MIKRAT: «Tengo la sensación de que en los 80 y 90 se podían decir más cosas en las canciones que ahora»

¡Hola! Antes de nada gracias por acceder a responder estas preguntas. ¿Quién es MIKRAT? ¿Qué significa? ¿De dónde viene el nombre?

Pues MIKRAT es un proyecto, un personaje, de alguien que utiliza la música como forma de expresión y como vía de escape. Realmente no significa nada, el nombre es una suma de siglas. Hay un poco de un mote, un poco de mi nombre, etc. Surgió como surgen muchos nombres, diciendo, ¿cómo se va a llamar esto? Me gustaba la sonoridad de Mikrat, rollo un poco ruso-soviético, y así se quedó.

¿Cómo definirías tu sonido? ¿Cuáles son tus influencias y/o referencias?

Pues es bastante mezcla y no creo que lo pueda etiquetar demasiado. Aunque se podría decir que es una mezcla de punk-electrónica-rap-metal y lo que surja. Que, básicamente, son estilos que me gusta escuchar.

En cuanto a referencias, supongo que estoy muy marcado por la música que me ha acompañado desde niño, que es el punk y el ska. Las cintas de La Polla Records que me pasaba mi hermano. O de Kortatu. Esos sonidos me marcaron mucho y, en parte, me hicieron ver el mundo de otra forma. Pero obviamente, la banda sonora que me ha acompañado a lo largo de mi vida ha sido bastante más amplia. Escucho todo tipo de música y me gusta ir descubriendo cosas nuevas. Metal, electrónica, rap, jazz, reggae… Y algo de eso también hay en lo que voy haciendo, y cada vez voy teniendo menos prejuicios con la música.

El artículo 20 de la Constitución Española recoge la libertad de expresión como un derecho fundamental. ¿Sigue siendo necesario hoy en día ocultar la identidad para poder hablar a gusto de ciertas cosas?

La Constitución también recoge que los ciudadanos tienen derecho a un trabajo digno y a una vivienda y en fin… Así que lo que diga ahí importa poco. Pero sí, es triste que a estas alturas no se pueda cantar sobre ciertos temas con libertad. Que el Estado Español haya sido el primer país europeo en enviar a un rapero a la cárcel por sus letras es un récord del que avergonzarse. Parece que vamos hacia atrás. Tengo la sensación de que en los 80 y los 90 se podían decir más cosas en las canciones que ahora. Hay vídeos de Evaristo, de La Polla Records, en TVE cagándose en Dios y no pasaba nada. Y ahora retiran carteles de Zahara en Toledo por aparecer como la Virgen. Hay un resurgimiento de un puritanismo muy tóxico que viene de la mano de la extrema derecha y que quiere que retrocedamos unas décadas. Pero lo llevan claro.

En cuanto a la identidad, no creo que sea necesario ocultarla. Lo mío fue una decisión por dos motivos: por un lado, en el caso de que algún día se diera a conocer más el proyecto (que tampoco era mi idea), no quería que fuera mi cara la que se viera. En el fondo esto es un personaje, como el que hace cualquier artista, y no quiero que esté tan ligado a mi persona, aunque hay mucho de ella. Hay gente que ansía la fama y el reconocimiento, yo, la verdad que la quiero lejos de mi.

Y, por otro lado, es una apuesta estética también. Sé que no es muy original, pero creo que el pasamontañas queda mejor que mi cara. En ningún caso lo he hecho por miedo a la represión. La fama sí que da miedo.

Corrupción, monarquía, fascismo, fanatismo religioso, violencia policial o violación de los derechos humanos son algunos de los temas que tratas en tus composiciones. ¿Lo haces por compromiso o más bien como manera de canalizar la indignación?

Pues una mezcla de ambas. En la breve descripción que tengo del proyecto en mis redes, ya pongo que es «una vía de escape» para canalizar esa indignación que muchos temas me provocan. Hay bastantes de mis (pocas) canciones que han surgido a raíz de un hecho muy concreto: el asesinato de Samuel, el encarcelamiento de Pablo Hasél, la última ofensiva israelí contra Palestina… No eran temas que tuviera pensados, pero son hechos que me empujan a escribir algo o decir algo. Muchas veces escribo porque me hierve la sangre con según qué cosas. Ojalá no fuera tan así, pero esta es la realidad que nos ha tocado vivir. Hay gente que descarga poniendo tuits, yo hago canciones.

¿Crees que la música tiene una responsabilidad social? ¿Alguna vez te has planteado hacer música sin contenido político?

Sí, lo creo. Creo que tiene una gran capacidad de concienciación y transformación. Yo me he politizado y soy como soy, en parte, por la música que me ha acompañado. No digo que toda la música tenga que ser crítica social o que tenga que ser panfleto político como puedo hacer yo en ocasiones. Eso sería muy aburrido. Pero hay muchas formas de criticar y muchas cosas que criticar. Y creo que hoy en día se está perdiendo mucha de esa crítica. Escucho algunos de los temas de «música urbana», que es como le llaman ahora al pop, y echo de menos algo de crítica en un momento en el que tanta falta hace.

En tu último vídeo te muestras muy crítico con el modelo turístico de Baleares. ¿Qué alternativas tenemos a esa excesiva dependencia del turismo?

