Calvià, sábado 17 de agosto de 2024
El poder de las buenas canciones
Por Patricia Gelabert
Xavi Vidal
Carlos Fernández (ver galería)
Después de las tormentas que azotaron las islas, y de haber tenido que suspender varios eventos en Mallorca, llegaban los de San Sebastián para darle color a los últimos días grises. Venían con la responsabilidad que conlleva un sold out en un recinto como Es Jardí, con 5.000 espectadores ansiosos por recordar las míticas canciones que nos acompañan desde 1998.
Se encendieron las luces, entraron los músicos y empezó el show. Sin más, pero tampoco sin menos. No había gráficos, las pantallas fundidas a negro, cero efectos especiales. ¿Y? Pues nada, no se echó en falta nada porque la banda no necesita un gran despliegue de medios para ganarse a su público (sorprendentemente variado e intergeneracional). Solo con la voz de Leire Martínez, la gran banda que es La Oreja de Van Gogh y su excepcional repertorio de canciones fue suficiente.
Tenían un cometido, y era el de hacer un repaso por su trayectoria de más de 25 años y hacer disfrutar al público de Es Jardí. Y lo consiguieron más que de sobra. Eligieron «Cuídate» para empezar el show, y le siguieron canciones tan conocidas como «París», «El primer día del resto de mi vida», «Soledad» o «Rosas». Esta última formando parte de uno de los momentos más emotivos del recital: al finalizar la canción, el público coreó el estribillo a pleno pulmón, a capela, dejando claro una vez más que, pase el tiempo que pase, los vascos son los reyes del pop nacional.
¿Os han dicho alguna vez que sois muy bonitos? Pues sois muy bonitos.
Esas fueron las palabras de Leire al terminar la canción, prácticamente las únicas de todo el concierto. Aunque, volviendo al mismo punto de antes en cuanto a puesta en escena: ¿necesitan hablar entre canciones? El público estaba hambriento de estas y enchufadísimo desde que empezó el recital, que tuvo que demorarse 20 minutos debido a las colas monumentales que se formaron para llegar al recinto.
Siguiendo con el recorrido por su trayectoria musical, le tocó el turno a «Abrázame», «Puedes contar conmigo» o «Deseos de cosas imposible». Todo ello dejando claro que Amaia fue la voz principal en sus inicios, marcando la escena musical española para siempre, pero que Leire no tiene nada que envidiarle, dándole unos toques más rockeros al pop casi naíf al que nos tienen acostumbrados. Y ese rock quedó patente en «La niña que llora en tus fiestas», a la que le dieron un cariz más oscuro, con una Leire imponente en el escenario, enfundada en un vestido de tul negro y botas plateadas, y pidiendo al público aquello de «mírame / con la estrella polar a mis pies / vuelvo a casa perdida otra vez / porque no sé dejar de adorarte».
Y si hablamos de adorar, fue a ellos en el momento en que llegó «La playa», una de sus canciones más representativas y emotivas por la historia que cuenta, que encierra un homenaje a la playa de La Concha, en su querido San Sebastián. Ahí fuimos conscientes de que se acercaba el final, y de que en breve se apagarían las luces para despedir a la banda.
Dejaron para el final «Pop» (mi favorita), «Muñeca de trapo» y, como no, la archiconocida «20 de enero», perteneciente al disco Lo que te conté mientras te hacías la dormida, que los catapultó directamente a lo alto de las listas nacionales a principios de los 2000.
Finalizaba así la decimotercera cita de este verano en la terraza de Es Jardí: por todo lo alto y con ganas de más. Porque ese es el efecto que provoca La Oreja de Van Gogh: el de querer volver a escucharles una vez más. Siempre.
⬆ La lista de canciones elegida por la banda para deleitarnos con un concierto variado en el que hubo de todo.
⬇ Las retenciones ocasionadas antes y después del concierto.
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