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Publicado el 3 febrero, 2023

‘Ata’ Lassalle: «Underground es todo lo que indagas y consigues por tu cuenta»

Por Conejomanso
Juan 'Ata' Lassalle - Autsaider Cómics - Mallorca Music Magazine

El dibujante, guionista y editor Juan ‘Ata’ Lassalle (Santander, 1971) fundó hace diez años la editorial Autsaider Cómics, donde junto a su equipo publica mucha, mucha calidad. Muchísima. Aquí debería acabar esta introducción porque realmente no hace falta explicar más. Pero es que resulta que al muchacho, de siempre, lo que le mueve y motiva y emociona y engorila es lo underground. Pues habrá que preguntarle por ello.

35 años y pico desde que cogió un lápiz para empezar a dibujar en la icónica revista de cómic humorístico TMEO. Algo más de aquellos diez cuando decidió junto a su pareja volver a sus orígenes mallorquines e instalarse en Llubí. En todo ese tiempo, dos constantes: creación y edición, siempre en el macromundo infinito del cómic. Bueno, por ser más exacto y fidedigno, moteado con algunas ediciones de discos y organización de conciertos. ¿De qué palo lo musical? Sorpresa: underground.

Sí, en Llubí. Una editorial de cómics. Desde hace diez años. Underground. Muchísima calidad (Nacional, toda. Europea, bastante. Internacional, dales tiempo).

El catálogo de Autsaider se compone esencialmente de cómic y novela gráfica, más un poquico de narrativa y un poquico más de ensayo (genérico o de periodismo modélico; lo denominan «División Sesuda» o «Te puede dejar un pelín de mala hostia»). Es fascinante por heterodoxo, invencible por ambicioso, inadaptable a una sola sociedad y a un solo mundo porque contiene y refleja mil sociedades y mil mundos. Yo creo que tienen un plan: ser insaciables en su búsqueda de calidad para convertir en insaciable a quien se asome a su catálogo. SPOILER: les está funcionando.

Este viernes 3 y sábado 4 celebran su décimo aniversario en jornada doble, la primera en el Bar-Bazar Panorama y la segunda en Es Gremi. Habrá tebeos y músicas, charlas y chapas, diálogos y verborreas, exposiciones y mucho nombre propio. Lo que han programado es de traca y espasmo. Hay tanto y tan bueno que lo más operativo es pipear directamente el cartel aquí adjunto. Uf: qué programación, qué calidad.

No sé qué es el underground. Siempre he pensado que en creación solo existe lo que tiene calidad y lo que no. Sin más, desde el Románico hasta la performance. Explíquese, pope de lo underground.

No son más que historias que circulan por fuera de lo convencional, o de lo que te puedes encontrar con mayor frecuencia. Sea cual sea el medio. Y luego, que vendría a ser la vocación autsaiderista, es que sean contenidos que te agiten. Que notes en algo que ese cómic o ese libro ha pasado por tu vida y no ha sido un simple entretenimiento. Sin emoción, sin poso alguno.

Todo esto tal vez no es una característica esencial del underground, pero algo sí tiene. Adrián Bago [ilustrador y autor de cómics] lo define muy bien: es tomar al lector como cómplice, no solo como consumidor. Ahí está una autenticidad, una verdad no guiada únicamente por el “quiero venderte una moto”.

Y luego habría que añadir todos los conceptos underground prehistóricos, todo ese material, esas temáticas subterráneas que a día de hoy siguen bastante vigentes. Títulos un poco más difíciles de encontrar que otros más mayoritarios.

¿Formas y fondos estaban al mismo nivel en esos conceptos «prehistóricos»? Pareciera que en aquellos años primerizos lo primordial era cumplir parámetros de reproducción, distribución, publicidad, etc. Cumplir con las formas: fotocopia, distribución escasa por baretos afines, poca o cero publicidad. Años después ya llegaría la explosión de fondos: el apabullante nivel autoral en dibujo y textos, o la multiplicación de esas temáticas «subterráneas» que mencionabas.

-En realidad era todo. En el origen de aquellos años, concretamente, era lo que se vendía por debajo del mostrador. El cómic underground norteamericano ni se exponía en escaparates, mostradores o vitrinas. Como si fueran productos al borde de la legalidad. Semiocultos. En otra época también se decía mucho que el underground era lo que tienes que buscar, no lo que va a ti. No lo que los medios tratan de colocarte sino todo lo que hayas indagado y conseguido por tu cuenta.

