Valeria Castro + Mar Grimalt en Trui Teatre

Tras un cambio de fecha, el concierto de la canaria Valeria Castro del pasado jueves logró colgar el cartel de “entradas agotadas” en el Trui Teatre de Palma. La intérprete regresaba a los escenarios tras una ausencia por temas de ansiedad, debida a una gira de más de ochenta y dos conciertos en más de una decena de países, con un segundo trabajo discográfico de título casi premonitorio: «el cuerpo después de todo» (la artista titula discos y canciones en minúsculas), que marca sin duda una nueva etapa en la fulminante carrera de esta joven artista. Castro subía a las tablas bien arropada por su banda habitual: Meritxell Neddermann (teclados y coros), María de la Flor (guitarra, violín, ronroco y coros), Carles Campi Campón (bajo y guitarra española), Borja Barrueta (percusión) y Joaquín Sánchez (clarinete bajo, clarinete y flauta). Minutos antes subía a escena la interprete de Felanitx Mar Grimalt, a quien acompañó Carles Medina al saxo alto y guitarra acústica, cuyo estilo de folk melancólico encajaba muy bien en el cartel, a pesar de que el aforo no se llenó hasta minutos más tarde.

La juventud de Castro contrasta enormemente al subir a escena. Su delicada pero desgarradora voz, así como el contenido de sus letras, cargadas de melancolía, le hacen tener una veteranía muy sólida. Con una energía arrasadora apareció en escena, energía que mantuvo y fue incluso subiendo en los más de noventa minutos de directo, mostrando en todo momento un magnetismo con su sonrisa y simpatía canaria.

Sus composiciones exploran las emociones más profundas, emanan sinceridad y autenticidad. Similar a una cantante de flamenco, su música está profundamente influenciada por sus raíces, su familia y, por supuesto, su tierra. Natural de la isla de La Palma, hace gala de ello cuando canta y se llega hacer embajadora en temas como «la soledad», «honestamente» o «parecido a quererte». Desde un primer momento el público estuvo entregado, a la vez que se sentía el ambiente casi protector ante la posible fragilidad de la artista. «debe ser», «cuídate», «poquito»… uno a uno los temas del nuevo disco que iba desgranando dejaban evidente un fiel retrato autobiográfico y premonitorio tras la crisis sufrida meses atrás por la artista.

Que es una gran música lo dejó claro en las tablas del Trui, ya que no paró de cambiar de instrumentos, varias guitarras y timple canario o caja, sonidos de folk llenos de sonoridad y frescura de hoy. Con el tema «guerrera» tuvo un momento de retrospección, más si cabe, para recordar el reciente fallecimiento de su abuela Micaela, que finalmente aprovechó para dedicárselo a todas las mujeres. Momentos también para compartir y pedir la participación del público para corear alguno de sus estribillos. Y no contenta con esto, con energía desbordante no dudó en bajar, micrófono en mano, y en una danza casi frenética recorrió en pocos minutos las butacas de la platea del teatro para interpretar «sobra decirte». Momentos brillantes con las voces de De la Flor y Nedderman. Igualmente bello el tema «la corriente», que interpretó bajo los sonidos de viento de la flauta de Sánchez.

Como fin de fiesta, qué mejor elección que una cumbia con un pegadizo estribillo que lo dice todo: “Pasó lo que tenía que pasar / y no pienso hacer nada más / más que quedarme aquí / cuidando la raíz”, con un público ya en pie que disfrutó de su energía y el buen hacer de toda su banda.

Cabe mencionar que su nuevo trabajo, grabado entre México y España, ha sido producido por el bajista (ganador de ocho Latin Grammy; colaborador de Jorge Drexler, Natalia Lafourcade y Vetusta Morla). Este nuevo trabajo la llevará a recorrer al menos diecisiete países en su gira de presentación. La respuesta de la crítica ha sido clara: nominada por segunda vez a los Goya a mejor canción original por el tema «el borde del mundo» incluido en la película «El 47», y avalada por grandes premios desde 2024 como los Premios MIN a mejor artista revelación y mejor álbum de raíz. Igualmente reconocida en su tierra con la medalla de oro del gobierno canario por su contribución a la cultura. Finalmente, los Grammy han reconocido su talento, consiguiendo en 2023 su primera nominación a los Latin Grammy a mejor canción de autor por «la raíz», y segunda nominación en 2024 por «La ceniza», tema en el que colabora con Ale Acosta. Con este currículum podemos decir que Valeria Castro ya no es una promesa sino una artista con un estilo personal de los que no aparecen con frecuencia pero son necesarios.