Es intangible, pero también muy cierto que palpable: es mucha gente y cada vez más la que está pendiente de Komodo García. Pendiente y enganchada a su base de neofunk y soul sedoso, como a su actitud hedonista y melancólica en directo, en su cada vez más sólido y lúbrico directo. Tras los singles autoeditados en 2022 «Dime» y «Vente», y «Triunvirato» de 2023, en este 2024 han llegado para calmar el ansia creciente «Qué más da», «Algo ahí fuera», «Circular» y «Una especie de complot», las cuatro canciones del EP Antes de las 6 con el que debutan en la disquera Produccions Blau. En la grabación y mezcla ha estado el capitán Jaume Gelabert de Tramuntana Estudis, también en la producción junto a la propia banda, con masterización de Charly Chicago. Los Komodo son Álvaro Vigara (voz y teclados), Bernat Amengual (batería), Pablo Debaecker (guitarra) y Aleix Pizà (bajo). Es el cantante y compositor sufriente quien responde a este cuestionario.
Corrígeme si me equivoco, Komodo García sois perfectamente mallorquines: perfecta mezcla de hedonismo y melancolía.
Sí. Y es culpa mía.
No se suele preguntar y de siempre me parece fundamental: ¿qué significa o representa el título «Antes de las 6»? Que aunque «Qué más da» incluye el verso ‘Aún no he superado no ver tu cara antes de las seis’, no corresponde al título de ninguna canción.
Viene de ese verso, porque las cuatro canciones del EP nacen del transcurso de las 10 de la noche a las 4-5 de la mañana. Lo que tenga que ser, será antes de las seis de la mañana. Sea desfase o soledad. Con la salida del sol que marca el final de la noche.
No se suele preguntar y de siempre me parece fundamental: ¿de quién es el trabajo gráfico del EP? Me gustan mucho esas ilustraciones de portada.
De Guillem Contestí [@ilcontastini.studio en Instagram]. Ha sido un proceso muy continuado y muy fiel, no queríamos limitarnos a soltar una idea y ya. Cada portada nos ha llevado un mes.
Hay algo ahí fuera que te inspira a hacer canciones. ¿Qué es?
¿El chispazo?
El desfase o la soledad.
Me surge en momentos en que estoy totalmente copado y necesita sacármelo. Este EP sale de estar hasta los huevos de una serie de cosas. He usado la música como método catárquico. Porque una vez que engancho una idea, es enfermizo. No la puedo dejar hasta que consigo al menos un minicierre. Entonces la dejo, pero no mucho, hasta que la acabo. Las canciones salen de que dejo que todo a mi alrededor me coma y me destroce, tanto en casa o en el trabajo, que es cuando me siento al piano.
Al piano. Que es muy, muy diferente que componer a la guitarra.
Sí, cierto. El germen de este EP ha sido el piano.
Es curioso, mucha gente con una amplia discografía suele decirme algo tipo «me he dado cuenta de que mi trayectoria es circular: no lo puedo evitar, siempre estoy escribiendo sobre lo mismo, y me gusta que sea así».
Así es, y precisamente este EP es un intento de salir de lo mismo. Salir del desamor y la nostalgia, del amor perdido. La intención era buscar una visión más introspectiva, pero me da la impresión de que sigo cayendo en los mismos temas de siempre. No es que me guste que sea así, pero como justamente la voluntad era la introspección, al final el resultado ha salido del mismo sitio.
¿Tenéis pensado algún tipo de plan, una especie de complot para los próximos tiempos? ¿Conquistar el mundo?
Sí: no dejar de crecer. «Antes de las 6» es el inicio de nuestro plan malvado, sobre todo con miras a fuera de la isla. Todo viene dado por los números, por Spotify, el algoritmo. Es hora de entender la industria y crecer. Sin dejar de publicar lo que nos gusta, pero adaptándote a ese sistema.
