Calvià, jueves 18 de julio de 2024
Mambo para pitonisas
Avalanx + Mind Enterprises + Paco Pecado + Paco Colombàs + Biel Castell + Los del ficus + Groovert + Lady Dijey + Mayans + Racoon
Segunda edición de una de las ochenta y siete fiestas ineludibles de este verano, que junto con el aniversario del Garito del próximo 24 de agosto cabe identificar como las dos producciones enteramente mallorquinas en la programación de Es Jardí para esta temporada. ¿Mucho Mambo es, representa y significa Mallorca? Claro que sí porque claro que no.
Por Víctor M. Conejo y Annalisa Marí Pegrum
Tomàs Moyà (ver galería)
Llegas al espacio, gallinas y gallos por las aceras. Llegas a taquilla, gallinas y gallos en las colas. Entras y vaya dos arranques al pinchaje: Groovert y Mayans como siempre: freshhhhhhhhcos. A estos saraos hay que ir con las ideas claras, o por lo menos con ideas propias: las mías son dedicar más tiempo a la música y los medio ambientes humanos que a saludar a este, aquel, aquella, el otro, la otra, cada cual y las demás. Aunque siempre lo he dicho: si fuese periodista de judicial resultaría igualmente semicasiobligatorio acumular palmas y mejillas de jueces, fiscales y abogacía en general. Me apetece mucho la heterodoxia del cartel, como me apetece preguntarle a propios y ajenos del mundillo si no son demasiados saraos los de esta temporada. Eso vendrá después, primero a ver cómo llegó y vio y tomó notas Annalisa:
Para llegar al recinto pasamos por un centro ecuestre de aspecto abandonado, un parque acuático desvencijado y unas gallinas salvajes que aparecieron de entre los setos allí donde se apostaban los guardias civiles durante el último Mallorca Live Festival. Los aviones no dejaban de sobrevolar las cabezas de los asistentes, y si no hubiera sido porque volaban demasiado alto hubiéramos podido alzar los brazos y gritar como en las discotecas eivissencas, con los hoteles de fondo. Pero en el recinto de Es Jardí no se celebraba nada magalufero ni cutre ni nada por el estilo: la fiesta Panela & Sa Fonda Deià destilaba una onda deianenca allá por donde miraras.
«Mucho surfer hay por aquí» fue uno de los comentarios oídos nada más entrar. Y es que Mucho Mambo pareció reunir lo más bonito y hipster de cada casa: tantos promotores, músicos, hacedores de podcasts, DJs, etc. Parecía que todo el mundo era alguien, y probablemente todo el mundo era alguien. Aún así, se hacía raro pasearse por los escenarios que hace nada había acogido el MLF 24: como en un mal viaje lisérgico, había vallas donde no las hubo y escenarios nuevos. Llegada a este punto, ya me intriga saber con cuánta gente a hablado Víctor:
—¿Tú por qué vienes? ¿Por Es Jardí, por el Mallorca Live?
—Yo por Sa Fonda.
—Yo porque es una fiesta de Panela.
—Pues yo por los dos.
Con Paco Colombàs, motor, alma y sistema cardiovascular de Panela!:
—Muy sencillo: ¿cómo, Paco? ¿Eso cómo se consigue? Porque aquí el tirón popular y el gancho lo ponen vuestros respectivos sellos.
—Muy sencillo: no con esfuerzo, sino con sobreesfuerzo.
Con Dídac, mitad del engranaje de Sa Fonda:
—Nunca es demasiada fiesta. Tal vez puede parecerlo a nivel comercial, pero las cuatro o cinco que hacemos cada año no son tantas. Míralo de otra manera: no hay tantos grupos diferentes como para programar cada día. Es decir, me da la sensación de que antes había más cosas para hacer cada día. Por eso hoy se impone hacer cosas, digamos, especiales.
—También diría que, como promotores, vuestra generación es única: sois mucha gente, pero sobre todo que aunque jóvenes, lleváis muchos años.
—Cierto. Yo tengo 37 años, y me puedo sentir más cerca de alguien de 25 que no de 45, pero lo importante es que llevo más de veinte años en esto.
Corrillo con Tito de Sentados en el Techo, Álex de Daddy Funky y Andreu de La Gran Verbena.
