Marco Mezquida cautiva al público del Jazz Voyeur

MARCO MEZQUIDA: ¡Maravilloso!

«Va ser una nit molt especial i jo estava molt content de poder oferir música a Mallorca»

«Feliç de sentir que el públic respon i gaudeix d’aquest nou disc»

El joven pianista menorquín Marco Mezquida (Mahón, 1987), ha alcanzado muchas metas en poco tiempo. En 10 años, ha publicado 23 discos como titular, y 45 como como acompañante. Ha actuado por todo el mundo, y se ha movido, sobre todo, entre la música clásica, el jazz y la improvisación, amén de muchos otros estilos y géneros, como la música española o la folclórica. 

En esta ocasión, su inclusión en el programa de la XIII edición del Jazz Voyeur Festival, ha servido también para presentar al público mallorquín y balear su disco Talismán, que acaba de publicar en octubre. Se ha dicho que es el mejor de Mezquida hasta la fecha, el más maduro, en el que ha plasmado toda su esencia, todos los ritmos que le definen, de los que ha mamado, tras años de giras interminables por todo el mundo. 

Mezquida salió al escenario del Trui Teatre a las 21.39h, acompañado por sus músicos, con los que lleva años tocando y con quienes la sinergia es absoluta, Martín Meléndez al violonchelo y Aleix Tobías a las percusiones, ambos a su altura.

El pianista tiene unas conchas, unos platillos y otros pequeños instrumentos de percusión, colgados y escondidos en el piano, que en ocasiones hace sonar. En otros momentos, se mantiene medio erguido, y mientras sigue tocando con la derecha, con la izquierda manipula las tripas del piano, tocando la misma tecla, pero por dentro, amortiguando o estirando el sonido, tensando o golpeando las cuerdas. «El que faig dintre del piano és mutejar les cordes amb una mà i amortiguar el so del piano».

Salió el trío, a presentar las nuevas canciones, algunas fruto de sus improvisaciones conjuntas, sus ideas y reflexiones, y otras, encargos más íntimos y personales, como El jardí de les ànimes, dedicado a su amiga de la infancia, Violeta Colmenero, quien perdió a su bebé recién nacido.

Tocaron «No passis pena», su particular «Don’t worry, be happy» y los «Vientos Elíseos», en honor a Eliseo Parra, el músico y divulgador vallisoletano, que ha renovado la música tradicional española. 

Siguieron con «Carpe Díem» y «Alfajor», este último, compuesto después de unos conciertos en Buenos Aires, en honor a esa golosina argentina. Al presentar este tema, invitó al público a cantar bien fuerte el título, llegado el momento.  

A lo largo del recital, Mezquida se levanta unas cuantas veces para  hablar con los asistentes y explicar las canciones del nuevo disco. Realmente, es una persona muy dulce, amable y simpática, y se los mete a todos en el bolsillo desde el primer instante. Incluso, a pesar de las bromas que gasta, entre menorquines y mallorquines (dijo que: «Dios creó Mallorca, y luego, para compensar, creó a los menorquines»), Mezquida se siente feliz de poder presentar el disco en sus Islas, aunque no sea primero en su Menorca natal. Aún así, muchos amigos y algunos familiares suyos le arropan entre el público, que prácticamente llena el aforo permitido.

Va ser una nit molt especial i jo estava molt content de poder oferir música a Mallorca. Han estat quatre concerts des de l’u de juliol, en què he baixat jo tot sol amb piano. Després, vaig tornar a l’agost dues vegades més, amb Sílvia Pérez Cruz a Port Adriano, i amb el meu Quartet de Beethoven, a Pollença. I abans d’ahir a Palma. Feliç de sentir que el públic respon i gaudeix d’aquest nou disc.

Las melodías que crea Mezquida son elegantes, ricas en matices y en sensualidad. Sus dedos se mueven tan acertadamente y tan rápido, que a veces parecen los de un dibujo animado. El sonido que crean los tres músicos sobre el escenario es envolvente, pareciera que está tocando un grupo más numeroso. 

El concierto siguió con «Sa Cova de ses Ànimes», «Na Cecília», «Trenzas» (que fue cuando Mezquida confesó que le flipan las trenzas, que le parecen muy sensuales), y «Serotonina».

Antes del final, anunció que Talismán, el nuevo disco, estaría a la venta en la puerta, a la salida. Al final, muchos hicieron cola para comprarle un ejemplar a su hermana, encargada de esta tarea.

Así, Mezquida terminó el concierto repasando el proyecto que le encargó l’Auditori de Barcelona en 2016, sobre el mundo onírico de Maurice Ravel: Los sueños de Ravel, que culminó con otro disco del mismo título, y que les ha llevado de gira por todo el mundo, en los tres años posteriores. 

Suscribimos las palabras de Mezquida al terminar el concierto: «Llarga vida a la música en directe!».

Mezquida, un maestro joven y accesible

Por la tarde, antes del concierto, Marco Mezquida impartió una clase magistral a unos 30 asistentes, jóvenes y mayores. 

Tot bé, vaig xerrar un poc de sa meva trajectòria, el joc, l’ofici, la passió, l’espiritualitat, la constància, la disciplina, el bagatge musical, similituds amb el món de l’esport, i en definitiva la meva visió de com ha de ser el músic del segle XXI.

Después de esta actuación, Mezquida tiene varios conciertos programados con Silvia Pérez Cruz, con Chicuelo y con su proyecto Beethoven Collage, hasta el 22 de diciembre. Luego, regresará a casa, en Mahón, para pasar las fiestas.