Palma, domingo 19 de junio de 2022
Concierto de Urtain en el Teatre Principal de Palma
Grabación en directo de un disco que llevará por título «Una noche en el Principal»
Urtain nos regalaron un maravilloso espectáculo el pasado domingo 19 de junio en el Teatre Principal de Palma, donde urdieron una impecable y meritoria puesta en escena, ayudados y bien secundados por amigos y colaboradores de gran altura, en una noche mágica que no solo quedará prendida largo tiempo en el recuerdo del público asistente, sino que además quedará inmortalizada en un disco en directo, editado por Espora Récords, además de un DVD con entrevistas y material audiovisual.
Horas antes del concierto, Julio Molina, líder de la formación, nos concedía unos minutos para responder a nuestras preguntas y contarnos cómo se había fraguado esta actuación única.
¿Cuándo surgió la idea de tocar y grabar en el Principal?
Pues hace prácticamente un año, cuando hacemos la propuesta al Teatro y se interesan por la posibilidad de grabar el disco aquí, porque entre otras cosas se dan cuenta de que nunca antes se había grabado un disco en directo de un grupo de rock bajo su techo. Entonces claro, cuando nos lo proponen ponemos todo en marcha para hacer un concierto diferente, porque es el Teatre Principal y las posibilidades técnicas y escenográficas de un sitio así no las sueles tener a tu disposición todos los días. Valía la pena hacer el esfuerzo de preparar algo muy especial y concreto, con invitados y un repertorio hecho a medida, con arreglos especiales, para intentar estar a la altura del sitio y del acontecimiento. Queríamos grabar un disco en directo para dejar testimonio de la trayectoria del Urtain hasta hoy, y vamos a tener la fortuna de poder hacerlo a lo grande.
¿Quién o quiénes lo han hecho posible?
Nosotros somos un grupo que no tiene detrás ni una gran productora, ni una gran compañía discográfica. Ha sido un trabajo hecho a base de cariño y la ayuda desinteresada de muchísima gente, sobre todo amigos, que se ha querido implicar en este proyecto, lo cuál creo que le aporta mucho más mérito a la cuestión. Lo digo con toda la humildad del mundo, pero poder sacar adelante una cosa así, sobre todo a nivel de producción, solo con amigos y gente cercana que han querido ayudar de forma casi altruista, empleando muchísimas horas de trabajo y toneladas de ilusión, me parece algo muy meritorio y ellos son, en definitiva, los que lo han hecho posible.
¿Cómo surgieron las colaboraciones con los invitados, especialmente con Ariel Rot?
Pues en cuanto se materializó la oportunidad de tocar y grabar en el Principal enseguida exploramos la posibilidad de invitar a otros artistas. Evidentemente queríamos que hubiera una muestra lo más amplia posible a nivel musical y generacional de gente importante de la escena balear, pero sobre todo queríamos rodearnos de amigos. Hemos intentado reunir una amplia representación de la música que nos ha influido en todos estos años, de diferentes épocas. Desde bandas de los 80 como La Granja o La Búsqueda, pasando por grupos de otros entornos musicales, como Anegats, o implicando a artistas más jóvenes que llevan tiempo pisando fuerte, como Mireia de Ombra.
Lo de Ariel ha sido más complicado, pero por temas de agenda. Hace años que tenemos relación con él, es íntimo amigo de nuestro guitarrista Iván Tobiass y grabamos con él hace un par de años, además de ser un referente a nivel musical y una especie de padrino para nosotros. Por eso nos hacía especial ilusión que viniera, pero el que pueda estar aquí ha sido bastante complicado porque como todo el mundo puede imaginarse es un tío que está en mil cosas: haciendo giras con Kiko Veneno, colaborando de nuevo con Calamaro en conciertos… y lo difícil ha sido encajarlo dentro de nuestra propuesta. A él le apetecía muchísimo, porque nos tiene mucho cariño, y si al final podemos contar con él ha sido gracias a su infinita generosidad.
Acumuláis muchos buenos temas desde 2009, cuando salisteis con Canciones Selectas en Conserva. ¿Ha costado mucho hacer la criba para este álbum en directo?
