Eveth estrena el año de conciertos en Mallorca

Nacidos a mediados del 2010 de las cenizas de los extintos Habemus Rock, la banda se ha convertido por derecho propio en un referente del Power Metal, ampliamente reconocida tanto dentro como fuera de la isla

En medio de la incertidumbre generada por el continuo vaivén de las restricciones pandémicas, en las que incluso se vio peligrar la celebración del concierto, la banda pudo subirse al escenario 2 horas antes del inicio previsto, para asegurar su celebración y evitar cancelar en caso de adelantamiento del toque de queda. Un horario vespertino al que no nos terminamos de acostumbrar, pero que celebramos mientras sirva para mantener viva la música en directo.

Eveth vino a presentarnos sobre las tablas de Es Gremi su último trabajo: Puerta Áurea. Un álbum cuidado hasta el extremo, editado el pasado 2019 por Rock Estatal Records y compuesto por una colección de 11 temas de heavy metal melódico y power metal en castellano de una elegancia incontestable. Sus textos, a caballo entre lo mitológico y lo legendario, unidos a una composición musical sobresaliente, desembocan en una propuesta cargada de pasión y potencia, que en directo gana muchísimos enteros.

Muy queridos y respetados por la parroquia Heavy de la isla, responsabilidad que no les amilana, salieron con enormes ganas de tocar y reencontrarse con su público, más ávido que nunca de música en vivo. Aunque, antes de comenzar, nos presentaron a Rafa Socias, que viene a suplir la salida de Toni Recio a la guitarra.

Abrieron su Puerta Aurea con «Cruzado», un tema en el que David Dalmau aprovechó para lucir su potente voz. Después continuaron con «Cielo», un emotivo corte con unas soberbias guitarras en las que David Kamstedt «Sapo» se muestra incontestable. Tras esta vino «La revelación», tema de sonoridad más pesada y oscura en el que David remata con una sobresaliente interpretación plena de épica y sentimiento.

Llegó el turno de «Entre las Sombras», con una velocidad frenética y contundentes riffs, que les llevan a explorar nuevos registros dentro del metal, para dar paso a «Ker», un medio tiempo que en momentos roza la balada, con poderosos coros que complementan la voz principal, y que fue coreada por el público. «La esfera del miedo», la intro de Entelequia, su anterior disco, termina por explotar en «Skal», una vibrante apisonadora en la que Leo Villar, con su doble bombo, pone las cosas en su sitio.

Tras «Mi momento existe» asistimos a un duelo de alta intensidad entre la batería y el bajo a cargo de Biel Recio, para rematar con «Torre de babel», un tema del anterior álbum y «Guerreros de Odín», la épica oda que cierra el disco.

«Mar Blanco» y «Conjura de villano» dan paso a una lucha de titanes a las guitarras, en las que Sapo y Socias, entre complicidad y buen rollo, se retan a través de virtuosos punteos que elevan el voltaje de la sala. Terminan con «Último adiós», un tema de La condena del tiempo, su primer LP, muy apropiado para la ocasión.

Después de unos segundos que se hicieron eternos, se presentaron a su cita con los bises, ampliamente demandados por el público, e interpretaron «Los Caballeros» con el doble bombo a toda potencia, haciendo retumbar los cimientos de Es Gremi. Tras esta continuaron con «Por Convicción», cargada de un arrollador power metal, para dar por terminada la velada con «Esclavo de la ira», un tema compuesto por riffs machacones para el lucimiento de la melódica voz de Dalmau.

Un fantástico concierto de más de hora y media, con menos público del deseado, bajo la dirección sonora de Miquel A. Riutort Mega, que nos hace soñar con un año en el que veamos el fin de este infierno musical que nos está tocando vivir.