Port Adriano (Calvià), sábado 3 de agosto de 2024
Toquinho y Camilla Faustino navegan a ritmo de bossa nova en Port Adriano
Por Fátima Yráyzoz
José Luis Luna (ver galería)
Paulo Antônio Pecci Filho, conocido como ‘Toquinho’, es hoy uno de los pocos maestros que sobrevive como referente indispensable de la música brasileña a escala mundial. Por su parte, Camilla Faustino es considerada una de las voces más vanguardistas de la Nova MPB (Nova Música Popular Brasileira). Juntos en escena, maestro y discípula hicieron navegar con deleite este pasado sábado al público del Port Adriano Music Festival (PAM). Bajo el compás de los ritmos de la bossa nova dejaron patente que la música brasileira tiene, como nuestro flamenco, una rica tradición y sobre todo un gran valor universal.
A sus 78 años, el legendario compositor y guitarrista nacido en São Paulo subió a las tablas con la misma sencillez con la que se despidió, rumbo a Menorca, como última escala en su gira española. En medio, los noventa minutos que duró su directo fueron una auténtica lección musical, que departió sentado frente al micrófono, siempre agarrado a su guitarra acústica y arropado en todo momento por excelentes músicos: Mauro Martins a la batería y Dudu Penz al bajo.
Sencillo, cercano, con la simpatía que le caracteriza y a modo autobiográfico, Toquinho no dudó en compartir con el nutrido y variado público que casi llenaba el aforo curiosas anécdotas de personajes famosos que ha ido conociendo en su dilatadísima carrera. Por sobrados méritos, el veterano artista es de los que puede y debe ser considerado una leyenda viva. A sus espaldas, más de quinientas composiciones, ochenta y cinco discos grabados y la friolera de diez mil actuaciones alrededor del mundo. Precisamente, el pasado 2023 celebró su cincuenta y cinco aniversario de carrera artística.
En sus primeras palabras dirigidas al público narró su encuentro en Italia con el actor Marcello Mastroianni, para explicar que coincidía con el intérprete en su pasión por el oficio. Así agradeció la visita a Mallorca: «Estar aquí es mucho mejor que trabajar». Y a los presentes, también campechanamente: «A ustedes por dejar sus casas y venir aquí para pasar un rato conmigo». Tras la primera ovación arrancó el concierto con «Se todos fossem iguais a você» y «Andança», dos temas que confesó fueron los primeros que cantó cuando iniciaba su carrera a los 11 años.
Por sobrados méritos, el veterano artista es de los que puede y debe ser considerado una leyenda viva. A sus espaldas, más de quinientas composiciones, ochenta y cinco discos grabados y la friolera de diez mil actuaciones alrededor del mundo. Precisamente, el pasado 2023 celebró su cincuenta y cinco aniversario de carrera artística.
Para describir el toque de Toquinho encajaría bien la palabra brasileña embelesa, por la manera en que el maestro acaricia las cuerdas. La habilidad, destreza y rapidez por la que pasa por los trastes, unido todo a su particular timbre de voz tímido, que sigue vibrando igual con el paso de los años. Siempre se ha reconocido más como guitarrista y compositor que como cantante.
Los temas iban precedidos de anécdotas con las que rindió homenaje a todos los compañeros de carrera. Especialmente a los poetas, para quienes en sus inicios escribió melodías, caso del cantante y poeta carioca Chico Buarque. También resultó simpática la historia sobre el poeta Vinícius de Moraes, quizá el autor con quien más discos ha grabado. En sus inicios y ante la desconfianza de este, llegó a robarle un poema para demostrarle que podía escribir una melodía («Tarde em Itapoã»).
Tampoco faltaron clásicos de la música popular brasileña como la tan bailada «Você abusou» de Maria Creuza. Entre anécdota y anécdota, a modo de sesión magistral, el maestro brasilero recordó que el origen de la bossa nova se remonta a 1958 con João Gilberto. Y más que un género musical, Toquinho lo define como «una forma de tocar». A reglón seguido subrayó cómo «todos somos admiradores de un tema, ‘Chega de Saudade’, que en español significa algo así como ‘basta de nostalgia’».
Y llegado el meridiano del directo subía a escena Camilla Faustino, la joven intérprete compañera artística del veterano maestro durante ya más de doce años. Se produjeron bellos momentos cuando Camilla cantaba abrazada al maestro, en una bella y armónica estampa. En otros, Camilla se movía con destreza sobre las tablas demostrando su dominio y sensualidad con los pasos de samba.
Como sorpresa, aunque la interprete reconoció no hablar ni español ni català, interpretó, «Paraulas d’amor» de Serrat, recibiendo una fuerte ovación del público. Y con la misma simpatía continuó Toquinho el espectáculo presentando «A Tonga Da Mironga Do Kabuletê», tema compuesto con De Moraes donde título y estribillo repiten dicha expresión supuestamente africana.
Con un público ya entregado, la pareja de intérpretes no podían cerrar de mejor manera que con dos temas, casi banderas de lo brasileño: «Acuarela», en su versión en español, auténtica oda a la esperanza y a la libertad, para acabar finalmente y como bis con «Tristeza», canción de sabor carioca que puso en pie, bailando y coreando, a todo el personal.
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