Música y arte combinan a la perfección en las portadas de discos

La portada de un disco es el lienzo perfecto para plasmar una obra de arte, sobre todo si hablamos de la carpeta de un vinilo de 12″

En eso, cómo en otras muchas cosas, el formato de vinilo supera al del CD o a la recordada cassette. Y eso lo saben numerosos artistas que han tenido la oportunidad de crear verdaderas obras de arte en este lienzo de 313×313 mm, algunas perfectamente reconocibles cómo lo puede ser un Goya o un Picasso.

Son muchos los artistas que nos vienen a la cabeza como responsables de portadas que bien podrían estar en las paredes de un museo. Algunos conocidos por su obra gráfica en general, pero otros más por aquella magnífica portada que hicieron. Incluso me viene a la cabeza en estos momentos un magnífico artista-diseñador reconocido, sobre todo, por su obra gráfica para portadas. Estoy hablando de Javier Aramburu. ¿Quién no tiene un disco con portada de Aramburu en casa?

En los primeros años 80 en Mallorca, la relación entre músicos, artistas, escritores y, en general, entre creadores, era muy estrecha. El ambiente cultural era un hervidero y todos los protagonistas coincidían en los bares, pubs y diversos antros de la noche mallorquina. En las interminables charlas entre el denso humo y con la música de fondo a tope, se intercambiaban ideas, sueños y proyectos. Ahí seguro que surgieron muchas de las colaboraciones entre músicos y artistas para las portadas de aquellos primeros vinilos de la Nueva Ola Mallorquina.

Basta repasar las primeras ediciones de aquellos 80 en Mallorca, de los nuevos grupos que surgían, para confirmar la estrecha relación entre arte y música y las fantásticas portadas que surgieron de esa fusión.