El festival dedicado a la música y cultura brasileiras, de germen canario e itinerante por todo el planeta durante diecinueve ediciones, celebró su vigésimo cumpleaños estrenando sede en la isla
Nació hace dos décadas en San Cristóbal de La Laguna, en la isla de Tenerife, merced a la férrea voluntad de los oriundos Tómas López-Perea Cruz y Antonio Paiz, y en su periplo se ha alojado en Lanzarote, Fuerteventura, Madrid, Barcelona, Lisboa, Oporto, Isla de Sal (Cabo Verde), Isla Gorée (Senegal), Agadir (Marruecos), Tokio, Ciudad del Cabo, Sao Paulo o Río de Janeiro. El lema con el que el festival se autodefine reza «Tensamba es arte, Tensamba es Brasil», y a la poderosa personalidad de esa cultura y ese país, y también la de aquellas urbes, se une desde este año la ciudad de Palma. Además, con plus: aquí se ha querido celebrar el veinte cumpleaños de la iniciativa.
El recorrido del Festival Tensamba está jalonado de hitos, habiendo acogido a nombres históricos e ineludibes como Toquinho, Bebel Gilberto, Adriana Calcanhoto, Gal Costa, Roberto Menescal, Joyce, João Donato, Quarteto Em Cy, Carlos Lyra o Seu Jorge; figuras referenciales en la samba como Fabiana Cozza, Wilson das Neves, Teresa Cristina o Leandro Fregonesi; de la mixtura jazzística como Paquito D’Rivera, el Trío Corrente o Ed Motta, y de virtuosos como Hamilton de Holanda, Yamandú Costa o Alessandro Penezzi.
Desde el viernes 13 hasta el domingo 15 de octubre la nómina de ilustres se ha alargado con los tres conciertos en tres días consecutivos de la edición palmesana, todos en el Teatre Xesc Forteza. Siempre atento a las escenas locales, el ciclo quiso que la primera actuación fuera nostra. Por ello, el ciclo se descorchó con el brasileño de nacimiento y mallorquín de adopción Pedro Rosa, quien en formato quinteto presentó su álbum “Midnight Alvorada”. La mejor descripción, sus propias palabras: “Una invitación para ver con los ojos del otro, escuchar con el oído del otro y, sobre todo, sentir con el corazón del otro”. En las orillas del lleno con tres cuartos largos de aforo, resultado sin sorpresa: encandiló.
La jornada del sábado estuvo dedicada a celebrar la relevancia de un mito como muy pocos: «En La Fusa», grabado en directo en 1970, en un bar con dicho nombre en Buenos Aires, incluía la voz de Maria Creuza y la guitarra de Toquinho, y por encima de todo el corazón y el alma del músico y poeta Vinicius de Moraes. Fue un álbum y sobre todo una puerta, al descubrir y conectar la música brasileira con Europa y Occidente.
Para la celebración, la revisitación: el sello de la Ciudad Condal Fresh Sound editó en 2021 el álbum «Celebrating La Fusa», y a Palma lo trajo e interpretó quien lo creó. Fueron la voz jazzera de la barcelonesa Carme Canela y la guitarra prodigiosa del baiano Jurandir Santana.
La cúspide final del domingo venía definida por dos términos: originalidad y sofisticación, adjudicados de manera ya perenne tanto a las canciones como a los arreglos del brasileño residente en Madrid Leo Minax. Estuvo acompañado del elogiado virtuosismo de Zé Luis Nascimento (percusión, colaboraciones con Michel Legrand, Cesária Évora o Chico César) y German Kucich (piano, capital en la escena jazz alemana y europea con seis discos publicados).
Medio patio de butacas largo jaleó las dos últimas jornadas, fortificando la impresión que ya sembró la primera: la música brasileira tiene calado en la isla. Si no fuera así, no habría encandilado como lo hizo durante todo el Festival Tensamba. Fue obvio que Mallorca quiere más, por lo que no cabe otra cosa que decir más que «hasta el año que viene».
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Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.
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