Parece mentira con la cantidad de años que lleva en la música y la cantidad de años que lleva escribiendo temazos, pero hasta ahora a Manuel Lozano (Manacor, 1972) no le había apetecido hacer un tema en català: «Sa Clau». Incluso, le apeteció antes ponerse escritor con Buscando perderme. El librillo de papel de leer (Editorial Crecida, 2019). Ahí fue donde contó «soy un vividor y un moridor, porque siempre vamos cambiando», entre pequeñas historias con grandes resoluciones que iban del amor, lo erótico/sexual, la reivindicación/protesta, drogas, paranoias, música/arte, bajón y hasta la ciencia-fricción.
Manuel, Manolo, Manu ha sido y será siempre el cantante perenne de La Vereda, y perenne es su talento que ahora por primera vez se expresa en sa nostra llengo. Sus capítulos previos comprenden material como Lozano o los doce temas como ZrAs!, onomatopeya de zirconio y arsenio, «un montón de canciones, un popurrí guarro de cosas que no veía para La Vereda y quería meterlas en algún sitio». Pergeñado durante la grabación del Te muta madre de La Vereda, el tercer disco de la banda autoeditado en 2015 y reeditado en 2021 por Runaway Records, aparte de algún organillo y percusión, «es casi un trabajo individual: me hice todas las bases con Ableton, las músicas son mías, sintetizadores, programaciones, baterías, bajos, casi todo». Genialmente heterodoxo, buen ejemplo de ello es «Ohmbligo».
Y ahora llega «Sa clau». Trabajado de forma ancestral, en su refugio donde se aparta de la civilización, «está todo en crudo, sin masterización, primero porque la canción es precisamente un poco cruda». En sus propias palabras:
La meva primera cançó composta en mallorquí, dedicada a totes les persones de la meva generació i voltants, que vam estar a Manacor aquells anys. Ara veiem com a poc a poc es deteriora l’illa i pensem que, per diferents motius, la nostra veritable pàtria és la infància.
Ampliando la concepción de la nueva canción, Lozano especifica cómo «todo lo que he grabado tiene cero efectos. Las guitarras, que hay un huevo, coros, etc, no tienen ni reverb. Josep Oliver grabó desde su casa. Le pedí una toma cruda, y me mandó dos, por eso hay algún trombón doblado donde hago un poco de puzle. Pero está todo crudo y sin guisar porque así quería que fuera».
«Como te mandé una canción espiritual-parodia y no me hiciste ni puto caso, te mando esta más tranqui», especifica el vividor-moridor-musicador. Con una narrativa centrada en la esencia y casuística de su ciudad natal Manacor, especifica que «esta mi primera canción en mallorquí, si no eres de Manacor… bueno, también sirve». Grabado en casa y con resultados sonoramente impecables, «es un single independiente. De hecho, no la he firmado ni como Lozano, La Vereda o ZrAs! Encajaría dentro del rollo Lozano, más de cantautor… pero no lo he puesto más que el título y la fecha. Así soy yo». Y ríe y nos besa y nos abraza.
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Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.
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