Gus Unger-Hamilton, teclista de Alt-J: «Cuando éramos más jóvenes teníamos un cierto sentimiento de que no éramos suficientemente serios o experimentados como para escribir buenas letras. Pero ahora, con diez años de carrera, ya no sufrimos ese síndrome del impostor». ¿Hay algo en lo que todavía, porque me da que en nada pasarás por encima de ello, te sientas un impostor?
Totalmente. Por mucho que me haya formado, en términos académicos, Komodo es para mí una primera experiencia. Que además me parece que estoy viviendo más rápido que mis compañeros. Por mucho que aplique mis conocimientos a los teclados, aún me digo a menudo «qué coño hago aquí». Y también escribiendo las letras. Pero cada vez más lo veo como un simple apoyo, lo que puedo aportar a nuestra música.
Y como artista, ¿en qué te sientes absolutamente confiado y seguro?
Al mismo tiempo, el ámbito en el que me siento más seguro, tanto yo como toda la banda, es el instrumental. Como artista me puedo sentir cada vez más seguro, pero sobre todo nos sentimos todos muy seguros como instrumentistas. Si algo suena así es porque lo queremos llevar por ahí. Porque aporta.
¿Y qué tal te llevas con tu voz? ¿Te has imaginado no solo dentro de diez años, sino después de dar 150 conciertos? En una voz hay físicamente una evolución tanto en un caso como en otro.
Mi voz está ahí por casualidad. Alguien tenía que cantar y al final fui yo. Lo que sí estoy notando es que al entonar, al forzar para estar a la altura del sonido de la banda, ya estoy perdiendo o modificando mi voz. También para controlar todo eso estoy yendo a formación. Al ser el cantante estás muy expuesto, y como digo, quiero estar a la altura.
Una vez teloneé como DJ a Rufus T. Firefly. Mira que me gustan sus discos, pero lo que me engancha la banda sobre todo es su directo, uno de los mejores que he visto. Cada banda tiene su enfoque: ¿estudio y directo están al mismo nivel de interés? Hay bandas que tocan porque hay que tocar, pero lo que más les interesa es hacer grabaciones impecables, rotundas, maestras. Otras sin embargo graban porque hay que grabar, pero su hábitat más deseado es el directo.
El tema del directo es muy importante. No se trata de salir a soltar diez canciones, sino que intentamos elevarlo. Somos ratas de estudio para el directo. Ahí volvemos a construir nuestras canciones para que nos sirvan de puente a nuevas canciones. El estudio está muy bien, pero lo que nos hace sentir recompensados es que vengan a ver nuestro directo. Ahí es donde queremos que vean que somos algo más. Queremos meter a la gente muy dentro de ahí.
Josh Lloyd-Watson, de Jungle: «Lo nuevo en el último disco no es la energía, sino el punto maleducado que tiene». Bajo tu punto de vista, ¿qué es lo nuevo en el último EP, qué es lo que no había hasta ahora en las canciones de Komodo García?
Primero y por encima de todo, la libertad de composición y de trabajo. Esa libertad que no tienes al autoproducirte, donde todo es más limitado. Ha sido como si tuvieras un problema con el alcohol y te abrieran un mueble bar con todas las posibilidades del mundo. Hemos cogido todo lo que hemos querido, pero siempre con criterio. Hemos podido tirar todas las capas que hemos querido y alcanzar las ideas que buscábamos. Y si no están ahí es porque no se nos han ocurrido.
¿Mallorca se va a la mierda?
La respuesta es sí.
Es que el otro día lo hablaba con una amiga: Mallorca será crecientemente una mierda, pero si es un sitio donde Komodo García pueden hacer la música que les de la gana, entonces qué más da, no está tan mal como sitio.
Qué bonito, joder. Ojo, hacemos música en Mallorca porque nuestro equipo está aquí, en gente y en apoyos. Si puedo crecer en esta isla, aquí estaré. Pero si Mallorca me dice que no podemos estar juntos, habrá que buscar nuevos sitios.
Publicado por:
Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.
No hay comentarios