Islas y voces: Imaràntia y Stacey Kent en el Jazz Voyeur

El proyecto de Miquel Brunet y Maria Josep Cardona, Imaràntia, nació hace ya diez años, durante los cuales han editado tres álbumes. El último es RetrUc (Ona Edicions), llegado a la orilla este mismo año, y que bucea en el repertorio de la ya histórica formación eivissenca UC. De ahí el título, y de su caudal bebió principalmente su concierto. El pianista, junto a la cantante, guitarrista y ocasional tamborilera, más la sólida complicidad de Pep Lluís García a la batería y percusión, y de Eduard Riera a la gaita, flabiol y violín, convirtieron el escenario en un territorio excepcional, único, precioso por preciado: en una isla. A la sensibilidad de aquellas canciones sumaron las suyas propias, con un timón gobernado por el talento imperecedero de Brunet, expresividad del piano y vocabulario del jazz mediante. Y al impulso de la nave, unas velas henchidas de tierra y de Mediterráneo: la voz de Cardona.

La estadounidense Stacey Kent enarboló la bandera del trío musical para presentar sus canciones, ladeada de Art Hirahara al piano y teclado, más su marido y también cómplice artístico Jim Tomlinson a los saxos y flautas. Juntos delimitaron los metros cuadrados del escenario de manera exacta e incontestable, porque lo convirtieron en una isla exactamente infinita: cualquier límite, frontera o linde fue sobrepasado por Kent, y no porque se dirigiera al público en castellano, francés, alemán, portugués, italiano, inglés y hasta japonés. El recital de ortodoxia cum laude del trío, adelgazado en instrumentación con respecto a las grabaciones en estudio, tuvo su mascarón de proa, poderoso y casi retador, en una voz cuyo caudal es inmenso porque infinitos son los afluentes por los que puede desembocar.