—¿Os parece que hay mucho sarao este verano?
—Tito: SÍ.
—¿Y hay intrusismo?
—A veces parece que se montan cosas con una simple regla de tres. Y no es tan fácil montar eventos de determinada dimensión. Yo hago cinco al año, otra cosa son en los que pincho y punto. Que en un momento concreto te puedo ayudar en lo que me sea posible, pero no lo estoy montando contigo.
La sentencia de Tito suena lúcida. Más, suena sublime: «Vamos a cascar todos como chinches».
Con otros dos currantes del sector, Chitowski y Guille Wheel. Dice Chito:
—Hay una burbuja. Tal cual. Pero ojo, con un factor fundamental para mí, y es que ya no hay clubs. Eso es esencial para que haya cultura musical, que cada vez hay menos. Tal vez por eso hoy día hay tanto evento.
—Guille: «Se ha sustituido el ser por el parecer».
Vuelve Annalisa:
En Mucho Mambo Fest se dividió el musicote y las mega-prestaciones de los artistas en dos escenarios: Césped y Ficus, el primero el más grande y segundo más intimista y cercano. En el césped Lady Dijey empezó calentando al público con clásicos remezclados y audiovisuales espectaculares que incluían imágenes de las Spice Girls. Ahí la clavó, y también la clavó al sentenciar «Las chicas son muy jóvenes aquí, menos mal que no soy hetero». Después pasamos a Avalanx, un despilfarro de músicos e instrumentos con un director de banda que nos hizo bailar como en una clase de aquagym. Versiones de Eminem, Bad Gyal y Pink Floyd, en una fiesta orquestada por los más de diez músicos sobre el escenario. Por cierto, ninguna mujer.
«Nos vemos debajo del Ficus» era una de las frases más repetidas por los de Deià, y ahí nos fuimos para esperar ansiosamente a Mind Enterprises, ese dúo de italo-disco impecable que ya trajeron hace dos años los del Tramuntana Fest. Estética de los 90 bajo un ficus adornado con luces psicodélicas, en un set que nos tuvo bailando los noventa minutos que duró y que supo a poco.
‘No Paco No Party’ dicen las camisetas de Colombàs, el DJ encargado de cerrar el festival. Puede que tenga algo de razón: asistir a sus sesiones de música ecléctica y singular siempre es garantía de fiesta. Al menos en las fiestas über-cool en las que se puede disfrutar de su presencia, como en esta.
Ahora lo que quiero saber es la visión de clausura de Víctor, y sobre todo qué ha pasado para que alguien que odia la purpurina y las pinturetas en la cara lleve glitter en las mejillas.
Con purpurina involuntaria y voluntad global voluntaria, concluyo: ¿hay un canon social, cultural, económico y hermosístico en el público de Mucho Mambo, de Sa Fonda y Panela? Es el cliché, la opinión aprendida que todo lo sobrevuela: si se hace un casting a la entrada, si hay un arco de detección comandado por una IA que impone «Tú sí, tú no».
Es mi opinión, que es tan despreciable como la de cualquiera. Hecho: como dice mi abuela, qué bonito es no tener prejuicios ni con la música ni con las personas. Si no has venido es porque no te ha dado lo gana. Hecho: si Instagram es tan capaz de imponer una dictadura del físico, yo no vi al Señor Instagram apuntando con una pistola a la cabeza de la gente imponiendo «Tú sí, tú no».
Todos fuimos cofrades. Mucho Mambo es una fiesta mallorquina, por tanto es representativa de lo que es Mallorca, o de una parte significativa de lo que es esta isla y esta sociedad. Más en mayor medida que en menor. Porque de hecho, si una impresión sobrevolaba aquel microcosmos, vendría a ser lo que en pandemia se denominó «inmunidad de grupo»: si esta es una fiesta de guapas y guapos, es porque todo el mundo que cruza la puerta nos convertimos en guapas y guapos.
Quien mejor lo expresó fue el curioso y genial neotrovador Paco Pecado: «Os voy a dedicar una canción a toda la gente presente, porque me parecéis un maravilloso público de pecadoras. No… mejor dicho: de pitonisas».
No hay comentarios