Romper la barrera del sonido

La mejor explicación llegó desde el mismo escenario: contó la vocalista Marta Garrett que es una oportunidad única y maravillosa no solo juntar a seis intérpretes provenientes de seis países diferentes, sino juntar seis maneras diferentes de tocar jazz, de componer, improvisar, estudiar una partitura o ensayar. Las seis fueron Kika Sprangers al saxo alto (Holanda), Cecilie Grundt al saxo tenor (Noruega), Aga Derlak al piano (Polonia), Garrett a la voz (Portugal), Blanca Barranco al contrabajo (España) y Nailé Sosa a la batería (Cuba, aunque residente en Mallorca). Juntas forman esta banda de solo mujeres estrenada en la edición de 2021 del Festival de Jazz Alternatilla.

La heterodoxia conjugó entre bien y muy bien. La ortodoxia jazzística en el mejor sentido del término (Sprangers, Garrett) se entendió a la perfección con el poderío melódico (Derlak, Grundt), con los pasajes por el desfiladero (Barranco), y con la efervescencia caribeña y latina (Sosa). El método elegido fue sencillo: a composición por intérprete. Se pudieron escuchar esas seis visiones del jazz de esas seis grandes y diversas creatividades, en un recital que no buscaba la uniformidad estilística o musical sino casi lo contrario: borrar fronteras.

Escuchar cómo se acoplaban todas las intérpretes al mood de cada sucesivo tema expandió los límites de la música. En unas ocasiones de manera sencillamente ejemplar, y en otras de manera sencillamente emocionante. Por ejemplo en la versatilidad incalculable de Sprangers sin necesidad de llegar al free, en la voz portentosa e ilimitada de Garrett, en los dedos infinitos sobre las teclas de Derlak o, mención especial aparte, en ese meteorito de ritmo a la batería: la cubana de nacimiento y mallorquina de adopción. Nailé Sosa no tocó sino que rompió la barrera del sonido.