
Órdago: Ana del Carmen García Pareja (Málaga, 1997), Anadie, va a ser uno de los sorpresones del Mallorca Live Festival. Actúa el sábado de 21 a 21:45 h. en el escenario 5 Radio 3, y escuchando sus músicas, sus voluntades artísticas y personales, y cómo las va a subir todas a las tablas, este que firma augura bolaco.
Nacida en una urbe históricamente rapera, ha evolucionado y se ha complejizado muy sabiamente, mejunjando con creatividad versátil músicas urbanas con pop, hyperpop y hasta folclore. Sus canciones generan sensaciones certeras y universales, como un primer beso en una escalera, tanto como verdaderas y ambivalentes, tal cual un polvo loco en otra escalera. «Ea» que dicen en Málaga, «au» en bon mallorquí.
Elucubremos para empezar: ¿cómo sería la artista Anadie si no fuera malagueña sino que hubiera nacido en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, o incluso Sevilla?
[Piensa largamente] Desde luego sería menos divertida.
¿Por dónde le asoma Málaga a la artista?
Fíjate que sería menos urbana. Málaga es jodidamente rapera, recalcitrantemente rapera y lo he disfrutado mucho. Pero es verdad que tirando como estoy a día de hoy por otras vías musicales, no hay tanta red de apoyo. Quizá es más folk-indie.
Dentro de tu esencia de músicas urbanas, pop y hasta hyperpop, has macerado hip hop ya en tus primeros singles («Maldad gratuita» o «1888» de 2019; «Rosa chicle» o «Axón y dendrita» de 2020; todo en Calaverita Records). Pero además has producido old-new school a gente como Foyone o Las Ninyas del Corro. ¿Y con otros palos Málaga no te apoya?
¿Qué te digo? Empiezas fuerte hoy. Creo que a nivel público me siento súperquerida en esta ciudad. Cada vez que hago algo es muy loco. Pero a nivel artístico no es que no me apoyen porque no quieran, sino porque están en otra movida totalmente diferente. Diría que no hay nadie con quien comparar la miscelánea extrañísima que hago. A veces lo de guisárselo y comérselo una misma queda muy bien en el currículum, pero hay una pequeña soledad en el camino.
Aún así, te supongo más cómoda con las melodías que no rapeando.
A día de hoy sí. Es como la sexualidad, va fluyendo. Así es el gusto por la música. Ahora estoy en un punto más distendido, más relajado, no tan rebelde o adolescente. Al final el rap, no es por infantilizarlo o hacerlo más pueril, pero al final te tiras mucho más por esa rebeldía.
Y que el tempo, métrica y etcétera no tiene nada que ver cuando rapeas que cuando cantas. Eso te tenía que condicionar artística y creativamente.
Es evidente. Al final relacionas esa métrica rapera, más contundente, de boom bap, con letras más agresivas.
Exacto, es que incluso te tenía condicionar el vocabulario.
Claro, claro, te condiciona un montón.

Con lo fan que soy del hip hop me resulta durísimo preguntarte si el rap se te quedaba corto.
[ríe] Realmente tampoco sé si decir que se me quedaba corto. Al final, me flipa la música y me flipan todos los estilos, y quedarme con uno significa descartar todos los demás, y no quiero hacerlo. Soy rapera, cantautora, todo lo que se llame como músico.
¿Te gusta la Anadie de 2018, 2019?
Me gusta ese repertorio pero ya casi no lo hago. Te diría que la Anadie de aquella época no me cae bien.
Pero como dice mi abuela, nadie nace enseñado.
[ríe] Totalmente.
El Foyone canta en su último tema que no quiere un Bugatti. ¿Tú lo quieres?
Quiero dos.
El Bugatti, el cochazo, los clichés. El mundo de la música está lleno de clichés y tiranías, pero me da que te las saltas como quieres, y sobre todo con creatividad. Un ejemplo: tu último videoclip para «El amor es amor» es sexy (la dictadura de la hipersexualidad), pero no está lleno de cuerpos heteronormativos.
Sí porque al final es mi realidad, y quiero que mi música tanto estéticamente como narrativamente refleje mi persona y mi mundo. Si mi entorno está lleno de gente real, sin impostaciones, que se muestra tal y como es, con cuerpos más normativos y cuerpos menos normativos, todo eso es lo que quiero que aparezca en mis vídeos y que sigan nutriendo mi música.
Nominada en los últimos Premios MiN de la música independiente a canción del año, mejor artista emergente, mejor videoclip por «Llorar un milagro», mejor grabación de músicas urbanas por «Efectos secundarios de ser un ángel» (Calaverita Records, marzo de 2024), mejor diseño gráfico por dicho álbum (obra de Jorge Acanto) y mejor letra original por «Anita, yo te invito» (interpretada junto a Kfé). ¿Te satisface más que valoren tus músicas o tus letras? Inevitablemente, la atención se centra en la música, pero sucede que tus textos son muy valorados.
