Oques Grasses en Son Fusteret

Palma se rindió al espectáculo desenfadado y alegre de Oques Grasses, mezcla de reggae y pop català, plagado de un buen rollo inconfundible y que no deja indiferente a nadie. Música y fiesta colectiva donde la buena energía desprendida consiguió conectar con un público entregado.

La banda mallorquina Bona Ventura dio el pistoletazo de salida a una tarde cargada de ritmo. Con sus canciones en catalán y su música bailable dejaron paso al pop con influencias indie-rock de Blu Nana, que hicieron bailar con sus temas a un público con ganas de marcha.

Era el turno de los de Osona. Las ganas de verles y escucharles se palpaba en el ambiente, pero la banda se hizo de rogar casi 45 minutos. La demora amenizada por el DJ no pareció importar a los miles de asistentes, tanto niños como adultos, mayoritariamente de la isla, que se dieron cita en el abarrotado recinto de Son Fusteret en un ambiente festivo y familiar. Y es que a pesar de haber visitado la isla en agosto de este mismo año, Oques Grasses volvió a sentir el calor de un público fiel que acudió a esta cita para corear sus letras junto a ellos.

Cuando empezó el espectáculo de luces y sonido se pudo sentir que algo grande estaba a punto de comenzar. Los siete de la banda, encapuchados y enmascarados, inundaron con su presencia el escenario; empezó a sonar «Molta Tralla» y el público se vino arriba. Hicieron un repaso por su repertorio, desde ritmos rap haciendo partícipes a las primeras filas del público para cantar «Com està el pati», hasta temas como «Canço de l’aire», donde muchos se marcaron unos pasos de baile.

Con buen sonido, dinamismo, ritmo, movimiento en el escenario y mucho baile entre los asistentes, llegamos a la mitad del espectáculo, y la emoción fue palpable cuando el cantante Josep entonó «Sort de tu», o cuando sonaron los tambores y trompetas para presentar «Elefants».

Además de sus propias canciones versionaron temas de Ska-P o Mago de Öz, para seguir animando a un público entregado y con muchas ganas de seguir la fiesta. Tanto es así, que el grupo catalán quiso satisfacer el deseo de los asistentes tocando «Córrer pels camps» en el centro del escenario.

Tras casi dos horas de música y de la buena vibra que caracteriza al grupo, Oques Grasses culminó con uno de sus temas más preciados. Sentados en el escenario crearon un ambiente cálido e íntimo para recordar a «La gent que estimo», cerrando lo que ya se prometía desde el inicio: un gran espectáculo que te conecta desde el principio, te emociona hasta el final y te deja con ganas de más.