Parece mentira en estos tiempos de Big Data, pero no he encontrado la narración más o menos concreta de por qué te mudaste con tu familia a Llubí, y de cómo acabaste fundando allí Autsaider. Cuente, foraster.

Es que soy un foraster exótico. Toda mi familia por ambos lados, padre y madre, es mallorquina. Emigraron a trabajar a la Península y deben ser los únicos mallorquines que no han vuelto. Mi padre era funcionario, y estuvo años con la típica tournée por diferentes ciudades sacándose oposiciones. Aquel concepto de «mejorar».

Vitoria, Santander, Toledo, Madrid… Allí, en la última estadía en la capital, yo ya estaba muy harto de todo. Quería volver a algo más pausado. Mi chica y yo contemplamos varias opciones y al final dijimos “¡Vamos a Mallorca!”. Y desde entonces todo lo que ha sucedido en mi vida y en mi cabeza ha sido en Mallorca. Soy foraster, no oriundo, pero con una conexión balear histórica.

Cap problema! Con los años ya habrás descubierto que realmente no nos importa. El mallorquín genuino de ahí fuera es acogedor y cariñoso. Solo que no lo expresa.

Me alegro. Imagínate cómo sería conmigo que tengo triple nacionalidad.

Aunque tal vez lo relevante sería otra cuestión: te das unas vueltas por ahí fuera, España, Europa, el mundo, y te invade la impresión de que Mallorca sigue siendo una sociedad provinciana en muchos aspectos. Por ejemplo, en consumo cultural.

No sabría decir. Conozco trocitos con los que tengo la suerte de contactar que son relativamente potentes. Por ejemplo la escena alrededor del Bar-Bazar Panorama o del Festival Tropicana [d’autoedició gràfica i sonora]. Tengo una teoría, por supuesto cuestionable, como todas: hay poco desarrollo alternativo por lo favorable de las condiciones de vida en la isla. Por ejemplo las infinitas opciones de trabajo en el sector turístico. Hay multitud de ventanas que están ahí. Con lo cual la rabia o el odio máximo tienen motivos para existir, pero si quieres conformarte hay muchas vías digamos «razonables» de subsistencia.

Estado del Bienestar vs. underground.

Merma la inquietud y la agitación.

A quienes dicen «de Joe Sacco a Marjane Satrapi» siempre les digo «de Magius [Premio Nacional de Cómic en 2021] a Eduardo Bravo». Tenéis viñetas y tenéis textos, y también editáis novela gráfica y ensayo de médula periodística. Es emocionante que os importe tanto el periodismo.

Es que Autsaider no es o bien cómic o bien narrativa, sino una manera de entender las cosas. Lo que decíamos antes: no es tebeos o libros sino que te aporten algo, que te agiten. Eso pasa cuando lees Triple AAA o UMMO de Eduardo Bravo, que tienes la sensación de que ha pasado algo por tu vida. Además, está contado de una manera súper amena, y son temas que a priori pueden no interesarte porque te pillan bastante lejos.

Son libros que hacen que tengas conversaciones a raíz de leerlos, o modifican algunas de tus opiniones. Esa es la vocación de nuestra producción editorial. Igual con alguna no conecta mucha gente pero todas tienen esa intención de moverte una piecita en la cabeza.

Todo esto también conecta con la cuestión clásica y antológica de toda la historia de la Literatura: sea como editor o como dibujante, ¿tienes vocación de notario, de cronista de tu tiempo?

Para nada. Es más una especie de enamoramiento de cosas en las que junto envidia y admiración. Y sobre todo el querer compartirlo, pensar que no puede quedar solo entre quien lo ha creado y yo. La gente lo tiene que conocer, y cuanta más, mejor. En ese híbrido de sensaciones es donde me muevo. ¿El tiempo, la perdurabilidad? Ni me lo planteo. Ni remotamente. Es más como chispazos eléctricos.

Miguel Gallardo [creador entre otros muchos personajes del emblemático Makoki, junto al dibujante y guionista Juanito Mediavilla]: «El cómic siempre ha estado en crisis. Por tanto siempre será de los que menos se resienta, o beneficie, en buenas o malas épocas. Siempre sobrevivirá».

