Peligro!: «Para tocar estas canciones hay que dar cabezazos y saltar»

El rock&roll es exaltación. ¿Cómo se exaltan Peligro! en el contexto actual?

Pol: Somos gente bastante pausada, pero es oír rock&roll…
Esther: Creo que hablo por los tres si digo que nos exaltamos cada día. El rock&roll no se va y desaparece. Cada día, en una cosa u otra, hay rock&roll.

Lo cantáis en Uh Uh Uh: «No sé por qué, no sé por qué…». No sé por qué apostáis por la música que hacéis cuando hay rumores crecientes de que lo próximo que van a prohibir son las guitarras, en concreto las guitarras altas.

E: Tenía entendido todo lo contrario. En los grupos que van surgiendo veo cada vez más guitarras.

Hace poco escuché: «Hace quince años que no oigo un solo». Pensé: «Muy cierto».

E: Tal vez a lo Slash no, pero tal vez tampoco haga falta para que decir que las guitarras están vivas en la música actual.

Miremos hacia el mainstream internacional, no entendido a la española: en Arcade Fire o Tame Impala, por ejemplo, hay alguien que lleva una guitarra… que no tiene presencia. ¿La guitarra va camino de convertirse en un bonito atrezo?

E: No quiero generalizar, pero tal vez el problema esté cuando vas a grabar, o a mezclar y masterizar. Muchas veces oyes grupos en directo con guitarras muy potentes que en el disco suenan casi en la sombra. En estudio recibes muchos consejos para mejorar, y a veces los sigues y a veces no. Tienes que tener claro cuándo plantarte y decir «somos un grupo guitarrero». Incluso teniendo en cuenta el sonido más «agradable» que se lleva ahora, pero teniendo claro que la guitarra esté presente. Si eres un grupo muy joven tal vez te dejes llevar más por ese tipo de consejos en el estudio y transijas más de lo que realmente quieres.

P: Tal vez haya que incorporar un ukelele eléctrico.

Siempre lo pienso cuando oigo un grupo guitarrero: ¿Dónde grabarán? En España es histórico el déficit de ingenieros que graben bien las guitarras no solo contundentes, sino crudas, lacerantes, áridas. ¿Solo Enric Fuentes y Santi García junto a su hermano Víctor en Ultramarinos Costa Brava?

P: Las dos opciones estaban sobre la mesa a la hora de buscar estudio. Y también está Paco Loco.

Exacto. Paco, que está maravillosamente loco por las guitarras.

P: Y te graba cualquier guitarra que si quieres que suenen, desde luego sonarán. Intuyo que en el País Vasco, por tradición, también debe haber muy buenos profesionales.

E: O donde hemos grabado, en La Atlántida, en Barcelona, que es un estudio muy guitarrero. La mezcla y el máster los hizo Alcover, pero desde luego la guitarra está muy presente en el trabajo de Edgar y Mario.
[N. del R.: Edgar Beltri es miembro de grupos como Maple, The Eyes, Tiki Phantoms, The Lizards o Hyde Habbey. Mario Patiño se ha curtido en infinitos conciertos y festivales como técnico de directo y regidor de escenario].

En el contexto actual, con público sentado, con las «tendencias» mencionadas y etcétera, ¿Peligro! quieren tocar a partir de mañana?

P: Queremos tocar a partir de hoy. Con el público sentado no es lo ideal. En cuanto al volumen, es fácil: te subes todo lo que haga falta. Al 10 o al 11.

¿Cómo surgió el fichaje por Subterfuge?

P: Era una de las primeras opciones que manejamos. Y tuvimos la suerte de que Peter Runaway es muy amigo desde hace muchos años de Carlos Galán [fundador y director ejecutivo de Subterfuge. Peter, el ya histórico Pere Terrassa, es motor, corazón y alma de Runaway Records y de la Fira del Disc de Mallorca, entre otras mil actividades vinculadas directamente con la música]. Nos hizo el favor de enviarle varias de nuestras canciones, y Galán le aseguró que viniendo de él, las escucharía. El mismo Peter pensaba que recibiríamos la respuesta clásica de «están muy bien, pero tal vez ahora no es el momento…». Y contra todo pronóstico le contestó: «Me encantan. Qué frescos y qué guitarreros. Quiero ficharlos». Y fue él quien nos recomendó mezclar los temas con Alcover.

¿Quién escribe las letras? Hay una idea recurrente: ya no soy quien era ayer.

