Palma, domingo 4 de julio de 2021
Concierto de Bad Shades en Es Gremi
Forman el cuarteto, de melenuda apariencia surf rock, pero de sonido indudablemente setentero, Kike Suasi a la guitarra y voz; Juan Andreu a la guitarra -y el sombrero cowboy-; Berto Meana al bajo; ¿y Ramón Mendoza? El batería se ha echado a la mar y le sustituyó Tino Lucena, su homólogo en The Prussians. «Hemos ensayado dos veces juntos, pero lo ha pillado a la primera y nos ha salvado el culo», le alabó Kike al presentarlo.
Haciendo justicia a la grabación analógica de su primer disco, los Bad Shades arrancaron siguiendo el orden de su LP pese a dejar claro, en varias ocasiones, que se presentaron sin set list: «I Don´t Know Where I Go», «The Rat», «Karla» e «In The Night Don’t Call My Name» presentaron los acordes ligeros y las letras hedonistas y nostálgicas, las reminiscencias al Dylan más eléctrico y a la california de los Creedence.
Mención aparte merece «Eyes Of Heaven Heart Of Stone», escrita por Juan y una de las favoritas de sus intérpretes. Entraña versos que, por sencillos y cotidianos, conectan de forma magnética con la memoria: so I drank all night / and by the first round / I knew that she was mine / When I saw her eyes / I left myself behind.
Las guitarras suenan sucias pero melódicas, consiguiendo una perfecta imperfección; el ritmo se mantiene constante, tenso, sin sobresaltos: sobre el escenario, lo único que escapa al control de los mallorquines es la temperatura, y acabaron, sin más remedio, descamisados.
Además de con sus doce temas publicados, se atrevieron con dos novedades. «Va sobre una chica vaquera que conocimos en Texas, donde Juan se compró el sombrero», bromearon sobre «Cow Girl». Aunque físicamente ellos nunca hayan estado en Texas, tal vez su música sí: un arranque digno de western y un solo de guitarra pronunciado con acento sureño que transportan al oyente al desierto tejano. Con la segunda, «What A Hell Of A Night», confirmaron la línea continuista de sus composiciones, marcadas por una clara regresión al pasado, pero sin denostar el presente.
«Too Many People Talking» cerró el bolo con la actitud desenfadada que caracteriza a la banda. Con el tímido acompañamiento del público, Berto le robó los estribillos a Kike, rematando una gran faena. Puede que en Texas sí, pero en Mallorca nadie suena como los Bad Shades.
No hay comentarios