Hay mucho de verdad en eso. También es cierto que cuando la cosa se pone peliaguda existen una serie de elementos que la gente considera superfluos y prescinde de ellos. Otra verdad es que la gente que lee cómic lo hace regularmente, sea comprando o mediante bibliotecas. Lo tiene muy interiorizado, casi como una primera necesidad. Alguien dijo: «Somos pocos pero leemos mucho».

Hay otra verdad en lo que dice Gallardo: casi nadie está por la pasta en el mundo del tebeo. Se puede más o menos sobrevivir, habrá algunos a los que les vaya mejor, pero nadie ha dicho nunca “voy a hacer tebeos y me haré millonario”. Por eso si hay una crisis te jodes, o cobras menos, pero no aborta tus planes.

En una entrevista de 2021 afirmaste: «No hay mayor delito que no aportar nada». Tengo 48 años, y una de las cosas que más me sorprende y evidentemente congratula, es que con los años me detecto cada vez más beligerante y exigente. También que cuanto más conozco más quiero conocer, como certificando el platónico y celebérrimo «solo sé que no sé nada». Diría que te sucede algo parecido.

Es que siempre he sido muy beligerante [ríe]. Llevo publicando en TMEO desde los 17. Con 14 años hice mi primer fanzine con unos colegas, y ni siquiera podíamos entrar en los bares en los que lo repartíamos. Siempre he estado en la agitación cultural desde que cogí un lápiz. Pero sí que es verdad que a menudo puedes ver a tu alrededor cómo la edad funciona como un adormecedor, un tranquilizante. Supongo que depende de lo inoculado que estés: si ya venías con pocas ganas y poca pegada, si te lo quitan te va a dar igual. Pero si lo tienes bien alimentado, no mengua.

Como recordáis en vuestra web, el histórico sello Subterfuge nació como fanzine de papel. Y desde hace un tiempo tu editorial edita discos y monta conciertos. ¿Autsaider siempre ha tenido banda sonora? ¿La música tenía que acabar asomando a borbotones?

Siempre ha existido esa vocación porque el rock y los tebeos, para determinado público, siempre han ido de la mano de manera muy natural. Ese es nuestro caso y el mío particularmente. He tenido mucha relación con la música aunque haya sido solo mía, menos real y más mental las más de las veces. Por ejemplo con Jokin, de Kojón Prieto y los Huajolotes, que dibujaba en TMEO. O con Víctor Coyote, con quien vamos a hacer un libro este año. O el disco que sacamos con Don Rogelio J.

Siempre me han parecido dos mundos muy conectados. Lo mismo en Autsaider, no sé si por circunstancias noctambulistas o de qué tipo. Porque desde luego no hay intención de meternos en el negocio porque no tenemos ni idea. Llevo 35 años en el mundo del cómic y puedo conocer los entresijillos de esta microindustria: que si imprentas, que si distribución. Acabas teniendo un criterio muy real al tenerlo muy currado.

Pero con la música es solo una cuestión de afinidades y sensaciones, no de saber cómo funciona ese mundo. Sacamos pocos ejemplares de los discos que editamos porque no sabemos moverlos por la prensa ni darles repercusión. Quien quiera sacar un disco con nosotros no tiene las ideas muy claras en su cabeza.

Andrew Wylie, ‘El Chacal’, con vitola de «agente literario más importante del mundo»: «Amazon es como el ISIS, no hace prisioneros». ¿Al final el gigante ni destruyó casi todo ni revolucionó casi nada?

Inevitablemente ha hecho daño a librerías, editoriales y distribuidoras. El problema es a futuro vista porque a medida que coge más cuota de mercado tiene más capacidad de imponer sus reglas de juego. Una tienda que vende tebeos se puede quedar un 30 o 35%, pero Amazon se queda un 60%.

Si compra una editorial o grupo editorial con un cierto volumen, incluso a nivel mundial, puede llegar a tener una capacidad de presión que le permita incluso dictar los contenidos. O como mínimo los precios. Para mí sí es un enemigo. Es el Mal. Intentamos que no venda nuestros libros, pero es algo ingobernable. Por ejemplo porque hay librerías que distribuyen a través de Amazon, y ahí ya no puedes impedir que tu libro pase a su catálogo.

Llegas a mucha más gente, aumenta el volumen de venta de cualquiera, pero en el fondo no creo que le haga ningún favor a nadie. Es bastante tóxico.

