«El cartel de la revetla es una decisión política»

Los tópicos lo son porque no tienen término medio: o son mayormente verdad o mayormente mentira. Fue un tópico perenne calificar la programación de conciertos de la Revetla de Sant Sebastià en Palma de «con calidad y para todos los gustos». Siempre fue mentira. Siempre fue musicalmente pobre, artísticamente mediocre, culturalmente anticuada, socialmente cero significativa. Un titular representativo, el que dio el batería Toni Toledo (Sexy Sadie, Sterlin, Iván Ferreiro, Amaral) a Elena Vallés en 2017 en entrevista para Diario de Mallorca: «Me aburre quejarme de las fiestas de Sant Sebastià». Lo perenne era ciscarse en la revetla. La marabunta de gente salía a la calle por automatismo, no por interés. Había jarana en la calle, cómo no aprovecharlo. Porque ya lo dijo el filósofo existencialista: mejor que barato, gratis.

Hasta 2018. Ese año esta ciudad cateta y provinciana, más concretamente, la clase política y gestora cateta y provinciana que históricamente ha caracterizado esta capital, decidieron estrenar un método novedoso, inédito, aventurado, modernoso, racional, europeo, cosmopolita. De jodido sentido común: dejar opinar y proponer sobre música a quien entiende y tiene cultura musical. A quien se ha preocupado -labor larga en el tiempo y exigente en las neuronas- de saber qué música era significativa ayer, cuál lo es hoy, y cuál probablemente lo será mañana. Tanto en lo musical y cultural como en lo meramente social y popular. Ese año ficharon como asesores musicales de la revetla a Miquel Ferrer y Edi Pons, capos, cerebros, corazones, motores y sangres de la librería y promotora cultural Rata Corner.

Es empírico, comprobable, mesurable, incontestable: desde que estos dos opinan y, sobre todo, se les hace caso en la mayoría de sus propuestas, la auténtica variedad y la auténtica calidad han visto no subida sino subidón jamás visto. En época de vacas y chequeras gordas se metían artistas apuntapala, y algo digno caía siempre. Convendrá no confiarse pues han sido décadas de criterio exiguo, hasta mísero. Mejor dicho: ausente. Porque no conviene olvidar que dicha labor consejera no es vinculante ni de obligado cumplimiento. Porque el cartel de la revetla, como Ferrer apuntó en un aparte tras la presentación de este miércoles, «es una decisión política»: se sigue eligiendo y decidiendo únicamente en el área de Participació Ciutadana i Govern Interior de Cort, a modo de coto cerrado.

Para el cierre, un rápido desmenuzamiento del cartel mediante términos puramente científicos. Pepinazos: Zahara, Marala, Samantha Hudson y Marc Seguí. Pepinazo supremo: Ana Tijoux. Pepinazos variedad local con D.O.: Nita, Jane Yo y Bilo. Categoría Me Da Igual aka Fondo de Armario aka Venga Va con el Populismo: Mikel Erentxun, Doctor Prats, Amaia y La La Love You. Categoría Vine Aquí que És Nostro y T’agradarà: Sedaç y Ballugall. Categoría Me Pongan Muchas Cosas Que Brillen y Exploten Que Tantmateix su Directo Nunca ha sido una Orgía: Antònia Font.

Mucha variedad real con mucha calidad real, completada además con ojo fino, filipino y certero, de atento y distinguido buen gusto: Samantha Hudson actúa el día de mi cumpleaños. No sé qué más podéis querer.