Arde Bogotá en Son Fusteret
Son Fusteret acogió un concierto colosal de dos horas en el que la banda firmó un viaje musical y emocional merecedor de estatus grande...
Son Fusteret acogió un concierto colosal de dos horas en el que la banda firmó un viaje musical y emocional merecedor de estatus grande...
Hedonismo, exuberancia y hasta lascivia para todos los públicos (absolutamente todos) en un directo que ojalá fuese modelo a seguir en este país...
El pamplonés dividió el concierto en cuatro capítulos: el miedo, el grito, la fe y el paraíso, mezclando su disco y la discografía de Izal...
La ovación del público demostró una vez más que jazz y Castell de Bellver son un buen maridaje que incita a repetir en las noches de verano...
Como siempre hace el cantante cuando para en la isla, convirtió Son Fusteret en una burbuja con un espectáculo que fue simplemente brillante...
Grandísima heterodoxia la de aquella noche porque la causa, fundamento y leitmotiv de ambas figuras fueron solo una: la creatividad...
El directo de G-5, Veneno, Canijo, Ratón, Muchachito y Tomasito, es una juerga con un guion interno tan infalible que resulta fresquísimo...
El ghanés estrenó el ciclo con su seductora, profunda y aterciopelada voz que recuerda al estilo clásico de los intérpretes de la Motown...
El quinteto del sevillano de 1990 Daahoud Salim le dio sentido al neologismo “grandiosismo” con una actuación que despertó muy 'bon appétit'...