Gaerea: el vórtice se abrió sobre Palma

Domingo, el día del señor… y, bueno, casi se puede decir que fuimos a misa. Y es que este domingo 25 de febrero teníamos cita con la oscuridad, el misterio y la brutalidad de las bandas portuguesas Gaerea y Anzv, quienes cerraban su gira nacional ‘Spain under the Vortex’, acompañados por los locales Aeolian. Una velada organizada por Deathlight Music en la sala 1 de Es Gremi.

Aeolian

A las 19:45, con un ligero retraso respecto a lo inicialmente establecido, Aeolian saltaban a escena. No han sido días fáciles para alguno de sus miembros, pero al fin podían presentar en directo su nuevo trabajo, Echoes Of The Future (Black Lion Records, 2023). Como de costumbre en sus directos, la banda mostró una puesta en escena sobria y elegante, sin grandes aspavientos ni parafernalia. Tuvieron poco tiempo, pero desgranaron buena parte de su nuevo álbum bajo la potente voz de Dani Pérez y la milimétrica ejecución de los temas por parte de Raúl Morán y Gabi Escalas a la guitarra, Pedro Martínez a la batería y Leoben Conoy al bajo, quien les da una presencia algo más potente en directo. Temas como «The Miracle» (de mis favoritas del disco) o «Momentum», de su anterior The Negationist (Black Lion Records, 2020), sonaron bastante bien antes de cerrar su parte de la noche con «Like A Blackened Sun».

Anzv

Seguidamente llegó el turno de los portugueses. Con esta banda me di el lujo de ir a ciegas, ya que apenas había escuchado nada suyo y quise dejar que me sorprendieran en directo. Y bueno, la experiencia no estuvo mal. Es una banda joven, con solo un disco a sus espaldas, pero con un directo muy trabajado. Salieron con incienso y encendiendo unas velas en un pequeño altar que, junto a la vestimenta del vocalista Ahnum, dejaba una imagen muy de ritual. Él junto a la bajista Trevash fueron un poco quienes llevaron el peso del directo, en el que tocaron prácticamente todo su álbum Gallas (2022), con temas como «Leper», «Rituals» o «Lethargy». Todo ello bajo un juego de luces rojas y mucho humo (ideal para que los compañeros fotógrafos se acordasen de todo su árbol genealógico) que daban una ambientación infernal. Dejaron sensaciones dispares entre los presentes: hubo quien lo flipó y hubo quien los aborreció de inmediato. Es lo que tiene el Black Metal, amigos. Y ahora, si me lo permitís, se viene un topicazo de cronista, pero creo que por una vez lo vale: desde luego no inventan la rueda, pero cuidan su puesta en escena, y su propuesta musical, más orientada a lo atmosférico y melódico, está claro que no generó indiferencia.

Gaerea

Pero bueno, a lo que íbamos. Los compañeros de Deathlight y Es Gremi retiraron los monitores del escenario para que a las 21:40 h, tras sacudir su intro, Gaerea salieran a demolerlo todo. Les tenía ganas, ya pude verlos en un Resurrection Fest y conozco cómo funcionan sus directos. Flashazos de luces desde atrás, humo y tralla. Son la otra cara del Black Metal respecto a Anzv, aquí no hay sitio para rituales ni movidas espirituales. Lo de Gaerea se trata de desgranar las miserias humanas, de buscar en la individualidad de las personas para sacar lo más podrido que tienen. Y así lo plasman en su directo. Las máscaras que tanto les caracterizan ocultan sus expresiones faciales, por lo que son sus cuerpos los que tienen que transmitir todas esas emociones. Como en el caso de su vocalista, quien a través de retorcidos movimientos se desangra emocionalmente en cada momento del concierto.

Capuchas con sus símbolos, camisas (incluso con tirantes, toma elegancia) y pintura negra. Los portugueses son siluetas moviéndose en el escenario, sonando atronadores y, eso sí, interactuando con el público. Animando a gritar, promoviendo mosh pits, que apenas se produjeron, y recordando que estaban en Mallorca. Pudimos dar cuenta de temas de toda su carrera como «Salve», single de su reciente Mirage (Season of Mist, 2022), «Urge», o la devastadora «Conspiranoia», con la que más de uno descubrimos su potencial hace unos cuatro años. Una puesta en escena explosiva, salvaje y demoledora, con la que el vórtice se cernió sobre nuestra bendita isla.

Tres puestas en escena muy diferentes. La sobriedad de Aeolian, la espiritualidad de Anzv y la explosividad de Gaerea se repartieron la noche ante una sala que ojalá hubiera estado algo más llena, pero qué le vamos a hacer. Hubo para todos los gustos y colores, bueno eso no, colores pocos, que es Black Metal, pero en fin, que echamos un buen tardeo de domingo gracias a la buena gente de Deathlight Music, que se dejó el lomo para que todo saliera como debía salir.