Se rompen diez años de silencio: el explosivo regreso de los iconos del rock sueco
En un contundente regreso a los escenarios musicales, The Hives, los irreverentes maestros del garage rock, han lanzado en este mes de agosto su último álbum titulado The Death of Randy Fitzsimmons (The Hives AB). Después de una década de sequía compositiva, la banda sueca nos entrega una dosis salvaje de su característica energía, reafirmando que el tiempo no ha hecho mella en su espíritu rebelde y su sonido estruendoso.
Desde su primer éxito hace más de una década, The Hives se han establecido como una referencia indiscutible en el mundo del rock. Con esta nueva entrega no pretenden romper con su fórmula musical, sino más bien aferrarse a ella con una pasión renovada. El álbum está impregnado de la lógica adolescente que les define, combinada con un ingenio lírico que trasciende lo superficial.
La esencia misma de The Hives se destila en cada acorde, en cada grito desgarrado de las guitarras y en el estruendo incesante de las baterías, como pudimos comprobar en vivo en el concierto que ofrecieron en Palma por Sant Sebastià 2022. Su estilo musical es una mezcla entre lo estúpido y lo sublime, una combinación que los ha llevado a la cima del garage rock. Las letras enigmáticas, cantadas con el distintivo grito escandinavo de la banda, resuenan como un himno de rebeldía juvenil.
«The Hives solo tienen un objetivo: pasarlo muy bien». Esta declaración resume a la perfección la actitud de la banda, que ha persistido a lo largo de los años y sigue siendo el motor detrás de su música.
La leyenda que rodea a Randy Fitzsimmons, el supuesto autor de todas sus canciones, es una maraña de ficción y realidad. Aunque en realidad es el pseudónimo del guitarrista Nicholaus Arson, la historia ficticia de Fitzsimmons sigue siendo parte integral de la identidad de The Hives. La muerte «misteriosa» de Fitzsimmons y la posterior revelación de su música oculta en su ataúd son solo un fantasioso pretexto para agregar un elemento de intriga a su regreso.
En el videoclip de «Bogus Operandi», dirigido por el cineasta Aube Perrie, vemos a los miembros de The Hives siendo eliminados y luego convertidos en zombis. Más allá de la parodia de terror, subyace una sensación de amenaza genuina, una reflexión sobre el envejecimiento y la fragilidad de la vida. El álbum refleja esta urgencia en su sonido enérgico y sus letras apasionadas.
Cada canción es como un sorbo de whisky, una experiencia intensa a la par que gratificante. Las mínimas variaciones en la fórmula musical, la diversión que nos ofrece en cada pista y la energía rebelde que emana de su propuesta son una reminiscencia de los días dorados del garage rock. Todo ello acompañado por una producción que a veces se aventura en terrenos inexplorados, añadiendo incluso elementos del country o el spaghetti western.
El renacimiento del garage rock está llevando en los últimos tiempos a muchas bandas a explorar nuevos horizontes musicales, pero The Hives siguen firmes en su estilo único y sin concesiones. A medida que sus contemporáneos optan por sonidos más introspectivos o nostálgicos, ellos continúan entregando lo que mejor saben hacer: música estridente y letras oscuras con las que alimentar su espíritu indomable.
Con este nuevo trabajo, The Hives nos recuerdan que la música no tiene que ser complicada para ser poderosa. Para disfrutarla basta con dejarse llevar por las vibraciones infecciosas de este nuevo álbum, mientras los maestros del garage rock nos guían por un viaje repleto de energía y rebeldía.
Publicado por:
Director de Mallorca Music Magazine, ejerciendo de fotógrafo, editor y redactor.
Apasionado de la buena música y las artes escénicas.
Fotógrafo especializado en fotografía musical y de conciertos.
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