E: ¡Qué sorpresa! Me gusta, porque no era consciente. Supongo que es inevitable que tu personalidad se vea en tus letras. Tienes un eje conductor que se mantiene a lo largo de tu vida, y al mismo tiempo, personalmente soy bastante de altos y bajos. Hoy no soy como seré mañana, o como dentro de cinco minutos. Me gusta esa imprevisibilidad.

Y después de expresarse en dicho sentido, la idea siguiente nunca es «porque ahora soy mejor que antes».

E: El día que me conozcas a fondo verás cómo es algo que nunca pensaré de mí misma. Soy como soy, con muchos, muchos defectos, pero también con alguna cosa buena.

P: Y muchas virtudes, lo aseguro. Yo que la conozco más, cuando decidió colgarse la guitarra, ponerse al frente a cantar y tirar hacia adelante lo que quería hacer, cosa que no había hecho nunca porque hasta entonces tocaba la batería o el teclado, fue cuando hizo ese cambio fundamental y, si no me equivoco, se dijo a sí misma: «No voy a parar». Probablemente las letras hablen sobre todo de abandonar una vida digamos más tranquila y lanzarse a liderar un grupo con tus canciones y tus letras.

Qué curiosos esos scratch en Jódete.

P: Parecería algo propio de Dani, que es muy de ese estilo, pero lo metimos antes de que él llegase. Fue una cosa mía, ya que siempre me ha gustado mucho el rollo Beastie Boys. Era la canción en la que nos pareció que encajaba mejor y se la envié a un amigo de Valencia, DJ Cartones, que es buenísimo haciendo solos de scratch. La idea era darle una temática sin recurrir a la típica pista extra de saxo, trompeta o Hammond, sino algo raro, freak, que no te esperes.

Viendo una foto de Pol con una camiseta de Fugazi recordé que eran muchas las radicalidades, sobre todo en actitud, de los de Washington. ¿Cuáles son las radicalidades innegociables de Peligro!?

E: Radical como yo lo entiendo es por ejemplo no bajar de los dos ensayos semanales. Ensayar mucho, trabajar muchísimo. Y no solo de cara al concierto de presentación que haremos en octubre en Es Gremi. Una vez metido en un proyecto hay que darlo todo, en cada ensayo y en cada concierto aunque haya solo una triste persona. Y radicalidad en el escenario: si hay que dar un cabezazo, un salto o un chillido fuera de lugar, se pega.

Además del factor Subterfuge, producción de Eric Fuentes en los estudios La Atlántida de Barcelona, mezcla y máster del muy reputado Dani Alcover (Dover, DePedro, Corizonas, Ángel Stanich, Muchachito Bombo Infierno, Amparanoia, Super Skunk, Habeas Corpus, Héroes del Silencio, Sex Museum…). ¿Cómo habría sonado, qué habría generado, cómo habría sido este disco de no haber estado Fuentes y Alcover en el muy lujoso meollo?

P: Buena pregunta… Teníamos claro que, grabásemos donde grabásemos, teníamos que tocar con mucha mala hostia, muy potentes. Eso lo habríamos tenido seguro.

Dani: Eric Fuentes le dio un punto de originalidad. Llegamos con muchas ideas, con algo casi caótico, y le dio un toque muy personal a ese caos. Diría que un sonido más moderno que el que llevábamos.

E: Exacto. Peligro! es Peligro!, y esa base siempre está ahí. A partir de eso, le dio un punto de frescura y que todo se entendiese mejor. Ni Fuentes ni Alcover tocaron muchas cosas pero sí consiguieron que todo sonara mucho más claro con la caña que toca. Más brillante dentro de esa distorsión.

Lo ha apuntado Dani y es algo que llama la atención: referentes e influencias aparte, sean de la época que sea, este disco suena a 2021.

P: Eso es culpa de Alcover. Le llevamos la premezcla y él consiguió el sonido que buscábamos.

Una curiosidad concreta: normalmente cuando te dan una primera mezcla quieres escucharla enseguida, y vas corriendo al coche a poner esa cinta. ¿Dónde escuchasteis la primera mezcla que hizo Alcover?

P: Igual: la primera en el coche de Esther, yendo arriba y abajo por Barcelona. Y después ya en su piso. Pero no en cinta de casete, que ya no te la dan así, sino desde el móvil [ríe].

E: En el coche, en mi piso, en el de Pol… Es importante escucharlo en todas las plataformas y equipos posibles.

Inevitable hoy día preguntar si en el estudio se tuvo en cuenta o al menos se comentó cómo escucha música la mayoría del público: en un móvil con un altavoz de un centímetro y sin graves.

