Alice Wonder emociona y sorprende en las noches de Mallorca Live

Hay veces en que una canción, una película o un libro nos llega en un momento en que lo que nos están contando nos toca de una manera especial. Se produce una conexión entre nuestro momento vital y las emociones que nos transmite esa obra que hace que a pesar de sus imperfecciones, o incluso gracias a ellas, la recordemos con cariño y una sonrisa en los labios. Porque al final, por encima del ruido y de la sobreinformación que recibimos día a día, quizás todo se reduzca a dejarnos llevar y disfrutar con esas pequeñas cosas y momentos que nos emocionan.

El pasado sábado 11 de febrero asistimos, de la mano de Mallorca Live Nights, a un recital de emociones protagonizado por Alice Wonder, recién llegada del Benidorm Fest donde compitió por representar a España en Eurovisión y del que salió con un quinto puesto. Una extraña y valiosa experiencia que, a pesar de no aportarle ningún premio, sí le ha supuesto un mayor reconocimiento a nivel de público, permitiéndole colgar el cartel de Sold Out a pocas horas del concierto. Lejos quedan esas poco más de 200 personas que la vimos en la sala Palmanova en 2021.

Los nervios por ver a la madrileña eran palpables entre los fans que minutos antes de la apertura de puertas hacían cola para asegurarse las primeras filas. La sala 1 de Es Gremi lucía las galas de las mejores noches, esas que quedan en el recuerdo, había predisposición por parte de los presentes y solo tenía que consumarse. A las 22:05, hizo su aparición Alice Wonder, vestida completamente de negro, con una chaqueta amplia bajo la que se adivinaba una camiseta con el lema I Love Benidorm. Se sentó al piano, saludó al público y empezó a cantar «Yo quisiera», su propuesta en el Benidorm Fest. Comenzar con la canción por la que mucha gente ha empezado a conocer tu música puede parecer una decisión arriesgada, pero fue toda una declaración de intenciones de lo que vendría en las siguientes casi dos horas.

… si bien la mayoría esperábamos un show tranquilo donde primase la potencia vocal de la cantante, nos encontramos con una propuesta más arriesgada en el uso de sonidos electrónicos y distorsiones vocales, y con unos tiempos bastante más rápidos a los que predominan en su dos trabajos publicados…

«Corazón mármol» continuó con el ritmo pausado primando la excepcional voz de la cantante, pero no habría que esperar mucho para la primera de las sorpresas en forma de reinterpretación de «Take Off» y «Run Run», dos de las canciones incluidas en su primer EP Take Off con el que algunos ya entramos en el universo de la cantante. Estas versiones, con muchas más capas de instrumentalización, más efectos vocales y un tempo más rápido nos sirvieron para adivinar el tono del concierto, pues si bien la mayoría esperábamos un show tranquilo donde primase la potencia vocal de la cantante, nos encontramos con una propuesta más arriesgada en el uso de sonidos electrónicos y distorsiones vocales, y con unos tiempos bastante más rápidos a los que predominan en su dos trabajos publicados: Firekid y Que se joda todo lo demás.

«No te vayas», «La locura», «Por si apareces» y «O», cuatro de las canciones más populares de su último disco, fueron coreadas y aplaudidas con fervor y precedieron a la primera canción inédita de la noche. A los teclados, Alice se dispuso a cantar «una canción rara», que tiene el título provisional de «Baja a verme». Sus dudas debieron despejarse rápidamente al escuchar la cálida acogida y el largo aplauso que recibió al terminar. Tras ella, «Strategy», «Lo intento» (otra inédita), «Sueño raro», «Lie 2 me» (otra sin estrenar donde Alice vuelve en parte al inglés) y «Boo», que presentó diciendo «ahora voy a cantar una colaboración con un rapero, así que me va a tocar rapear». Y ante los murmullos del público ella misma respondió «no, no es Rayden» (quién justamente había tocado el día antes en el Palma On Season Fest).

«Que se joda todo lo demás» sonó a despedida: «Esto está llegando al final», pero había una sorpresa en forma de otro tema nuevo, «La droga más suave del mundo». Una canción que nace para ser un éxito, con un estribillo potentísimo y bailable, de esos que te obligan a saltar y darlo todo, ideal para cerrar un concierto por todo lo alto. Una canción que parecía ser la última, ya que Alice y su banda, Charlie Moreno (teclado, bajo y guitarra) y Echedy Molina (percusiones), abandonaron el escenario.

… otra vez la impresionante voz de Alice Wonder y un teclado bastaron para llenar todo el espacio, poniendo muchos pelos de punta y humedeciendo más de un lagrimal.

Pero para alegría de los presentes todavía quedaban dos balas en la recámara, dos ejemplos que resumen a la perfección lo que vivimos durante la velada. «Bajo la piel» trajo de nuevo la emoción, otra vez la impresionante voz de Alice Wonder y un teclado bastaron para llenar todo el espacio, poniendo muchos pelos de punta y humedeciendo más de un lagrimal. Sin embargo, después de todo lo que habíamos pasado, no íbamos a irnos a casa de bajona, y para los últimos bailes de la noche sonó «Quién soy» en una versión que podría haber encajado en La Puta Rave de Zahara.

Solo quedaba la despedida, con el buen sabor de boca que dejan los momentos especiales, aquellos que se recuerdan con una sonrisa en los labios. Sonrisa que, incluso días después del concierto, reaparecía cuando algún momento del sábado volvía a la memoria.