Palma, jueves 13 de junio de 2024
Blondie convence pero no vence
La mítica icono de rock, glam y punk solventa una hora larga de concierto a base de temazos históricos y carisma
Por Víctor M. Conejo
José Luis Luna
De una manera u otra parecía destinada a ganar. Por las ganas del público —vaya si se notaban— o por puro bagaje. Debbie Harry es Blondie, y Blondie, la banda, son historia mayúscula de la música. Pero una cosa es la trayectoria y otra la actualidad. Son 78 años de edad, y es así de prosaico: es muy, muy difícil dar un buen concierto de rock, glam y punk con 78 palos. Por no decir que es ciencia-ficción. O realismo mágico si se quiere.
Tan cierto como su carisma es que a la tercera canción la cantante ya andaba muy justa de resuello. Lo cual no fue óbice para anonadarse al mismo tiempo con la belleza de los tonos más graves de su voz. Algo retuvo quien mucho tuvo, y aquella voz de chirrío pop y punk ha evolucionado a canto recio, encementado, y también precioso. La banda que la acompañaba estuvo como era esperable: perfectamente vigorosa.
Los recursos del directo de Blondie fueron también los esperables para evitar el naufragio: medios tiempos, incluso temas contoneantes de puro melódicos, y despiporre instrumental bien medido y encajado, principalmente de la guitarra. El recital acabó con Harry repitiendo a modo de eslogan el estribillo «Dreamin’ is free, dreamin’ is free…». Y ahí la clavó: quien quiera puede soñar que vio un gran concierto, porque carisma y temazos hubo a destajo.
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