El Columpio Asesino se despide de su público mallorquín

La icónica banda navarra dice adiós a los escenarios tras 23 años de meteórica carrera musical

El Columpio Asesino, forjadores de un sonido único que fusiona synthpunk y electrónica, dijo adiós a su público mallorquín con un concierto cargado de emoción en la sala Es Gremi de Palma. La banda, que marcó una era desde sus humildes comienzos en 1999, protagonizó un ascenso meteórico que ha dejado huella en la escena musical española.

Los hermanos Arizaleta, Albaro y Raúl, fundadores del grupo, junto a la personal voz de Cristina Martínez, eligieron Mallorca como parada obligatoria de su gira de despedida «Amarga Baja». Íñigo Garcés ‘Cabezafuego’ (en sustitución de Daniel Ulecia) y Jaime Nieto completaban el quinteto. Referentes de toda una generación que salió de fiesta con ellos y artífices de algunos de los mejores himnos del underground español, la banda decidió retirarse con el mismo ímpetu que los caracterizó: «morir matando». En una noche cargada de eufórica nostalgia, los pamploneses llevaron al público en volandas a través de un repertorio que abarcó toda su carrera. Un momento histórico no solo para sus seguidores, sino también para aquellos que comprendían que presenciaban el epílogo de una leyenda musical.

«Babel» y «Ballenas muertas en San Sebastián» protagonizaron el arranque, seguidos de muchos otros clásicos que jalonaron las dos horas de concierto: «Ye Ye Yee», «La marca en nuestra frente es la de Caín», «Corazón anguloso», «Un arpón de grillos», «Diamantes», la cautivadora «Perlas»… El público, entregado y cociéndose en su propio sudor, experimentó una comunión total con la fuerza vocal de Cristina, que no ha abandonado ese toque provocador y macarra capaz de enamorar a cualquiera.

Pero esta magnífica noche no era más que un sueño del que tarde o temprano teníamos que despertar. Así, el crudo amargor de la despedida comenzó a sentirse con mayor intensidad tras la mítica «Toro», la canción que los catapultó a las grandes audiencias. Todavía hubo tiempo para varios temas más, entre ellos «Huir», «Preparada» y «Sirenas de mediodía», de su último álbum Despertar (2020), sin olvidarnos de «Vamos», su apoteósica versión del tema de los Pixies. Pero todo lo que hicieron ya, que fue mucho, supo a poco, pues la realidad llamaba con insistencia a la puerta.

Y de este modo, tras el calor de los aplausos llegó el cambio de iluminación y con él la tristeza del adiós. Y vimos al Columpio Asesino abandonar el escenario para sumirse en el crepúsculo de su propia leyenda.