Calvià, domingo 24 de julio de 2022
Concierto de Coque Malla en el Mallorca Live Summer 2022
La primera vez que vi a Coque Malla en solitario tras la ruptura de Los Ronaldos fue el 25 de mayo del 2002. Esa noche presentaba en una sala de la Plaza Gomila su primer disco ante una decena de espectadores, el resto de personas de la isla asistía por televisión a la participación de Rosa de O.T. en Eurovisión. Esa misma noche, los pocos asistentes que acudimos a la sala nos dimos cuenta de lo efímero que es el éxito y lo difícil que es rehacer una carrera en solitario tras haber formado parte de una banda legendaria.
Veinte años después, Coque subió al escenario del Mallorca Live Summer con la misma filosofía que en su debut, crecer y no vivir de su pasado, aunque tampoco renunciar férreamente a él. «La mujer sin llave» sirvió para encender la mecha ante menos público de lo esperado, quizás debido a la saturación de conciertos de esta temporada. Ante un público fiel que lo sigue desde sus inicios, salió Coque con su banda y esa pose tan heredera de los Stones que siempre tuvo, pero también dando muestras de una madurez muy bien llevada como demostró en «Solo queda música» y «Escúchame», con mucho groovie y savoir faire.
Entrelazando durante todo el concierto un discurso casi teatral, demostró ante su parroquia que es mucho más que un músico, que tiene una amplia formación escénica, como corresponde a un actor que a su vez es hijo de actores, y que es algo que ha trabajado durante años hasta el punto en que se le nota sobrio y firme como una roca sobre las tablas.
…con la complicidad de un público fiel que sabía a lo que iba. Un público que agradeció el gesto del cantante cuando regaló temas de Los Ronaldos como «Adiós Papa», «Por las Noches» y «Guárdalo», temas que seguramente son innecesarios para él, pero no para sus seguidores.
«La Señal» sonó elegante y refinada, para confirmar y convencer a los que solo buscan en él restos de su pasado que es un músico ambicioso a nivel creativo, a años luz de muchos compañeros de generación que se quedaron anclados en los dorados 80. Se quitó de encima antes de lo previsto su último e inesperado hit masivo «No puedo vivir sin ti», como si quisiera desprenderse de una losa y seguir reafirmándose como el eterno inconformista que es, y se le notó mucho más satisfecho abordando y blueseando en «Todo el mundo arde».
«Me dejó marchar» fue uno de los momentazos del concierto, con ese aire tan cercano a los The Divine Comedy de su admirado Neil Hannon, pura orfebrería pop, refinada, elegante y emotiva en el último tramo instrumental de la canción. Coque es capaz de muchas cosas y funciona con absoluta credibilidad en registros más latinos como «Una sola Vez», con un timbre vocal preciso que ha ido domesticando con el paso de los años a base de ilusión, trabajo y talento.
Divertido e irónico antes de preparar al público para el penúltimo tramo del concierto, sacó de su chistera «Berlín» y «El último hombre en la tierra», con esa cadencia rítmica tan de carrusel del siglo pasado, antes de adentrarse en los aires de ranchera que impregnan «Hace tiempo», resuelta con la complicidad de un público fiel que sabía a lo que iba. Un público que agradeció el gesto del cantante cuando regaló temas de Los Ronaldos como «Adiós Papa», «Por las Noches» y «Guárdalo», temas que seguramente son innecesarios para él, pero no para sus seguidores. Eso sí, rubricó su soberbio concierto con «Un lazo rojo, un agujero», demostrando que, aunque no renuncia a su pasado, mira hacia delante constantemente. Los bises…, ¿qué bises? No los necesitó. Su concierto fue un bis en sí mismo, con continuidad, elegancia y el talento desbordante de un músico que nunca se rinde.
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