¿Nunca has experimentado preocupación máxima o incluso miedo? Imagina que unos colegas del Pequeño Nicolás quisieran partirte la cara por editar Primavera para Madrid de Magius [pseudónimo del ilustrador, dibujante y guionista murciano Diego Corbalán, recibió el Premio Nacional de Cómic en 2021 por esta novela gráfica sobre el PP madrileño, la monarquía, Florentino, Villarejo, Ferreras, Bankia…].

Más que eso sí es cierto que trabajando en la edición de Primavera había una mezcla de «tienes la responsabilidad de hacer esto, de sacarlo adelante, porque toda esta historia debe saberse y además aquí está muy bien contada», y por otro lado de ese desasosiego al ver que la Justicia es muy aleatoria y caprichosa.

En ese momento todavía gobernaba el PP, cuando sacamos la primera edición saltó el caso Valtonyc y algún otro. Era ese momento de decirte: «Ay-ay-ay-ay». Por eso en el libro todos los nombres están cambiados, lleva la típica advertencia de «Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia», Álvaro Pons [reputado divulgador del mundo del cómic] escribió en el epílogo «¿quién va a creerse todo esto?»…

Utilizamos todas las argucias legales para que si la cosa explotaba tener como mínimo cuatro palos a los que agarrarse. Por ejemplo, en ningún momento se dice que sucede en España. Hubo momentos en los que sentí que no las tenía todas conmigo, y luego ya ves: para sorpresa, le dieron el Premio Nacional. Algo muy difícil de entender.

Algunos factores del ADN del siglo XXI: la velocidad a la que va el mundo (o la que nos autoimponemos), el consumo rasante de información, el consumo superficial de cultura, la pandemia de narcisismo y el ansia por acumular que no por conocer, la rápida fagocitación y anulación de cualquier irreverencia por parte del Capitalismo… No digo dentro de 25 años sino mucho antes, dentro de 15 o 10: ¿el concepto underground será el mismo que hoy?

Parece que los medios consensúan cuándo algo, de repente, ya es válido. De repente se le ha quitado el tabú. Ya es digerible. Deja de ser transgresión porque el sistema ha dicho que ya no transgrede. Y es cuando te encuentras en bandas sonoras de Disney con músicas que antes eran absolutamente subterráneas. Pasan cosas muy chocantes.

Cuando humoristas o ilustradores que trabajan con nosotros deciden racionalmente que algo se puede difundir siempre habrá a quien se le levanten ciertas ampollas o sarpullidos. Siempre habrá gente con creencias muy arraigadas. Los procesos de validación, lo que se da por bueno y lo que no, a menudo es muy gracioso, muy caprichoso.

Antes hablábamos de Gallardo: hace años el ABC tenía un suplemento cultural en el que seguro debía haber algún infiltrado porque esa cabecera y ese suplemento cultural publicaban su columna de Buitre Buitaker, un neonazi que vivía en el Edificio Colón de Barcelona [denominado «el irreverente carroñero», el personaje era un falangista drogadicto adicto al porno. Una de las creaciones más célebres surgidas de su serie de Makoki, de 1988 a 1991 cerró las páginas de Cultura de la edición del sábado dentro de la sección «Gente y Aparte», definida por el rotativo como «donde se agrupan muchas de las firmas más prestigiosas de la juventud actual»].

Me recuerda a cuando visité en Berlín el Museo de la Stasi, la policía política de la Alemania del Este. Situado en los mismos edificios que durante sus cuarenta años de existencia sirvieron de sede, mantiene la sala donde se guardaba un ejemplar de cada disco que consideraban «música perjudicial para la sociedad», cuya venta o distribución estaba consecuentemente prohibida. Uno me llamó especialmente la atención: el primer álbum de Iron Maiden, homónimo, publicado en 1980.

Imagino que incluiría alguna referencia satánica.

Qué va. Alguna referencia sexual nivel primate, Pajares y Esteso, poco más.

¿Por dónde lo vería nocivo la Stasi? Igual fue una mera cuestión de riffs, de velocidad y volumen. Les debió parecer una música muy estresante, de agitar demasiado. Vete a saber.

Muchísimas felicidades por vuestro décimo aniversario. Y mira que creo que es la cosa más convencional que os he visto hacer. Pensaba que montaríais fiestote, no sé, por el trece o por el noveno.

Tiene algo de eso, pero también que de repente todo el mundo lo interpreta como algo memorable y te dan bola. Pero sí, es cierto: es una vulgaridad. Hay que reconocerlo.

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Publicado por:

Víctor Manuel Conejo Manso en Mallorca Music Magazine

Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.

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