Palma, sábado 11 de diciembre de 2021
Concierto de Rock & Press en el Teatre del Mar
Después de una divertida campaña de prensa protagonizada por un chamán (Gabi Rodas) que navega por los torrentes y pasea vestido de indio por las calles de Palma, la propuesta Perdona Pachamama llenó buena parte de la platea del Teatre del Mar.
En los tiempos que corren solo cabe encomendarse a un personaje como él.
Y es así como emerge de entre el público, con penacho de plumas y en calzones tuneados, la figura de Gabi-Chamán. Como un canto de redención, Perdona Pachamama abrió un concierto singular. A Rock & Press no le faltan motivos para volver a subirse a un escenario, en este caso el mismo en el que se estrenaron allá por el año 2005. Hace unos meses presentaron en el Teatro Principal «El último ensayo», un montaje complejo y teatralizado con tres actores y seis músicos. Ahora, la rabiosa actualidad les interpela y les lleva a escena en un formato mucho más reducido. Facturas de la luz imposibles de pagar, una pandemia, la emergencia climática o la crisis del periodismo se suman a cuestiones añejas para nada superadas como la sobreexplotación urbanística, la corrupción política y un cierto abotargamiento social materializado en un nuevo término de cuño propio: «la terrazocracia». La música como expresión de un malestar y como denuncia. No por menos novedoso resulta menos necesario.
El mítico Teatro del Mar, referencia indiscutible de las artes escénicas de la isla, acogió el espectáculo, aunque el asiento sobra en conciertos como este. No se canta igual lo que no se puede bailar y el espacio de una butaca no da mucho de sí. Si bien siempre hay gente más parada, entre el público de este fin de semana hubo más de una pierna deseosa por salir. Un público que celebraba los éxitos más emblemáticos de la banda mallorquina como Cemento, Marginación, Sumisión o Club de golf, al tiempo que aplaudía el ingenio de las nuevas verdades como puños de Confinado, Grupo de riesgo, No apagues la luz o Welcome to Tramuntana. Un espectáculo en el que Carlos Garrido, como buen maestro de ceremonias, contextualizaba, y Gaby Rodas, haciendo de showman, amenizaba, acompañados al bajo y a la batería por Carlos Grauches y Mané Capilla.
Un efectista juego de luces acompañó el curso del concierto: cuatro focos fijos, de color cambiante según el tema, daban paso a un único punto de luz blanca divina pero laica, otorgando todo el protagonismo al narrador. Algunos destellos hacia el público se sucedieron durante los temas más conocidos, con la intención de que éste se animara a acompañar a los músicos, aunque poco eco resonó a excepción de un par de ocasiones. Una de ellas con el cierre oficial del espectáculo, en dónde invitaron al público a corear de nuevo Perdona Pachamama. Pero la más conmovedora fue sin duda el verdadero final del concierto. Tras un primer bis donde el grupo abordó por vez primera la violencia machista, Ca na Palleva resonó con toda su fuerza como el himno de resistencia ciudadana en el que se ha convertido.
No sabemos si esta vuelta a los escenarios cierra un ciclo, lo inicia o nada de eso. Lo que sí tenemos claro es que la música de Rock & Press, con su actitud gamberra y sus letras irreverentes, bien puede ser la banda sonora de una realidad punzante. Así pues, larga vida a Rock and Press.
Publicado por:
Director de Mallorca Music Magazine, ejerciendo de fotógrafo, editor y redactor.
Apasionado de la buena música y las artes escénicas.
Fotógrafo especializado en fotografía musical y de conciertos.
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