P.: La verdad es que no lo tuvimos en cuenta. Grabamos el disco que queríamos grabar. Si no, podríamos haberle dicho a Dani que no hacía falta que viniese a grabar el bajo [ríe].

Qué curioso que los nuevos modelos de móvil se publiciten con «pantalla más grande y con más definición» o «más y mejores cámaras», pero no con «para escuchar mejor la música» o «con subwoofer».

E: ¡Pues ojo a mi frikeza! Me he comprado un móvil que destacaba que tiene doble altavoz y suena mejor que ninguno.

Es de suponer que con todos los intervinientes y los factores mencionados en la gestación y publicación de este disco miraréis más hacia la Península que hacia Mallorca.

E: Evidentemente. En el momento en que tienes un grupo y unas canciones en que crees y que defiendes de cierta manera las islas siempre están presentes, pero la intención es quemar la Península.

D: Ensayamos en Mallorca y tocaremos en Mallorca, pero queremos que cuanta más gente mejor escuche nuestra música.

Os he visto varias veces en directo y Esther y Pol siempre estaban. Lo que cambiaba era el resto de músicos de la banda. ¿Sois el núcleo duro e inmutable? ¿Sois y siempre seréis los más peligrosos?

P: No sé si seremos todos igual de peligrosos pero siempre seremos tres [ríe]. Con Xavi hay muy buen rollo, pero no acababa de funcionar. Conocimos a Dani aquí en Pollença justo antes de entrar a grabar, le propusimos si quería grabar un disco y dijo: «De cabeza».

D: Ya estamos casados.

Supongo que sois muy conscientes del que suele ser el primer comentario de la gente cuando os ve: «Este batería no falla nunca y además le pega muy, muy fuerte». Qué importante es llevar detrás alguien que toca como una locomotora y te empuja, te empuja y te empuja.

E: Si haces otra música u otro estilo puedes sonar más reposado. Pero tocar estas canciones, girarte y ver a Pol dar cabezazos, las hostias que le mete, que se levanta… Tiene que ser así.

D: Es que no sé tocar más flojo. Lo hago lo mejor que puedo.

Supongo que sois muy conscientes del que suele ser el primer comentario de la gente cuando os ve: «Una banda de rock&roll, y canta una mujer». La gente demasiado a menudo es así de corta de miras. Esther, ¿sueles tener la impresión de verte obligada a sumar un plus a tu actuación por el hecho de ser una mujer al frente de una banda de rock&roll?

E: Nunca. Salgo a defender unas canciones, a emocionarme y a vivirlo sin pensarlo en ningún momento. No estoy desubicada respecto a la realidad: soy la chica en una banda de este estilo, la que canta y también toca la guitarra, y eso es el plus. Pero no soy consciente ni me condiciona en el escenario. Ahí arriba no hay género, solo las canciones que espero que vivan como las vivimos nosotros cuando las tocamos.

Supongo que sois muy conscientes del que suele ser el primer comentario de la gente cuando os ve: «¡Hay un nuevo miembro en Peligro!». ¿Cuánto tardaste en sentirte parte esta familia?

D: Muy poco. A Pol ya le conocía desde hace tiempo y habíamos coincidido en alguna jam. A Esther la había visto tocar varias veces. No éramos habituales ni especialmente amigos, pero fue ponernos a ensayar y conectar totalmente en lo musical y lo humano, y eso lo hace todo muy rápido.

En estos tiempos siempre lo pregunto: ¿alguna idea concreta para la primera vez que podáis dar un concierto «normal», con toda la anormalidad de antes, con la gente respirándose encima, con la mayoría o mucha gente del público más pendiente de emborracharse o de ligar que de lo que pasa en el escenario?

E: No sé qué pasará. Como decía antes nos gusta lo imprevisible. Solo puedo decir que me he comprado un juego inalámbrico. Cuando sea posible creo que no podré evitar meterme entre el público aunque haya solo dos personas y abrazarlas. Poder tocarlas y sentir el calor del directo.

P: Nuestra preocupación cuando salimos a un escenario es que la gente no haga todo eso que mencionabas [ríe]. Procuraremos más que nunca que no se preocupen de ligar y de ir a por una cerveza y que tengan los ojos clavados en el escenario. Les diremos «¡Hey! Somos Peligro! y venimos a llamar vuestra atención». Sabiendo que en algún momento Esther dará dos saltos y se irá con la guitarra a cuestas a buscar una cerveza mientras sigue tocando.