Sí, eso quizás haya sido lo más complicado, elegir las canciones sabiendo que se iban a quedar muchas fuera, pudiendo no dejar contentos ni al público ni a nosotros mismos. Como somos un grupo bastante democrático, cada miembro confeccionó su propia lista privada y luego las fuimos contrastando: las canciones que aparecían más veces se iban quedando, hasta que al final, a fuerza de repetir este proceso, tuvimos todo el repertorio. También tenemos el caso de Mireia, que escuchó nuestra discografía entera e insistió en hacer una canción del primer disco con la que no contábamos y que llevábamos años sin tocar en los directos, lo cual ha sido un acierto totalmente inesperado, como luego podréis comprobar en directo. Y luego también queríamos integrar algo de Ariel en el repertorio para encajarle en algo nuestro.
Es cierto que podían haber entrado otras canciones, claro que sí, pero yo creo que al final nos ha quedado una muestra bastante representativa de nuestra discografía, con el reto añadido de que había canciones que teníamos que reconstruir en cuanto a producción, pero sabiendo que darían bastante juego a nivel instrumental si las volvíamos a recrear partiendo de cero. Ahí estaba también la gracia del asunto, hacer versiones nuevas de canciones que teníamos un poco aparcadas.
¿Cuándo saldrá publicado el disco? ¿Hay alguna previsión?
La idea es que salga antes de Navidad, tanto el DVD con entrevistas y toda la parte audiovisual como el disco, que lo queremos sacar en vinilo aunque sea en una edición limitada. Nos gustaría presentarlo en Navidad o a principios de año, coincidiendo con algunas fechas que ya tenemos medio cerradas en la península, aunque por supuesto queremos hacer una presentación a lo grande aquí en Palma.
Por último, ¿cuáles son los planes de Urtain para este verano?
De momento lo que tenemos cerrado es una actuación el 4 de agosto en el Castell de Bellver, en un concierto de corte más íntimo para las noches que organiza el Ayuntamiento de Palma en el castillo, y fuera de la isla también estaremos el 12 de agosto en el Festival Sonorama Ribera, en Aranda de Duero. Esto es lo que tenemos confirmado a día de hoy, pero esperamos tener más actuaciones para este verano. De hecho hay algunas que están pendientes de cerrarse y no podemos adelantar todavía.
Una noche en el Principal
El Teatre Principal lucía magnífico para la ocasión, prácticamente lleno. Urtain, con su formación habitual compuesta por Julio Molina (voz y guitarra), Gabi Marcos (batería), Pep Aguiló (teclados), Iván Tobiass (guitarra) y Nando Ros (bajo), a la que habían sumado para esta noche tan especial a Pep Lluís García a cargo de la percusión, arrancaron en modo tranquilo con un pequeño set acústico que les sirvió de calentamiento para lo que vendría después.
Julio, con un elegante traje de chaqueta rosa palo, camisa negra y la voz visiblemente emocionada, fue desgranando los primeros compases de «Déjalos que digan», de su primer álbum Canciones Selectas en Conserva (2009), que fue el tema elegido para romper el hielo. Después vendrían «No vales tanto» y «Llévame lejos», single publicado el año pasado con el que cerraron este contenido y elegante arranque y pasaron a un formato eléctrico de mayor pegada.
La iluminación se intensificó y las pantallas sobre sus cabezas se encendieron cuando comenzó a sonar «Bajo el cielo de Berlín», de su álbum Manual de Supervivencia para Ilustres Decadentes (2017). Por primera vez sonó la armónica, con el piano aportando detalles de muchísima clase. Tras este tema comenzó el largo desfile de invitados, «la aristocracia del rock mallorquín» en palabras de Julio, encabezados por Monse Santandreu (Los Malditos) y Guiem Porcel (La Granja), que interpretaron «Hotel Mundial» junto a la banda, formando un trío vocal sólido y contundente.
Sería Mireia Flores (Ombra) la encargada de cerrar brillantemente este set eléctrico con «No sería yo», tema escogido personalmente por ella entre toda la discografía del grupo. Ya conocíamos sus dotes como vocalista, y aún así su dueto con Julio superó todas las expectativas imaginables.
