Palma, sábado 21 de noviembre de 2020. Trui Teatre.
Dulce Pontes, la Björk del fado
Gran ovación para la artista portuguesa en el estreno de la XIII edición del Jazz Voyeur Festival.
«¡Hola! ¿Cómo estamos? Bieeen». Conexión inmediata entre Dulce Pontes y su público, que llenaba el aforo máximo permitido del Trui Teatre de Palma, en estos tiempos de pandemia, unas quinientas localidades.
Dulce Pontes salió al escenario acompañada por Luis Guerreiro, a la guitarra portuguesa. Saludó con mucha dulzura a la audiencia y se sentó al piano para entrar en faena. Solos, interpretaron dos primeros temas, donde ella ya hizo gala de una técnica vocal prodigiosa, nada más empezar. Para algunos, un simple calentamiento vocal lleno de ejercicios asombrosos.
Tras esa introducción, se unieron los otros dos músicos. El pianista Sergio Fernández y el contrabajista cubano de Guantánamo, Yelsy Heredia, que ha tocado con los más grandes de la música cubana y del flamenco, y que ejerce de director musical del cuarteto.
Y empezó el repaso a un repertorio muy variado, que alternó temas propios con versiones, canciones más íntimas con otras más animadas, y que ella anticipaba con sus bailes a los músicos, entre canción y canción, muestra de la buena química que fluye entre ellos.
La artista portuguesa, nacida en Montijo, salió al escenario vestida de largo, de dorado brillante y descalza, un contraste llamativo, y bebió de una tacita negra, que reposaba junto al piano.
Más de 30 años de carrera se manifiestan con las tablas y el entusiasmo con que Dulce Pontes transmite su fuerza y energía, al poder interpretar sus canciones y lucirse en público, tras unos meses de escasas actuaciones, a causa de las restricciones provocadas por la Covid 19.
Pontes hace lo que quiere con su voz, un instrumento muy completo, y en ese sentido recuerda a Björk, la artista islandesa, por la versatilidad y variedad de registros con que sorprende, pasando de uno a otro sin inmutarse, casi desde el falsete más agudo a los sonidos guturales de las canciones del campo.
En su repertorio, rinde tributo, entre otros, a la gran Amália Rodrigues, de la que se cumple el centenario de su nacimiento; a Carmen Miranda; o su querido Ennio Morricone, fallecido en julio de este 2020, del que cantó A brisa do coraçao, de Sostiene Pereira, y Cinema Paradiso. Ya en 2003 publicaron juntos el disco Focus, y celebraron el 75 cumpleaños del compositor italiano, actuando juntos, en un concierto memorable celebrado en el Royal Albert Hall de Londres, el 10 de noviembre de ese mismo año.
Claro que no faltaron los fados ni las referencias a la música tradicional portuguesa y a la cubana en una velada, que terminó con todo el público en pie, ovacionando a la intérprete, que en 1991 había representado a su país en el Festival de Eurovisión celebrado en Roma, alcanzando el octavo puesto.
En esta ocasión, Pontes ha sido la encargada de abrir el Jazz Voyeur Festival 2020, después de que el concierto inaugural previsto con Maria del Mar Bonet fuese aplazado hasta el mes de abril próximo. De hecho, es una de las voces con las que le gustaría cantar algún día a Dulce Pontes, según ha declarado en una entrevista reciente.
Sonakai Trío
Los locales Sonakai Trío, con los magníficos Toni Cuenca al bajo eléctrico de seis cuerdas; Benjamín Santiago Roman, «Benji Habichuela», el hombre de las seis manos, a la percusión y Joaquín Moreno «El Seco» a la guitarra española, abrieron el concierto y encantaron a los presentes con su saber hacer y su sonido mediterráneo de fusión. Todo un lujo de categoría superior.
Quedamos a la espera de la siguiente entrega del Festival. El próximo sábado 28 de noviembre, el pianista y compositor menorquín, y del mundo, Marco Mezquida, presentará su nuevo disco Talismán, acompañado por Martín Meléndez al violonchelo y Aleix Tobías a la batería y percusiones. A partir de las 20.30h, también en el Trui Teatre de Palma.
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