Inca, sábado 10 de junio de 2023
Concierto de _juno en el Teatre Principal d’Inca para presentar su nuevo álbum _BCN747
Aunque no lo parezca son las 7:47 de la mañana y lo seguirán siendo durante las próximas dos horas.
Te recomendamos que no luches contra ello, te relajes y disfrutes del viaje. Sabemos que abandonar la vida da miedo, pero conviene hacerlo de vez en cuando.
Con estas palabras, escritas en unas postales que se entregaron a la entrada, fueron recibidos los espectadores del concierto que _juno realizó el pasado sábado en el Teatre Principal d’Inca, que se convertiría durante algo más de 100 minutos en el Limbo con el que Zahara y Martí Perarnau IV han nombrado la gira de presentación de su segundo disco BCN747. Una invitación a liberarse de las prisas y las preocupaciones y olvidarse del ruido del exterior.
De este modo _juno convirtieron el concierto en una especie de liturgia que dio comienzo cinco minutos pasadas las nueve de la noche, cuando Zahara y Martí aparecieron por entre los pliegues del telón acompañados de una guitarra y un micrófono de pie en el que ambos cantaron «BCN747», canción con la que se abre su disco homónimo. Tras este arranque y abriéndose de par en par el telón, los junitos, como ellos mismos se hacen llamar, tomaron posiciones en sus teclados y artilugios de sonidos varios, desde donde desplegaron todo su arsenal.
Como oyente he de reconocer que la propuesta musical de _juno me resulta bastante exigente, pues vivimos en un mundo demasiado acelerado y este es un proyecto que no debe escucharse a la ligera. Además de la potencia y las zurras que meten en sus letras, como bien contaban en la magnífica entrevista que les realizó nuestro compañero Víctor Conejo días antes del concierto, existen muchas capas de sonido y detalles que pueden escaparse incluso en una escucha atenta. Y aunque vengas con el disco quemado de casa, hay que sentarse en el teatro y ver como se van construyendo las canciones nota a nota y como las letras van tomando fuerza en la maravillosa voz de Zahara para tomar consciencia del proyecto en toda su dimensión.
En la máxima del menos es más, _juno también sale ganando al ofrecer una propuesta visual sencilla: dos personas frente a frente, con luces que enmarcan pero no buscan destacar y un pequeño círculo donde se van proyectando vídeos de los viajes en los que se crearon las canciones que escuchamos, y que casi funciona como una mirilla por la que vemos las imágenes de unas vidas pasadas que podrían ser las nuestras. Una propuesta visual en la que lo importante es la música y la química que desprenden los dos miembros del grupo, tanto entre ellos como con la audiencia.
Hay que decir que el público se entregó a la invitación de dejarse llevar por el viaje musical que se proponía desde el escenario. Un recorrido que abarcaba desde la tranquilidad de sonoridades más pausadas y melódicas a varios pasajes bailables que nos transportaban a una fiesta de música electrónica, pasando por algún peaje de casi pura experimentación. Y es que, como dijo el propio Perarnau en su agradecimiento al público, no eran más que dos frikis jugando a hacer música con mil artilugios y sonidos.
Según la doctrina tradicional católica, el limbo es el lugar adonde van las almas de quienes mueren sin el bautismo antes de tener uso de razón. Después del concierto del pasado sábado solo puedo decir que si la música la pone _juno prefiero seguir sin tener uso de razón y quedarme en el Limbo. Para siempre.
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