En «Amor a Quemarropa», Nando Ros agarró una guitarra acústica para ceder el bajo a Toni Trobat, antiguo miembro y fundador de Urtain que, como parte de la historia del grupo, tampoco quiso perderse esta gran noche. Después llegaría la profunda voz de Xisco Albéniz (La Búsqueda) junto a la de Alberto Vizcaíno (Psiconautas) para acompañarles en «La Máquina del Tiempo», single estrenado este mismo año. Este inprovisado trío vocal, junto con Julio, consiguió una buena coordinación a pesar de sus timbres tan diferentes, arrancando la aclamación del público.
La banda a estas alturas ya estaba bien engrasada y sonando de fábula, cuando encararon «A oscuras por dentro», single estrenado el año pasado que nos dejó, entre otros magníficos detalles, un potentísimo solo de guitarra a cargo de Iván Tobiass. Después saldrían Miquel García (Roulotte) y Pep Álvarez (Anegats), muy enchufados y motivados en todo momento, para interpretar a tope de energía y volumen «Cadáveres en el armario». Tras semejante despliegue, Urtain bajaron ligeramente el pie del acelerador y aprovecharon para coger un poco de aire cuando llegaron a «De tripas corazón», que dedicaron al recientemente fallecido Ángelo Borrás (Sunflowers).
Sería Mireia Flores (Ombra) la encargada de cerrar brillantemente este set eléctrico con «No sería yo», tema escogido personalmente por ella entre toda la discografía del grupo. Ya conocíamos sus dotes como vocalista, y aún así su dueto con Julio superó todas las expectativas imaginables. Ambos protagonizaron uno de los momentos de la noche, intenso, emotivo, brutal, dando la impresión de que llevasen años cantando juntos. Tanto gustó que el público respondió con una estruendosa ovación.
Cabría pensar que después de este momento álgido los miembros de Urtain aprovecharían para relajarse un poco antes del arreón final, pero nada más lejos de la realidad. La banda dobló su apuesta y metió una sección de vientos y coristas en el escenario, elevando aún más la intensidad y llevando el concierto a otra dimensión. Así se sucedieron «Viento del Norte», «Calamar», donde Julio agradeció a todos los que habían venido de muy lejos para estar con ellos en esta noche, y «Pobre idiota», de su EP Un domingo cualquiera (2014), antes del primer amago de despedida.
… otro de los momentazos del recital, cuando salió Ariel Rot para interpretar la conocidísima «Baile de ilusiones», de su disco Hablando solo (1997). En esos momentos la banda y sus acompañantes eran un tren a toda máquina y se encargaron de rubricarlo en «La Playa del Mago», donde Ariel exhibió sus elegantes e indiscutibles dotes como guitarrista.
Ovación gigante del público, los músicos se despidieron en falso, se apagaron las luces y solo quedó Pep Lluís García sobre las tablas, acaparando todos los focos, para interpretar un enorme solo de percusión que funcionó como intro y ambientación para el tema que vino justo después. Salieron de nuevo los músicos y encadenaron los redobles del solo con el arranque de «Muñeco Vudú», de su álbum Buenos Tiempos para la Épica (2019), donde destacó la poderosa línea de bajo de Nando en primer término, los originales licks de guitarra de Iván y el pequeño solo de teclado que se marcó Pep evocando a The Doors. Uno de los temas de la noche.
Ahora ya estábamos en la recta final, con las máquinas a todo trapo y el público levantado de sus asientos. Llegó «En la cocina», con el saxo de Toni Rullán erigido en protagonista, antes de otro de los momentazos del recital, cuando salió Ariel Rot para interpretar la conocidísima «Baile de ilusiones», de su disco Hablando solo (1997). En esos momentos la banda y sus acompañantes eran un tren a toda pastilla y se encargaron de rubricarlo en «La Playa del Mago», donde Ariel exhibió sus elegantes e indiscutibles dotes como guitarrista.
Julio ejerció en todo momento de perfecto maestro de ceremonias, derrochando esa mezcla de carisma y sencillez que le caracteriza. Antes de la despedida, presentó uno a uno a todos los músicos y acompañantes, cerrando el recital con «El beso de Judas», en total comunión con el público, con el tema transformándose en una versión del «Heroes» de Bowie ya con todos los invitados de nuevo sobre el escenario. Un emotivo y perfecto fin de fiesta a un concierto impecable, por momentos exquisito, en todos y cada uno de los sentidos.
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