
Damià Rodríguez Vila (Terrassa, 1994) es ingeniero en diseño de producto. Lildami es músico y tal vez es sobre todo un ideal: tiene una dimensión enorme en toda Catalunya conseguida haciendo la música que le da la gana, en los géneros que le han apetecido, y con quien le ha apetecido. Siempre en su lengua natural, lo ha hecho con hip hop, trap, pop, reguetón y hasta habaneras. Quién sabe, tal vez la razón y origen de todo ello es que el ingeniero siempre se ha llevado muy bien con el artista.
Desde 2017 ha publicado siete discos, tres autoeditados y cuatro en Halley Records. El último es Bentornat, una declaración de amor individualista de voluntad universal con doble destino: a la música y a su culturalidad catalana. Junto con Zetak protagonizará el concierto doble inaugural del ciclo La Lluna en Vers que un año más nos ha regalado Fundació Mallorca Literària (sábado 21, Parc n’Hereveta de Porreres, 21h). Dos artistas extraordinarios que han logrado un ideal: llevar sus respectivas culturas tradicionales hasta la actualidad más real y más creativa.
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Sábado 21 de junio a las 21 h.
Zetak + Lildami en Porreres (La Lluna en Vers 2025)
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Entradas¿Cuándo concretamente decidiste que querías hacer bailar a la gente? «Bentornat», vaya pepinazo bailón para abrir el disco, que además es el título el mismo. Lildami reabre la discoteca Studio 54.
[ríe] No tanto. Tampoco estaba decidido que fuera así. Siendo una persona que no ha estudiado música estoy muy contento con el resultado.
Me fascina la portada: «Bentornat» y cascas un Sant Jordi en la portada, que en 2025 no lleva espada sino micro y está aquí para salvar la música. ¿Has vuelto para salvarla?
¡Qué va! No soy nadie para salvar nada, mucho menos la música. Significa volver a disfrutar de hacer música.
Muy a menudo no se pregunta y hay que señalarlo y ponerlo en valor. ¿De quién es el diseño?
Cierto, porque es una maravilla. Es obra del estudio Vanila de Barcelona (vanilabcn.com), y es el cuarto disco que hago con ellos.
¿Cómo se lleva el ingeniero en diseño de producto, analítico y serio, con el artista creativo e impulsivo?
La verdad es que aplico a la música muchas de las cosas o de los métodos que aprendí estudiando o trabajando. Al final se trata de lo mismo, que cuidar un producto.
Has hecho homenajes al diseño industrial [«Multipla», en referencia al Fiat Multipla, incluida en Viatge en espiral, Halley Records 2021]. ¿Los hay en el nuevo disco?
Siempre se cuela alguna. También es inevitable porque el diseño de producto está por todas partes en el día a día.
A veces tus colabos son órdagos de heterodoxia: La Casa Azul, Albert Pla, Arjau. ¿Tienen esa voluntad en el último?
Lo ha tenido por no querer limitarme a lo que se esperaba de mí, o por querer satisfacer mis ganas de hacer cualquier tipo de música que me apeteciera. En el último, como la intención que comentaba era volver a disfrutar, me he limitado a llamar a gente con la que conecto muy bien para hacer esas cosas diferentes.
Has declarado «vull fer les coses arrelades a la meva terra». Bentornat ha sido calificado de «oda al país y la cultura catalana». Una curiosidad: ¿Mallorca o Balears asoman?
No, la verdad. No conozco mucho las islas. Y como no he ido mucho, cuando voy a tocar la verdad es que lo siento como una ocasión muy especial.
O sea que no formas parte de esa legión de gente catalana que ha venido a las islas de viaje de estudios.
[ríe] No me tocó.
Aparte de la asumida vuelta a tus orígenes, interesantísima esta declaración: «Quería saber qué se hacer mejor». ¿Conclusión?
He probado muchísimas cosas, muchos estilos y tipos de música. Es lo que me apetecía. Pero lo que quiero es conectar y comunicar, y creo que como mejor lo puedo hacer es rapeando. Por eso vuelve a haber tanto hip hop en este disco.
Dijiste: «No quiero ser el Lil Wayne catalán». Me hizo pensar en algo que sería buenísimo: ¿te imaginas que surgiera una tía o un tío de Valladolid diciendo «quiero ser el Lildami castellano»? Que por cierto, en Valladolid se hacen habaneras.
¡Jajajajajaja! Me encantaría, pero no creo que suceda.
