Los VI Premis de la Música Balear otorgados por la revista señera «Enderrock» coronan a Júlia Colom con tres premios y aúpan a Maria Hein y a Mar Grimalt, a la par que abrillantan con dos galardones la anunciada despedida de Da Souza. Todo servido en una gala de ritmo vivo y en ocasiones estimulante
Fue hace justo un mes cuando se anunciaron los tres premios especiales y los seis de la crítica. En aquel entonces ya le cayó uno: Miramar de Júlia Colom fue señalado como el disco del año. Y ayer viernes, en la gala donde se hacían públicos los once restantes, los votados por el público, fueron dos más: mejor artista revelación y mejor disco de canción de autor.
La valldemossina fue quien acumuló más distinciones, coronándose como triunfadora de los sextos premios de la revista, y también fue ella quien abrió la ceremonia interpretando «Estròfica»: fuera luces y directamente, sin saludo ni presentación por parte de nadie. Así comenzó y así siguió, con viveza, sin atropellos ni tiempos muertos, a buen ritmo constante.
La cantante y compositora regaló una de las reflexiones de la noche al subir a recibir el premio a artista revelación: contó que su esperadísimo primer disco se publicó aproximadamente a la par que tuvo lugar el cambio de color político [en Govern y Consell], y que desde entonces se la tilda de «artista reivindicativa». Y reveló su deseo al respecto: que todo vuelva a la normalidad para que dejen de calificarla como tal y ser conocida tan solo como una chica de Valldemossa que canta.
El buen tempo de la gala se consiguió merced a unos discursos de agradecimiento entre breves y muy breves, fundamentándose también en el talento escénico y la buena complicidad entre la actriz y poeta Agnès Llobet y el actor, guionista y músico David Ordinas. Condujeron la velada con finura, ofreciendo una presentación muy bien empaquetada, sin estridencias y cargados de flow. Como cuando el cantante, interpretando un extracto de su espectáculo No som tan bona persona, improvisó un «¡Vuelve a soltar la base otra vez, me da igual, que sino me pierdo!». Ítem más, en su miniactuación estuvo uno de los hitos de la noche: hacer que sonara reguetón en toda una entrega de premios Enderrock en todo un Teatre Principal.
A este reino de premios aún estaban por llegar más reinas: al mejor disco revelación para la crítica otorgado a Mar Grimalt —ya anunciado en septiembre en aquella primera tanda comentada—, se sumó ayer otro de los galardones «grandes», el de mejor artista según la votación popular, para Maria Hein. No hay entrega de premios sin sorpresa. La veinteañera, con su fascinante segundo álbum, se impuso así a los más curtidos O-Erra y Pèl de Gall. Pudo haber campanada inicial pero no disensión posterior: «merecidísimo» fue el comentario más oído en los corrillos posteriores.
Más comentarios cazados al vuelo, que en el pre y post es donde siempre está la salsa en este tipo de veladas: que si Colom debería haber estado entre las nominaciones a mejor artista, a secas, y no artista revelación, y al revés respecto a Hein. Argumentos pro-una y pro-otra: la primera tiene 26 años y acaba de publicar su primer trabajo, aunque acumula larga experiencia en los escenarios. La de Felanitx tiene tan solo 20, pero ya anda por su segundo álbum. La polémica nació menor y acabó intrascendente: hubo consenso general en que la categoría de ambas y de sus respectivos discos merecía distinción grande, y ambas la recibieron.