Yo no soy ningún experto ni la persona que tiene que dar medidas concretas, pero está claro que este sistema está abocado al fracaso y es insostenible económica y medioambientalmente. Lo que creo que habría que hacer es recuperar parte de la capacidad productiva que tenían las Islas (y el Estado en general). Han ido destruyendo industrias y sector primario para convertirlo todo en sector servicios. Recuperar algunas de esas industrias, ayudar a la agricultura y la ganadería, favorecer los productos locales, invertir en energías renovables aprovechando nuestro clima… En fin, seguro que hay muchas cosas que se pueden hacer. Obviamente un sistema no se cambia de un día para otro pero en algún momento hay que empezar ese cambio. Y ahora hemos perdido una gran oportunidad de iniciarlo. No puede ser que llegue una pandemia, se destruya totalmente la economía de una región y no tengamos ni capacidad para fabricar respiradores porque no quedan industrias.

Y no digo que el turismo deba desaparecer, pero hay que replantearlo. Creo que el turismo masivo y de borrachera, que tanto abunda en estas islas, no aporta nada positivo y genera riqueza en unos círculos muy pequeños y a un precio muy alto.

Tu vídeo Queremos ir a misa, con más de 168.000 visualizaciones, se viralizó gracias al programa La Vida Moderna. Cuéntanos cómo fue todo aquello, cómo te sentiste.

Pues la verdad que no me lo esperaba. Los vídeos que había sacado hasta ese momento tenían una media de 100-200 reproducciones, de mis colegas y poco más. Y tampoco me importaba; yo estaba aprendiendo y probando cosas. Cuando el Queremos ir a misa se viralizó obviamente me alegré de que gustara y que la gente se riera, pero por otro lado me creó hasta cierta presión de tener que hacer algo por el estilo, o algo que funcionara así de bien. No lo conseguí y decidí hacer lo que me apeteciera. Quizá me hubiera gustado que esa visibilidad llegara un poco más adelante, porque estaba muy verde. Pero bueno, tampoco ha sido para tanto ni se ha visto tanto. El resto de vídeos han vuelto a la media de visitas anterior casi. Creo que debería replantearme lo de cantar…

Uno de tus últimos temas se titula Free Palestine. ¿De dónde viene tu simpatía por su causa? ¿Por qué Occidente permite que un estado supuestamente democrático y civilizado como Israel cometa esos terribles abusos?

Imagino que cuando te empiezas a informar del conflicto, si tienes un mínimo de sensibilidad es imposible no empatizar con el pueblo palestino. Tengo un amigo de Gaza y siempre ha sido un tema que me ha interesado y me ha indignado. Es increíble la capacidad de aguante y lucha que tienen los palestinos y el nivel de atrocidades que puede cometer el estado de Israel.

Yo creo que de democrático Israel no tiene nada, pero Occidente lo permite porque responde a sus intereses. Igual que permite que EEUU invada medio mundo o se dedique a desestabilizar el otro medio. Al final es geopolítica y todo responde a intereses. Hablan de falta de derechos y represión en Cuba mientras organizan mundiales de fútbol en Qatar o dejan Afganistán en manos de los talibanes. Son unos hipócritas a los que les da exactamente igual los abusos cometidos por Israel.

¿Cuáles son tus planes en esto de la música? ¿Tienes algún objetivo? ¿Alguna colaboración a la vista?

El plan principal es seguir haciendo lo que me apetezca. Mi idea era sacar un disco pero estoy viendo que es una labor titánica y que me falta mucho por aprender. Como hago yo todo el proceso y voy aprendiendo durante el camino, los tiempos se dilatan mucho, y más en esta época de la inmediatez. Pero sí me gustaría sacar un EP un poco más elaborado. Estoy en ello. Tengo varios temas en mente. Y también me gustaría sacar varios videoclips. Yo vengo y trabajo en el audiovisual, y hacer los vídeos es una parte del proceso que también me divierte y me gusta. Querría hacer alguno con un poco más de medios y presupuesto, que hasta ahora ha sido nulo.

En cuanto a colaboraciones no tengo nada previsto pero estoy abierto. Creo que colaborar, así en general, es importante.

Y luego la realidad me seguirá empujando a hacer temas de cosas que pasen a nuestro alrededor. Tengo algo en mente sobre el rey emérito, sobre los negacionistas, sobre la Iglesia… Dios dirá.

¿Podremos ver algún día a MIKRAT en directo?

Es la idea. Es otra de las cosas que quiero hacer; ver cómo trasladar esto a formato directo. Para mí lo ideal sería poder tocar con banda, pero sé que es complicado. Tengo que ver cómo llevar esto a un escenario y que no sea solo yo cantando, no sé si alguien querría ver eso. Al menos un DJ hará falta, así que, amigos pinchadiscos, ya sabéis.

Todo esto de la pandemia también ha hecho que esta parte del proceso la haya aparcado un poco. Ojalá pase pronto y podamos volver a disfrutar de los conciertos como hacíamos antes.

¿Qué te parece nuestra publicación y nuestra apuesta por los grupos locales? ¿Crees necesario algo así en Mallorca?

Pues me parece muy importante que existan publicaciones de este tipo que den voz a los grupos locales y ayuden a la gente a poner en el radar la música de su zona. Hasta hace no mucho no sabía de vuestra existencia y cuando me puse a buscar a ver si había algo sobre música en Mallorca, pensé: «vaya, esto es justo lo que buscaba». Ojalá podáis seguir adelante con el proyecto.

¿Algún último apunte para cerrar la entrevista?

Me gustaría hacer un llamamiento a la gente a que apostate. Sí, que apostate. Creo que también voy a hacer una canción sobre esto. Bueno, eso, y que escuchen buena música. Que hay mucha pero a veces cuesta encontrarla.

¡Muchas gracias por las preguntas y por vuestro trabajo!