menos cuero sudado y no solo por los rechulísimos estilismos de sus dos front women. La actitud en el rockandroll no es solo parecer enfadado, también lo es ser una fábrica de pipas andante de lo pipa que te lo estás pasando en el escenario. Lo dicho pues: abrieron el concierto dos fábricas de pipas con un batería detrás.
El cambio de chip pareció marcarlo «Overrated», y no hace falta que el lector elucubre: es un temardo. A partir de ahí se oscureció el sonido y se oscureció el escenario, siendo el resultado el mismo: flow. Acabaron con una versión del clásico «Deceptacon» de Le Tigre, que aunque parezca lo contrario no es una canción que lo ponga fácil, tal vez por lo icónica que es. Y es que a menudo acercarse a un icono hace que te quemes. El trío de Barna la zurró bien pues sonó suficientemente sanguinolenta. Tras todo ello salió Urtain, que es un grupo que de siempre ha tenido la maldita manía de empeñarse en hacer canciones.
De intro sónica, «I Like it Like That», el boogaloo de Tony Pabon y Manny Rodríguez popularizado por Pete Rodríguez. En cerocoma el quinteto te recuerda otra de sus virtudes: inspiran sentencias. Por ejemplo, decir que es más fácil derribar tres veces las murallas de Jericó armado con un silbato que derribar el riff de «Manual de supervivencia para ilustres decadentes». Sonando no bien sino rebién, porque el directo de Urtain no va al trantrán sino al pam-pam, la síntesis es sencilla: fueron sonando canciones. Pero es que además, con ojo fino y filipino, con habilísima estrategia, por si a la cuarta, quinta o sexta canción alguien se despista, cosa habitual en el concierto de cualquiera, esta banda tiene una vacuna infalible para reenganchar a toda persona presente en la sala: tocan «Llévame lejos».
Con un vademécum musical stoniano y hasta vanmorrisoniano, reforzado en la segunda parte del concierto con saxo, trompeta y trombón, la velada avanzó incluyendo una nueva oportunidad para la Stratocaster del cantante y una felicitación a todas las madres, hasta llegar al primer anuncio de despedida con «La playa del mago», buen resumen de lo que se vio y oyó, y de lo que son: solidez y veracidad de vieja escuela pero siempre viva y lozana sin necesidad de fotosíntesis.
En el tramo final del concierto el cantante miró al otro guitarra. Este, al teclista, y este a los otros dos integrantes de la banda. El diálogo fue no verbal pero clarividente. El uno le dijo al otro, que se lo repitió a los demás: «Tenemos canciones, ¿no? Pues vamos a darnos un baño». Y se bajó uno y bajó el otro a nadar entre la audiencia. Posteriormente, ya con Side Chick también en escena, recordaron que, al igual que Joan Jett, «I Love Rock ‘N Roll», abandonando piscina y escenario al son de «That’s life» de Sinatra. Hubo colofón posterior: se comentó, se comprobó y se contrastó que a todo el mundo le había gustado la camisa del cantante.
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