Este año se cumplen 40 años de la muerte de Vinicius de Moraes y 50 de la edición de su famoso disco de La Fusa, la grabación que abrió las puertas de la música brasileña al mundo entero y del que el guitarrista brasileño Jurandir Santana junto a Carme Canela, acaban de presentar en una nueva y asombrosa versión.
La admiración por la figura y obra de Vinicius de Moraes no ha parado de crecer durante todos estos años, pero en Brasil no siempre fue así porque, como sucede a muchos grandes artistas, parece que necesitan tiempo para que su figura sea comprendida y valorada en su totalidad. Vinicius fue un respetado poeta que renunció a la prestigiosa poesía académica porque, según decía, ese esfuerzo le daba dolor de cabeza.
Con más de 50 años y después de ser expulsado del cuerpo diplomático por vagabundo, comenzó a cantar en bares y clubes e incorporó de forma natural su obra poética a la canción popular.
La alegría es la mejor cosa que existe
Entregado a la vida nocturna, durante mucho tiempo fue visto en su país como un cantante y autor de canciones ligeras y simpáticas, un entusiasta fatalmente optimista, con el amor y la pasión como temas fundamentales, poco serio y muy dado a las bromas.
Pero menudas bromas: lo de «la tristeza no tiene fin, la felicidad sí…» o, «si quieres que no llore más, dile al tiempo que no pase más…» o, «la alegría es la mejor cosa que existe…». Esa sonrisa inconfundible que nace de las canciones de Vinicius escondía, como si quisiera disimular, su gran capacidad para las letras sencillas, hondas y melancólicas. Y ahora, 40 años después, se comprueba que no fue capaz de engañar a todo el mundo.
Con Vinicius se cumplía el dicho clásico «Todo lo profundo ama la máscara», y su máscara era su vida alegre y despreocupada, llena de pasiones sucesivas y logrando transmitir como nadie ese sueño de armonía y cordialidad que siempre dominó el imaginario musical brasileño.
Sus canciones consiguen traer una promesa de felicidad posible
Y es que Vinicius era capaz de cualquier cosa con tal de no parecer lo que realmente era, uno de los músicos más influyentes de Brasil. Suyas son algunas de las canciones más oídas de todos los tiempos, escritas e interpretadas en compañía de amigos: Antonio Carlos Jobin, Joao Gilberto, Baden Powell, Carlihnos Lira, Toquinho, Chico Buarque… entre otros, y siempre con la elegancia de ceder el prestigio a los demás, como si él sólo fuera un acompañante simpático que ponía palabras cotidianas a la gran música de sus amigos, que él cantaba sonriente, como si sólo buscara la diversión.
Debe ser por eso que, todavía hoy, sus canciones consiguen traer una promesa de felicidad posible.
¡Si todos fueran igual que tú, que maravilla vivir!
El día de su muerte, en su entierro, la multitud que acudió a despedirlo también encontró en sus canciones las palabras adecuadas para decirle adiós, y así cantaron: «… si todos fueran igual que tú, que maravilla vivir…».
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Director Artístico de los Festivales y Conciertos: Innside Soul weekend Mallorca, Daltonyc Fest y Moscari Black Music.
Creador y conductor desde hace 30 años de diversos programas musicales: Merienda de Negros, Semilla negra y La Isla de las Voces, emitidos en: Radio QK, Radio Marratxí, BN Mallorca Radio, Radio Pra y Radio Calvià.
Agitador cultural, DJ y miembro fundador de la asociación Mallorca Black Music, así como colaborador ocasional del blog Acidjazzhispano y de la revista Enlace Funk.
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