Palma, domingo 25 de febrero de 2024
Concierto de L.A. en formato acústico en el Teatre Mar i Terra de Palma
Después de rodar por más de 40 ciudades de España con su ‘Heavenly Hell Naked Tour’, Luis Albert pone el broche de oro a la gira con tres ‘sold out’ en Palma
El pasado fin de semana, Luis Albert Segura, más conocido como L.A. en el ámbito musical, llenó tres noches consecutivas el Teatre Mar i Terra de Santa Catalina, en Palma.
Los días 23, 24 y 25 de febrero estaban reservados para lo que resultaron ser tres noches inolvidables y únicas. ¿Por qué únicas? Porque Luis Albert, muy conectado con su público, dio la opción de que los asistentes fueran los que eligieran algunos de los temas in situ y, de esa manera, hacer tres conciertos iguales en formato, pero diferentes en contenido.
Así pues, la noche del domingo esta Redacción acudió a la cita para disfrutar de la hora y media de música en formato acústico con un emocionado Luis, que empezaba la noche en solitario, guitarra eléctrica en mano, y con los primeros acordes de «Crystal Clear» (Heavenly Hell, 2009). A esa canción imprescindible en el repertorio de cualquiera de sus conciertos, le siguió otra de las míticas: «Perfect combination» y «Close to you», también de su disco de 2009 y el que pone título a la gira.
Llegaron las peticiones del público y, con ellas, sonaron «Secrets Undone» (From the City to the Ocean Side, 2015) y Suddenly (King of Beasts, 2017), que Luis Albert combinó a la perfección con «Living by the Ocean» y «Ordinary lies», dos temas más de su LP de 2015.
Llegábamos así a la primera mitad del concierto con «Where the Angels go», «Under Radar» y «Dualize», canción que da título al disco homónimo de 2013 y con el que la banda se afianzó ante un público fiel hasta su disolución en diciembre de 2018, para luego volver en 2021 con Evergreen Oak y una imagen renovada, ahora codo con codo con el teclista Sergi Llopis. Y el mismo Sergi apareció hacia la mitad del concierto para seguir haciendo del espectáculo en acústico una noche para no olvidar. Sergi se sentó al piano y Luis Albert abandonó por momentos la guitarra para hacer una versión del «Jesus, Etc.» de Wilco que no dejó a nadie indiferente.
Entonces arrancó la segunda tanta de peticiones y el gran momento de la noche: un asistente dijo que les había oído tocar hace tiempo «It’s my life», de Bon Jovi, y quería volverla a escuchar. ¿Se la sabían? No. ¿Fue un impedimento para que sonara esa noche? Tampoco. No hay nada (o casi nada) que internet no resuelva en un santiamén, por lo que Luis no dudó en buscar la letra, Sergi los acordes, y se produjo la magia: versión en acústico completamente improvisada que, después de algunos sudores y arrepentimientos con eso de dejar elegir las canciones al público, creó un ambiente de entrega y un momento único que el público supo acompañar, sobre todo, en los estribillos.
Con el ánimo por la nubes, llegaba entonces un tema que, indiscutiblemente, debería estar en todas las listas de reproducción de L.A: «Storms», de su último disco Evergreen Oak (2021). Versión increíble a guitarra y piano y, personalmente, la gran canción de la noche. Mirando alrededor en varios momentos, no vi a la gente tan conectada como en esta canción, y no es para menos. Le tocaba ahora el turno a un tema huérfano de disco, «Shakey Ground», al más puro estilo New Orleans y, con e´, se despedía (por el momento) Sergi del escenario y se acercaba el final de la noche, de nuevo a solas con Luis Albert.
Tres grandes canciones antes del bis, con petición materna incluida. Como anécdota, contaba Luis que sus padres muchas veces le ayudan con el setlist de los conciertos: «deberías cantar esta, o esta otra». Peticiones a las que el cantante mallorquín suele hacer caso. Después de cantar «Leave it all behind», venía la canción por excelencia. La que nunca falta, o nunca debería faltar en el repertorio de L.A., porque es con diferencia la canción que más cosas buenas les ha traído: «Stop the clocks».
«Stop de Clocks, esta noche, es para vosotros»
En ese momento, Luis Albert se explayó contando que esa canción era un descarte y no iba a estar incluida en Heavenly Hell, pero «es curioso cómo, la canción más sencilla, que estuvo fuera del disco, la quitamos porque no nos gustaba, se convirtió en la canción que más repercusión ha tenido. Por eso nunca sabes, como músico, o las discográficas, o los productores, qué va a pasar. Solo vosotras y vosotros decidís a donde va un artista, a donde va un disco o a donde va esa canción. Hoy en día hay más plataformas y otro tipo de elementos que entran a jugar en que un artista despunte o no. Pero cuando salió este disco fuistéis vosotras y vosotros quienes me hicisteis vivir de esto. Así que Stop the clocks, esta noche, es para vosotros”.
Así iniciaba la canción, y así llegaba el momento más esperado de la noche, con el público cantando, bajito y con mucho respeto, para hacer acompañamiento, como él mismo decía, de la canción más emblemática de L.A.
Llegaba el momento de la despedida (la primera, al menos). Y la canción elegida por su madre fue «A song for the lovers» (Richard Ashcroft, 2000). Con su guitarra eléctrica, a solas en el escenario, y con su mítica voz rasgada y un inglés impoluto, convirtió esta canción en un momento onírico que dejó al público con ganas de más. Porque eso es lo que hace Luis Albert: convertir lo sencillo en especial, y lo especial en increíble.
Y a sabiendas de que íbamos a corear el eterno «otra, otra…», se adelantó y solo unos pocos segundos después de salir del escenario volvió a entrar con Sergi para, ahora sí, terminar el concierto de la mejor forma posible: con «Outsider», del Dualize (2013), y —¡menuda sorpresa!— con una versión de la tan reconocida «Girls just wanna have fun», de Cindy Lauper, dedicándosela a todas las mujeres presentes en la sala.
En resumen, fue una noche perfecta en este formato acústico con el que lleva girando desde enero del 2023, empezando la gira en Madrid y acabando en su tierra natal.
⬆ El formato en acústico, que hace que su voz se pueda paladear de una manera especial, que con la banda a veces es imposible.
⬇ Faltó Hands, que en formato acústico hubiera sido fantástica. Pero es más un dato personal.
Algunas opiniones respecto al concierto:
«Las canciones de Luis Albert funcionan en cualquier formato, porque están paridas desde la sencillez y la sensibilidad melódica más universal.» (Julio Molina)
«L.A. nos trasladó al bluesville, a las versiones, a divertirse jugando en el escenario, sin miedo al ridículo ante las peticiones del público. L.A. fue más que nunca Luis Alberto, en un concierto que fue íntimo y personal.» (Carlos Fernández)
«Es como con los espaguetis boloñesa de Dabiz Muñoz: sabes que te van a gustar, pero no sabes aún por dónde te va a sorprender… y, spoiler, siempre lo hace.» (Xavier Vidal)
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