Más conversaciones volantes: hasta que en los certámenes musicales no haya un cambio de óptica palpable y uniforme, la distinción de mejor disco pop-rock se ubica en la jerarquía entre estilos como la categoría más relevante (fue la nota curiosa de la gala: los dos, el de la crítica y el del público, se los llevaron unos Da Souza que anunciaron hace meses que se separan a finales de año). Sea en el inconsciente colectivo o en los anillos de Saturno, pero dicho automatismo existe. Y ahí vino otra reflexión oída repetidamente: eso ya no casa con la realidad musical y artística de ningún país, y de alguna manera habría que reenfocarlo. Además, la mayoría de diálogos concretaban y se dirigían hacia un mismo nombre: Marala. El trío lleva un glorioso año largo a lomos de un segundo álbum extraordinario, y fue recurrente el comentario de si el único premio que recibieron, mejor disco de folk para la crítica, se quedaba en insuficiente. Sea o no, consciente o inconscientemente, porque se estaba minusvalorando el género folk (tan histórico, tan mayestático; quien no lo calibre como tal es que anda corto de cultura musical y también general), la conclusión esencial era unánime: Marala también reinaron ayer. Agradecieron el galardón vía vídeo al no poder estar presentes y, valga como anécdota final, pudo parecer que la mallorquina Clara Fiol oyó o estaba al tanto de dichos diálogos, porque sentenció, clarividente y salerosa: “El folk está de moda, y nosotras somos unas modernas”.
El otro foco de atención máxima estaba en las actuaciones musicales. Sirvieron para seguir comprobando que las tablas, los escenarios y el directo le nutren las venas a Colom. Su simbiosis con todo ello no es solo arte sino que es hechizo, porque sigue donde está desde hace años: no canta ni actúa sino que embelesa. Más: cerca, muy cerca de todo eso está Amulet. Más: qué bien les sientan los decibelios y una cierta crudeza rock a Reïna. Más: la música en directo sobrevivirá mientras sigan existiendo bandas como O-Erra o Pèl de Gall, porque su directo es su fiesta y también la tuya. Más: Negre recordaron que quien quiera aprovechar la vida no debe perderles la pista, sin separar tímpanos ni retinas de su música. Y final: quedó prácticamente solventada la intriga de cómo articulará Hein en su directo la raigambre folk de su primer disco con las genialidades urbanas del segundo. Respuesta parcial: sencillamente, con su enorme talento. Respuesta total: para saberlo, sencillamente, bastará con ir a sus conciertos. Porque su talento tan solo acaba de explotar y apunta a que explotará tres millones de veces más.
PALMARÈS
PREMIS ESPECIALS ENDERROCK
D’Honor: Els Valldemossa
A la trajectòria: Joan Company
A la personalitat: Miquel Jaume
PREMIS DE LA CRÍTICA
Millor disc de l’any: «Miramar» de Júlia Colom (La Castanya)
Premi Estrella al millor disc revelació: «Espurnes i coralls» de Mar Grimalt (Segell Microscopi)
Millor disc de pop-rock: «Dies d’attrezzo» de Da Souza (Bankrobber)
Millor disc de cançó d’autor: «Petit viking» de Amulet (Segell Microscopi)
Millor disc de folk: «Jota de morir» de Marala (Propaganda pel Fet!)
Especial del jurat: «Altament sensible» de Cris Juanico i l’Orquestra Simfònica de les Illes Balears (RGB Suports)
PREMIS PER VOTACIÓ POPULAR
Millor artista: Maria Hein
Millor artista revelació: Júlia Colom
Millor cançó: «T’has colat a una festa» de Pèl de Gall
Millor directe: O-Erra
Millor disc de pop-rock: «Dies d’attrezzo» de Da Souza
Millor disc de cançó d’autor: «Miramar» de Júlia Colom
Millor disc de folk: «Un crit» de Terra i Sal (Illenca)
Millor disc de músiques urbanes: «Rissaga» de Rudymentari (Guspira Records)
Millor disc de jazz: «Somni d’una trompeta» de Bernat Xamena (autoeditat)
Millor disc de clàssica-contemporània: «Mon cor estima una cançó» de José Manuel Sánchez i Francesc Blanco (Casmusic)
Millor disc en llengua no catalana: «Un sofá en las nubes» de Wanderlust Menorca (autoeditat)
Publicado por:
Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.
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