Ya te han preguntado suficientes veces si eres independentista, así que al rapero y músico urbano, dadas las costumbres sociales que a menudo imbuyen dichos gremios musicales, le pregunto si es feminista.
Supongo que sí. ¿Qué es ser feminista?
Lo que dice mi madre, que no se equivoca nunca: ser feminista es ser normal. Por ejemplo ser igualitario y actuar consecuentemente con ello en tu día a día.
Exacto. A veces lees eslóganes que a según quien le ponen a la defensiva, pero es así, serlo es lo que debería ser lo más normal del mundo.
«Parece que lo que se hace fuera siempre es mejor». Muy cierto: la escena balear está jartísima de siempre, porque parece que cualquier cosa que se haga en Barna o Catalunya siempre es mejor. Toma giro de tortilla.
[ríe] Es que pasa aquí y en todas partes. Se tiende a menospreciar lo que se tiene más cerca.


Tengo un extra como DJ. Te adelanto que esta temporada me voy a jartar de pinchar «El ball de la civada».
Què guapo! Estoy contentísimo con ese tema.
Lo has declarado, es el primero que escribiste, el que tenías más claro que ibas a hacer.
Así ha sido.
La música de raíz, la tradición. La edad de la tradición llega hasta hace un minuto, no hace falta que tenga cien años. Tú eres música de raíz y tradición, ¿lo has pensado alguna vez? ¿Has imaginado que dentro de veinte, cincuenta, cien años la gente diga «me gusta la música tradicional, me gusta Lildami».
Buf, no creo. Va con mi filosofía: me niego a pretender trascender.
Ejercicio de retrospectiva: Lildami el pionero, el punki: artistas como tú sois quienes os topáis con las estrecheces mentales de la gente respecto a la música: los traperos debieron mirarte mal por hacer también pop, los poperos debían ningunearte por hacer trap. No digamos ya la escena de habaneras. ¿Sucedió?
Es que nunca quise estar solo en un lado o en otro.
La primera canción de tu primer disco arranca así: «Us tinc a tots parlant de mi / pensant que el que faig no és real / o que intento fer algo / no tíos us esteu equivocant / no em podeu catalogar».
Es que siempre ha sido así, siempre he querido descubrir ese otro lado.
Me ha recordado a algo sucedido aquí la semana pasada que se ha comentado mucho. En el Mallorca Live Festival, el evento musical de mayor dimensión del año, en el mismo escenario y uno después del otro, actuaron primero Bad Gyal y después Iggy Pop. Para los seguidores de la primera el otro es una mierda ruidosa que no entienden, para los del segundo solo es una mierda antimusical que no entienden y que se limita a menear el culo.
No soy muy fan ni de una de del otro, pero esa actitud nunca ha ido conmigo.
De las primeras frases en la primera canción del último álbum: «A la ciutat amb deliris de capital». ¿Barcelona?
Es Terrassa, pero podría ser Barcelona.
Es un tema que hablaba con Toni Pla de Illa Delirics (eivissenc, ha residido en Barcelona; tienen varios temas juntos). Tú eres Catalunya, yo Mallorca (o Balears). Esa perspectiva no la tenemos desde aquí. ¿Hay que entender que en cómo se construye y cómo funciona el ecosistema musical, Barcelona va por un lado y el resto de Catalunya por otro, y que ha generado beligerancia?
Un poco sí. A veces parece que más allá de Barcelona no pasa nada, y hay muchísima música.
En la misma Terrassa. Un lugar que ha generado hitos musicales desde Solo Los Solo a Matador Rockers… ¡Ahí está pasando algo!
¡Tal cual!
¿Por dónde más asoma tu tierra?
No está mal como ciudad. Es área metropolitana de Barcelona y la tercera ciudad más poblada de Catalunya, sobre todo hay una multiculturalidad muy potente.
Acabemos con el otro leitmotiv declarado de tu último disco, recuperar la defensa desacomplejada del català y la catalanidad dado el contexto político y social actual. El algaidí Biel Majoral publicó «Jo sóc català» en el año 2000. Hubo quien la convirtió inmediatamente en un himno, y quien se limitó a remugar «catalufo». ¿Hay que volver a Biel Majoral?
¿Pasó eso? Es así, el momento es ahora. Es una lucha que ha vuelto y está más viva que nunca.
Tu manera de hacerlo es muy tuya. No eres nada pancartero.
Nunca me ha gustado decirle a nadie lo que tiene que pensar. Me gusta motivar. No me voy a limitar a decir «El PP es malo».
Publicado por:
Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.



























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