Es verdad, por esta misma conversación ya me puedes haber calado un poquito, soy un poco pedante.
¡No mujer! Utilizas palabras raras, o poco habituales, como «heterodoxo» o «normativo».
Creo que tú también eres un poquito de esa onda, pero me gusta.
Soy periodista de Cultura, trabajo con palabras.
Sí es verdad que pongo la música al servicio de la letra. Al final toda mi obra gira alrededor de la lírica. Es lo que realmente me mueve. Me habría encantado ser poeta o dramaturga, pero no he podido. La música me llena, creo que se me da bien, y cuidar las letras la embellece. Sí, me alegra un montón.
Me llama la atención que como recurso técnico a veces repites versos en canciones distintas, como aquel de follar en el coche.
En concreto porque está inspirado por la misma persona. Era un pequeño guiño, y no sabes la de movidas que siempre me trae ser tan directa, un poco descarada. Y claro, las personas que han vivido cosas conmigo saben cuando algo va para ellas.
En mejor letra original ganó «Los años nuevos» de Nacho Vegas. No es derrota mala habida cuenta de que declaraste que la canción que te hubiese gustado componer es una suya, «Morir o matar». Esa coincidencia es mágica, da para canción.
O una colaboración.
Un tema que ha salido a menudo en entrevistas con Vegas, es que si le mete demasiada altura a sus textos corre el riesgo de que la gran mayoría de personas no le entienda, no le capte. ¿Te preocupa con los tuyos? ¿Has llegado a aligerarlos?
Con el tiempo me he desembarazado de la idea del virtuosismo y los galimatías. Creo que he llegado a una manera de escribir que de manera natural se entiende, pero también implica atención. Para escuchar mi música tienes que estar escuchándola. Es marchosa y funciona guay, pero tienes que ponerle atención.
Yo tengo mi visión, pero quiero la tuya: ¿qué hay de siempre y qué hay de nuevo en «Amor, bestias y escaleras»? [su último EP en Calaverita Records, abril de 2025].
De siempre creo que la crudeza, y de nuevo no sé si se nota tanto, pero hay mucho disfrute detrás de la composición. Intentando el desenfado y la no pretensión. Si gustará más o menos. El disco anterior estaba muy cargado de prejuicios y miedos. En este, al final me lo he hecho yo y ha sido algo muy liberador. No es el disco de mi vida, pero estoy tranquila y orgullosa porque lo he hecho de mí para mí.

Y la producción. Como te decía antes, nadie nace enseñado. Esas miles de horas quemando ojos ante la pantalla rentan del copón. Encuentro la producción excelente, y desde luego antes no faltaban las malas ideas.
Ese desenfado y ese disfrutar el proceso, al final provoca que el disco vibre y también quien lo escuche.
Te has soltado también en la pura técnica. Se oyen recursos de producción nuevísimos y a menudo soberbios.
Ahora ya sé automatizar el mecanismo cerebro-mano. Sé la idea que quiero hacer y la puedo trasladar de manera fácil a la producción.
¿Qué significa el título, teniendo en cuenta que no corresponde con el de ninguna canción?
No corresponde a ninguna concreta porque las aúna todas. Amor, porque es un disco de amor, de las diferentes aristas, esquinas y visiones, desde la más terrible hasta la más gloriosa. Bestias, porque así llamo a las personas que protagonizamos ese pico de amor tan extremo, tan terrible y tan bonito. Y escaleras, porque son sitios muy mágicos, donde toda mi vida han coincidido eventos súper canónicos, desde una ruptura, la noticia de la muerte de un amigo, un primer beso o un polvo súper loco. Son sitios que tengo muy sagrados.
Un spoiler hasta la medida que consideres: ¿qué directo traes al Mallorca Live Festival?
Por primera vez llevo un cuerpo de baile. Embellece un montón. Es que soy muy teatral, me gusta muchísimo la interpretación en el escenario, moverme, actuar y hacer juego. Los estándares actuales a nivel de visuales y coreografías son muy altos, pero quiero dos Bugattis. Quiero ponerme a la altura.
¿Has estado en Mallorca? Esta isla está tensionada por muchos factores. A ver si al final, al público se le va a notar.
Nunca he estado, pero solo he escuchado cosas buenas.
También es que tenemos el mar, que lo cura todo.
[La conversación es por videochat; gira su cámara y enfoca al mar].
Publicado por:
Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.
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